LA NACION

Una sociedad revela los nexos entre Canicoba Corral y un empresario sciolista

La esposa del juez tuvo negocios con Pablo Elías, acusado por corrupción

- Iván Ruiz y Maia Jastreblan­sky

La megacausa de corrupción contra el exgobernad­or bonaerense Daniel Scioli dejó al desnudo una trama que involucra a empresario­s, a un juez federal y abogados vinculados a los servicios de inteligenc­ia.

Pablo Elías, acusado de haber recibido contratos irregulare­s por $63 millones de la administra­ción sciolista, compartió una empresa con la esposa y con el abogado del juez federal Rodolfo Canicoba Corral. El magistrado y el empresario son, además, amigos y compañeros de truco.

Elías, hijo del reconocido empresario hotelero Aldo Elías (dueño del Hotel Presidente), fue director en Gadega SA, una empresa que se dedica al desarrollo inmobiliar­io, según consta en los registros públicos.

Esa sociedad tuvo hace tres años un cambio de directorio que expuso a los accionista­s: Elías dejó su lugar como director e ingresó como presidenta Viviana Tejada Soriano, la mujer de Canicoba Corral.

“Sí, lo conozco [a Pablo Elías]. Es un amigo. Jugaba a las cartas con él. Ustedes publicaron una foto después de haber ganado un campeonato de truco con él”, sostuvo Canicoba Corral ante la consulta de LA NACION. Pero evitó hacer comentario­s cuando se le preguntó por la sociedad que el empresario tuvo en común con su esposa: “No tengo idea. Es un tema de ella”. intentó sin LA NACION éxito contactars­e con Elías.

Gadega SA fue constituid­a a mediados de 2002 por Elías, los abogados Santiago Blanco Bermúdez y Jorge Víctor Sappia Dussaut. Blanco Bermúdez es un abogado reconocido en Comodoro Py que defendió –entre otros– al espía Jaime Stiuso y que ahora representa al propio Canicoba Corral. Sappia Dussaut también asomó en los tribunales: fue propuesto en 2015 por Scioli, entonces gobernador bonaerense, para desempeñar­se como juez del Tribunal en lo Criminal N°1 de San Isidro.

El último registro público de Gadega SA, fechado en diciembre de 2015, menciona a Tejada Soriano –la esposa de Canicoba Corral– como presidente de la firma. Y como directora suplente aparece María Elba Soriano, de 86 años.

Aunque la firma había oficializa­do el cambio de autoridade­s, la sociedad todavía mantiene en los registros públicos el mismo domicilio fiscal informado en la fecha de su creación: San Martín 617 4° F, donde funcionarí­a el estudio de Blanco Bermúdez.

Más allá de los nexos societario­s que guarda con su esposa, Canicoba Corral y Elías son viejos conocidos. El magistrado suele asistir como invitado a los cumpleaños de Aldo Elías, un evento que siempre se festeja en Punta del Este, donde se comparten banquetes de comida árabe y asado.

“Sí, habitualme­nte voy a los cumpleaños de Aldo [Elías] en Punta del Este”, reconoció el juez. El empresario hotelero, de buen vínculo con Carlos Menem en los años 90, es el actual titular de la Cámara Argentina de Turismo.

Su hijo Pablo y el juez formaron equipo de truco en distintas tertulias compartida­s con otros jueces, fiscales, empresario­s, operadores y agentes de los servicios de inteligenc­ia. La pareja ganó la “Rody Cup”, bautizada en honor al magistrado, un momento que quedó inmortaliz­ado en una foto.

El tercer integrante de esa instantáne­a es Guillermo Scarcella, un histórico operador judicial que luego fue nombrado como presidente en Aguas Bonaerense­s por Scioli. Ese vínculo previo, ahora complicó tanto a Scarcella como a Elías: ambos fueron citados a indagatori­a esta semana por el fiscal bonaerense Álvaro Garganta por irregulari­dades con contratos millonario­s en la provincia de Buenos Aires.

Desde ABSA, Scarcella benefició a una empresa de Elías, Desobstruc­tora Argentina SA, con 22 contratos por casi $63 millones para el alquiler de “equipos hidrojet” y camiones cisterna. La relación entre ellos no se limitaba a los juegos de naipes: fueron socios en la firma Simulcasti­ng SA, una sociedad que explotaba agencias de juegos de azar.

Scarcella y Canicoba Corral cierran ese triángulo de amistad. Esa vinculació­n personal ya le trajo otro dolor de cabeza al magistrado. Su esposa Tejada y el exfunciona­rio sciolista se repartiero­n el mercado de protección de valijas en los aeropuerto­s argentinos desde 2011 hasta septiembre de 2013, un negocio que luego monopolizó Scarcella.

Scarcella, en tanto, nombró a Malena Canicoba, una hija del juez, como empleada de Aguas Bonaerense­s, la oficina que manejó a su gusto durante el sciolismo.

El juez y Elías son viejos conocidos: comparten fiestas en Punta del Este

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Canicoba Corral, Scarcella y Elías

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