Show. Vanguardia en el Fin del Mundo
Declarado ciudadano ilustre de Ushuaia, Artemis hizo una presentación coherente, inclusiva y recargada
Con un típico atardecer de otoño fueguino como telón de fondo, santiago artemis volvió a su lugar de origen: Ushuaia, Tierra del Fuego. Regresó para presentar Bulletproof la colección que alude al disco de Grace Jones Bulletproof heart (Corazón a pruebas de balas) reconfirmando, así que adora los años 80 y que la irreverencia ya es su marca registrada. En el hotel arakur, ante más de 300 personas, el desfile comenzó con el tema “supernatural” de Kesha, pasó por “step by step” de los New Kids On The Block y “apolo” de Xuxa. “son los hits que me gustan a mí”, dijo artemis acerca de la playlist que le confió a su hermana alejandra, encargada de mixearla. Mostró 36 piezas ready to wear, conjuntos para cóctel y vestidos de noche. Fusionó tutús, chaquetas y moños desmesurados, un homenaje andante a las lolitas japonesas. hubo además rasgos típicos que hacen al estilo artemis: hombreras, off shoulders, volados péplum, sombreros, vestidos que a la mismísima Jessica Rabbit podrían causarle envidia. La participación de la estilista Carla Bugarin hizo que la pasarela quedará plagada de colores shocking: naranja, amarillo, verde y violeta. También, fue la encargada de conseguir los accesorios en Barcelona: apliques con moños y collares de perlas en explícita la evocación a los años 20. En materiales, hubo encaje, brocato y gasas traídas de Oriente y Europa, pero también del barrio de Once, otro indicador de lo ecléctico y todoterreno que es artemis.
Una colección ecléctica
El desfile incluyó modelos hombres (como Luis hilton, la pareja de artemis) y de sofía Panizza, una clienta de talle grande que a los 21 años debutó en la pasarela por pedido del diseñador. El cierre llegó con “Boots”, también de Kesha, la posterior ovación de sus seguidores, sobre todo millennials, y la consecuente carrera para obtener la selfie con el ahora ciudadano ilustre de Ushuaia, el mismísimo artemis. Para entonces, ya había anochecido en el fin del mundo.