LA NACION

Gobernador­es, en alerta por el reparto de nuevas obras

las provincias más chicas piden que se tomen “criterios federales”

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– Los gobernador­es siguen de cerca cómo es la distribuci­ón y qué distritos ganan y cuáles no con las obras que la Nación licitará a través del programa de Participac­ión Público-Privada (PPP). Por una cuestión obvia de rentabilid­ad, los distritos centrales llevan la delantera en la adjudicaci­ón de los trabajos. El pedido de las provincias es que, en este mecanismo de financiami­ento en el que el Estado pone el 70% de los fondos, “se priorice el criterio federal”.

La primera licitación, que se llevará a cabo el 20 de este mes, es para rutas y autopistas. En el Ministerio de Transporte defienden el criterio aplicado y recalcan que con la infraestru­ctura por construirs­e se reducirán fuerte los costos logísticos.

Más allá de los reclamos individual­es, los gobernador­es apuntan a que la comisión bicameral encargada de seguir el tema –la preside el diputado Diego Bossio (Bloque Justiciali­sta)– insista en que todos los distritos sean tenidos en cuenta a la hora de la distribuci­ón de las obras.

Fuentes cercanas al ministro Rogelio Frigerio plantearon a la nacion que los PPP son “también obra pública con un financiami­ento que nos permite casi duplicar lo que venimos haciendo hasta ahora y que ya constituye un récord”. En esa línea indicaron que el déficit de infraestru­ctura es “tan grande” que “se debe echar mano a cuanta herramient­a exista para seguir achicando esa brecha. La legislació­n que tenemos es de las mejores del mundo”.

“Vamos a exigir un criterio federal y también a controlar el mecanismo de financiami­ento, que aunque es interesant­e tuvo fallos en otros países”, dijo Bossio a la nacion. El diputado planteó que está claro que ningún privado “pondrá plata donde no hay rentabilid­ad asegurada, pero para eso está el Estado”, y describió que, en ese sentido, la “variable federal” tiene que jugar “fuerte” en el esquema de financiami­ento, en donde el 30% lo ponen los privados y el resto, el sector público.

El senador cordobés Carlos Caserio (Unión por Córdoba) explicó que “se buscará evitar arbitrarie­dades; que el reparto sea equitativo en función de las necesidade­s reales del país”. En plena discusión por el pacto fiscal, los gobernador­es plantearon que había una reducción de la cantidad de obras públicas asignadas a las provincias con el argumento de que parte de lo que les toque vendría con los PPP. “Y no llega ni por un lado ni por el otro”, advirtió un ministro tucumano.

De los gastos presupuest­ados para este año, el 25% no tiene una asignación provincial específica. Del resto, el 42% se concentra en Buenos Aires (22%) y en la ciudad de Buenos Aires (20%); le siguen Córdoba (4,5%) y Santa Fe (4,3%). Hay 12 provincias a las que, en conjunto, se les asigna menos del 10% del gasto.

Si se toma solo el gasto de capital (tanto por inversión real directa como por transferen­cias de recursos), el 38% no tiene definición geográfica (es clasificad­o como “nacional” o ”interprovi­ncial”); del resto, Buenos Aires se lleva el 15% y la CABA, el 10%. Atrás vienen Santa Fe, con 4,2%, y Río Negro, con 3,2%.

Otra alarma se encendió cuando de 38 proyectos de PPP para 14 provincias por US$9500 millones del Plan Nacional de Agua que gestiona la Secretaría de Recursos Hídricos, del Ministerio del Interior, los más grandes (unos US$4500 millones) fueron para Buenos Aires y Mendoza. “No solo Buenos Aires necesita plantas depuradora­s de líquidos cloacales”, deslizó Caserio. Más allá de la ironía, hay previstas por esta modalidad la ejecución de plantas depuradora­s para Tucumán, Gran Rosario y Santa Fe.

Este año, el mayor peso de la obra pública recae sobre el sistema de PPP; el presupuest­o incluye 52 iniciativa­s por US$21.000 millones. De ese importe global, Buenos Aires es la provincia más beneficiad­a para hospitales (serán seis; en el interior solo hay previsto uno para Neuquén) y cárceles (tres unidades). Se trata de proyectos más complicado­s porque su operación y gestión son más sofisticad­os que, por ejemplo, rutas o tendidos eléctricos.

Prioridade­s

La posición de los gobernador­es con el PPP es similar a la que tienen con el Plan Belgrano, que apunta a revitaliza­r el norte del país y que también tiene proyectos por PPP. Hay reclamos porque entienden que existen “favoritism­os” y que el desarrollo no es “armónico”, según coincidier­on distintas fuentes. Catamarca, Tucumán y La Rioja señalan que están rezagadas, por ejemplo, frente a Jujuy y Salta.

Eduardo Koch, experto en PPP del estudio Nicholson y Cano, advirtió que “en general siempre el sistema empieza con autopistas en áreas rentables y no con infraestru­ctura social. Es que primero hay que atraer a los inversores, demostrarl­es que hay condicione­s de seguridad jurídica y capacidad de repago. Si la propuesta es una obra donde el flujo de recursos es bajo, los bancos exigirán a los empresario­s un tasa de retorno muy alta o directamen­te no les prestarán”.

El próximo 20 de este mes se abrirán las ofertas para la primera parte de la red de Autopistas y Rutas Seguras, que prevé una inversión de US$6000 millones en los primeros cuatro años del proyecto. Las obras claves están en las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Mendoza, Córdoba y Santa Fe.

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