el recuerdo de los que lo vieron crecer

Julio Bocca exbailarín, maestro y director

“Hoy lo veía en una clase y de pronto me di cuenta de que estaba sonriendo (¡yo estaba sonriendo!), mientras me acordaba de cuando empezó con el Ballet Argentino, cuando lo mandamos a Moscú y se pidió que pudiera entrar igual aunque fuera menor… Me fascina poder volver a trabajar con gente a quien uno ha podido apoyar. Ver a Herman Cornejo en el escenario es un gran disfrute y para mí en este rol… una tranquilidad”.

Luciana Barrirero bailarina del ballet estable del teatro colón

“Estábamos en tercer año del Instituto Superior de Arte, teníamos once. Él me invitó a tomar una Coca al bar del teatro, entre clases. ¡Esa fue nuestra primera cita! Otro día apareció con un ramo de rosas que era más grande que él. Nuestro noviazgo de la niñez consistía en caminar de la mano por los pasillos del teatro y cruzar miradas en las clases. Después, de adolescentes, nos gustaba bailar juntos en las clases de

partenaire y todos los lentos de la época en los cumpleaños. Ahora somos amigos de esos que en el ambiente no son tan frecuentes”.

Érica Cornejo bailarina, hermana mayor de herman

“Siempre me he sentido hermana-mamáamiga de Herman. Mi hermano es mi orgullo, una necesidad tenerlo a mi lado, y lo que hemos vivido y compartido no lo cambiaría por nada en el mundo”.

Juan Lavanga productor de ballet

“Desde pequeños, la seriedad y el latente profesionalismo son una virtud característica de los hermanos Cornejo. Guardo en mi memoria la imagen varonil y circunspecta de Herman cuando fue elegido para portar la bandera de Unicef... Verlo en escena emociona”.