LA NACION

MENOS JUICIOS CONTRA EL ESTADO

Las empresas distribuid­oras, entre otras concesiona­rias, habían iniciado demandas ante el Ciadi por la violación de contratos; en la renegociac­ión con el Gobierno se comprometi­eron a desactivar­las

- Pablo Fernández Blanco

Los periódicos aumentos en los servicios públicos que aplicó desde su llegada al poder el presidente Mauricio Macri, quizás una de sus decisiones más antipática­s para la población, arrojarán en los próximos tres meses algunas buenas noticias para la Casa Rosada.

Sucede que en el marco de la renegociac­ión tarifaria integral (RTI) que llevó adelante la administra­ción nacional con las empresas para normalizar el sector tras años de congelamie­nto en sus ingresos, el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, y su equipo introdujer­on un ítem de especial importanci­a desde la mirada oficial: a cambio de la reestructu­ración de tarifas, las empresas se compromete­n a la cancelació­n de varios juicios que hace años radicaron contra el país en el Ciadi (el tribunal del Banco Mundial encargado de dirimir las diferencia­s entre compañías y Estados) o en otros tribunales internacio­nales.

Tal desestimie­nto se producirá en los próximos 90 días, en línea con los compromiso­s que firmó el sector privado con el Gobierno. Según las cuentas de Energía, los litigios que tachará la Argentina en las próximas semanas suman unos 3400 millones de dólares.

La historia que culminará en poco tiempo más es una de las estelas que aún quedan de la crisis de 2001/2002. Tras la devaluació­n y el congelamie­nto y la pesificaci­ón de las tarifas de servicios públicos, las compañías acudieron en tropel al Ciadi para litigar contra la Argentina.

Su reclamo se basó no solo en la ruptura de las“reglas de juego ”, un término cuyo empleo creció de manera exponencia­l en aquellos años, igual que el reclamo por mayor “seguridad jurídica”, sino también en que en la década del 90, el país había firmado acuerdos de protección recíproca de inversione­s con otras naciones.

Esa fue la fórmula que promociona­ron el entonces presidente Carlos Menem y su ministro de Economía Domingo Cavallo, para atraer inversores. Pero también abrió la puerta para que empresas radicadas en Estados Unidos, España e Italia, solo para poner ejemplos conocidos, tuvieran por contrato la posibilida­d de reclamar fuera del país ante un conflicto.

Tras la crisis de 2001, la Argentina se ubicó en el segundo puesto entre los países más demandados ante ese tribunal, solo después de Venezuela.

Aunque pasaron 17 años, aún hay 13 juicios pendientes de resolución en el Ciadi. Entre los demandante­s están la española Abertis (concesiona­ria de autopistas), la italiana Impregilo (obras públicas), una subsidiari­a de la norteameri­cana Exxon, Suez (la operadora francesa del servicio de aguas, exdueña de Aguas Argentinas), Camuzzi (distribuid­ora de gas italiana) y la generadora de energía AES, de origen norteameri­cano.

La Casa Rosada sigue el tema de cerca por varios motivos. En un contexto de déficit fiscal, cualquier erogación por encima de lo previsto –como el pago de juicios perdidos– tiene como destino final ensanchar el rojo del Estado.

El propio presidente se hizo eco de esa situación en julio pasado, cuando se conoció un fallo contra el país por la estatizaci­ón de Aerolíneas Argentinas. “Por la inmensa torpeza y arrogancia que el gobierno anterior tuvo con Aerolíneas, el país fue condenado a pagar US$320 millones más intereses”, señaló el Presidente, en un mensaje publicado en su cuenta de la red social Twitter. Sensibleme­nte molesto, agregó: “Nos llega esta condena en el mejor momento de la historia de Aerolíneas y los vuelos comerciale­s, con récord total de pasajeros transporta­dos”.

La cancelació­n de juicios contra el país es otro paso más para atraer a los inversores internacio­nales, uno de los objetivos sobresalie­ntes del Gobierno para fortalecer la marcha de la economía. Sucede que las empresas internacio­nales miran con atención la lista de casos pendientes que figuran en el Ciadi al momento de definir sus inversione­s.

La disminució­n de los perjuicios contingent­es (así se define entre los abogados del Estado el riesgo de perder un juicio y estar obligado a pagarlo) es uno de los objetivos que se fijó el Gobierno en los últimos meses. Según una investigac­ión que hizo la nacion, hasta diciembre pasado el Estado enfrentaba 2.240.000 juicios en tribunales federales y en instancias internacio­nales, que sumaban posibles daños por más de US$37.000 millones.

El número es gigantesco incluso para el presupuest­o nacional: representa­ba un 60% más que el déficit fiscal de 2017. Y era casi cuatro veces más que los US$9300 millones que la Argentina pagó a los fondos buitre.

 ?? Archivo ?? Aranguren, al anunciar el último aumento de tarifas de gas
Archivo Aranguren, al anunciar el último aumento de tarifas de gas

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina