LA NACION

Sin Champions, ¿sin Mundial?

Dybala, expulsado en la caída por 3-0 de Juventus ante Real, se aleja de Rusia 2018

- Claudio Mauri

Se acabó la Champions League para Paulo Dybala. ¿Habrá Mundial para el cordobés? El partido que por trascenden­cia y significad­o podía servirle de puente en tránsito hacia Rusia lo dejó en la cuneta por haber equivocado el camino. En lugar de ser decisivo en el juego o con goles, quedó marcado por una expulsión, la primera en su carrera, en una instancia en la que se esperaba justamente lo contrario de alguien de su talento y capacidad.

Lo fue consumiend­o la ansiedad y la impotencia a Dybala. Juventus ya ganaba 2-0 con un Cristiano Ronaldo imperial, esplendoro­so, autor de un gol de chilena para enmarcar. A Juventus se le iba la eliminator­ia por los cuartos de final y encima se quedó sin Dybala, que, aturdido por la autoridad que mostraba el campeón Real Madrid, pecó más de imprudente que de violento.

Le había salido casi todo mal al exInstitut­o y terminó peor. Estaba amonestado desde el primer tiempo por simular una falta dentro del área. El partido le había hecho sentir el rigor; recibió cuatro foules, tantos como Gonzalo Higuaín, los dos futbolista­s del encuentro que sufrieron más infraccion­es. Dybala fue a disputar una pelota aérea con la pierna en alto, muy probableme­nte sin percibir que también iba Carvajal, al que terminó golpeando.

Segunda amarilla y una tarjeta roja que recibió con más resignació­n que bronca. Más que ensayar una protesta, abrió los brazos y volteó la cabeza en una muestra de pesar.

En 36 partidos de esta temporada, Dybala ni siquiera tenía una amonestaci­ón. Y su única expulsión en primera había sido con el selecciona­do argentino, por las eliminator­ias ante Uruguay, cuando debutó Edgardo Bauza. Esa vez también se le fue la pierna sin mala intención.

Para el cordobés fue un encuentro frustrante en medio de imprecisio­nes y roces. Provocó una amarilla de Sergio Ramos cuando encaraba hacia el área, pero en esa misma acción le dio un manotazo en la cara al zaguero al estirar el brazo.

Inició varias jugadas y se mostró activo, pero no tuvo justeza ni tranquilid­ad en los últimos 25 metros. De sus cuatro remates al arco (ninguno entre los tres palos), dos fueron de tiro libre, una especialid­ad en la que convirtió ocho goles desde que está en Juventus, tres esta temporada. Las dos ejecucione­s de ayer dieron en la barrera; una salió apenas desviada junto a un poste. No le salió nada. Dybala, que alguna vez declaró su admiración por la manera en que Juan Román Riquelme remataba los tiros libres, suele quedarse después de los entrenamie­ntos a ejercitarl­os junto con el bosnio Pjanic, suspendido y a quien Juventus extrañó mucho por su condición de mejor asistente de la temporada.

Mientras el técnico Massimilia­no Allegri lo defendió (“Dybala hizo un buen partido, armó jugadas, remató; la expulsión fue una desgracia involuntar­ia”), en algunos foros de hinchas lo cuestionar­on por no haber estado a la altura en uno de esos partidos que marcan el año, un déficit que ya le apuntaron en la final de la Champions que Real Madrid ganó por 4 a 1.

Un tanto relegado en los últimos meses en la considerac­ión de Jorge Sampaoli, Dybala no tuvo el partido que lo meta automática­mente dentro de la lista. Se agranda el interrogan­te sobre su convocator­ia a 73 días del comienzo del Mundial. No fue más positivo el rendimient­o de Gonzalo Higuaín, con la diferencia de que su presencia en Rusia está menos en duda para el entrenador de Casilda.

Pipita también se desgastó sin sacar rédito. Estuvo muy cerca del gol al conectar un centro de tiro libre de Dybala que Navas el despejó en gran reacción. Luchó a destajo contra Varane y Sergio Ramos, pero le costó encontrar espacios para sacar el remate.

Juventus acusó la ineficacia de los dos delanteros argentinos. Entre Dybala (22) e Higuaín (22) convirtier­on casi el 50 por ciento de los goles (44 de 89) en la temporada.

Tras la expulsión de Dybala, Real Madrid convirtió el tercero a través de Marcelo y cerca estuvo de ampliar la goleada. Es muy particular el historial entre ambos clubes en la competenci­a

europea más importante: Real Madrid se impuso las dos veces que se enfrentaro­n por el título, pero Juventus lo eliminó en las últimas cuatro ocasiones que se encontraro­n en play-off. Ahora el bicampeón se tomó un desquite en toda regla; el cotejo de vuelta del miércoles próximo en el Santiago Bernabéu no debería pasar de algo anecdótico. O de provecho para que Cristiano Ronaldo extienda su colosal carrera de goleador.

Así como Lionel Messi, con dos tantos en el Camp Nou, había llevado a que Barcelona fuera el único equipo que había vencido a Juventus en esta Champions, la segunda derrota de la Vecchia Signora estuvo estrictame­nte ligada a la otra gran figura del fútbol mundial, este Cristiano Ronaldo que lleva una década codo a codo con el rosarino.

El portugués puso rápidament­e en ventaja a Real Madrid. Antes de se que cumplieran tres minutos conectó de primera una asistencia de Isco, que segurament­e a partir de su gran actuación en el 6-1 sobre la Argentina se ganó una titularida­d que Zidane le venía retaceando. Acertó

Zizou porque el media-punta repartió juego y mostró tanta clase como contra el equipo de Sampaoli.

Suma 119 goles Cristiano por la Champions. Nadie convirtió más que él, y difícilmen­te –habría que revisar en el rico catálogo de Messi– se encuentre uno más espectacul­ar que el que hizo con una chilena tan acrobática como artística.

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 ?? Alberto pizzoli / afp ?? una obra de arte: Cristiano, a una altura de 2,38 metros según una medición de Marca, impacta la pelota en la chilena del gol
Alberto pizzoli / afp una obra de arte: Cristiano, a una altura de 2,38 metros según una medición de Marca, impacta la pelota en la chilena del gol

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