LA NACION

Fumata negra en la primera ronda de consultas en Italia

Todavía no hay acuerdo para formar gobierno

- Elisabetta Piqué CORRESPONS­AL EN ITALIA

ROMA.– Tal como se esperaba, hubo fumata negra ayer, al terminar la primera ronda de consultas entre el presidente de Italia, Sergio Mattarella, y las principale­s fuerzas políticas del país.

“Hasta hoy no se registra ninguna posibilida­d de formar un nuevo gobierno”, admitió Mattarella, que cerró dos jornadas de consultas marcadas por el desacuerdo y la imposibili­dad de armar una alianza capaz de formar un nuevo Ejecutivo.

“Hará falta más tiempo para los partidos, como ellos mismos me pidieron, y hará falta más tiempo para evaluar”, dijo el jefe de Estado, que anunció que se hará una nueva ronda de consultas la semana que viene.

Mattarella, figura que deberá resolver el rompecabez­as de la situación de ingobernab­ilidad en la que ha caído Italia después de las elecciones del 4 de marzo pasado, aludió así al hecho de que ninguno de los ganadores de la contienda electoral obtuvo los votos suficiente­s como para formar una mayoría de gobierno.

Luigi Di Maio, candidato del Movimiento Cinco Estrellas (M5E), el partido más votado (32%), pretende ser el próximo primer ministro. Pero para ello necesita de un aliado. Al salir ayer del Palacio del Quirinal, sede de la presidenci­a, Di Maio reiteró que está dispuesto a sellar un “contrato de gobierno” con la xenófoba Liga Norte de Matteo Salvini –el otro gran ganador de las elecciones, que sacó el 17%–, o con el Partido Democrátic­o (PD, el gran perdedor), de centroizqu­ierda. Quedó excluido así, el partido del expremier Silvio Berlusconi, considerad­o un personaje impresenta­ble por los “grillini”.

“Nosotros les proponemos a estas dos fuerzas políticas un contrato sobre el modelo alemán para que se comprometa­n ante los italianos sobre las cosas para realizar”, dijo Di Maio, que recordó que el M5E “no es ni de derecha ni de izquierda y por lo tanto podemos conversar con aquellos que quieren hacer cosas y mejorar la vida de los italianos”.

Di Maio negó haber querido romper la coalición de derecha liderada por Salvini, que incluye a Forza Italia, de Berlusconi y que, junto a otros partidos, cosechó el 38% de los votos. “Yo no reconozco a la coalición porque tienen ideas totalmente opuestas sobre el M5E y es por esto que nos dirigimos solamente a la Liga Norte y al PD”, dijo. El PD, que sufrió la peor derrota de su historia, se encuentra dividido, como siempre, entre quienes quieren quedarse en la oposición y quienes, en cambio, quieren negociar con los “grillini”.

Salvini al parecer estaría dispuesto a formar una “diarquía” con Di Maio, dejándole a él la jefatura de gobierno. “No hace falta un científico para entender qué otras soluciones serían improvisad­as”, dijo. “Tendré contactos en los próximos días, también formales, para encontrar una solución”, agregó, al asegurar asimismo que de no hallarse un “equipo”, la única solución sería volver a las urnas.

Berlusconi no ocultó su rabia ante el veto puesto sobre su persona por Di Maio. “No a un gobierno del populismo, del odio, del pauperismo, del justiciali­smo”, dijo el Cavaliere, de 81 años, luego de su reunión con Mattarella.

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