LA NACION

Pablo Bernasconi exhibe sus ilustracio­nes en Italia, tierra de sus ancestros

Nominado para el Premio Andersen, el ilustrador argentino aprovechó el viaje e inauguró en Roma “Imago Mundi”

- Elisabetta Piqué CORRESPONS­AL EN ITALIA

ROMA.– Pablo Bernasconi nunca había estado en Italia, tierra de sus ancestros. Residente de Bariloche, el famoso diseñador gráfico y escritor, colaborado­r de la nacion, viajó recién ahora, a los 44 años, después de haberse convertido en el primer ilustrador argentino en ser nominado al prestigios­o premio internacio­nal Hans Christian Andersen (“el pequeño Nobel”), para participar en la Feria del Libro de Bolonia y para inaugurar hoy en la Casa Argentina de esta capital “Imago Mundi”, su primera muestra individual en este país.

“En el imaginario de Pablo, un sacapuntas es su cabeza y el infinito es un mosquito perdido en las faldas de una señora gorda. Su imaginario es un mundo, con reglas y sentido. ¿Por qué en latín? Porque estamos en Roma”, explica Lucas Gioja, secretario cultural de la embajada argentina en Italia y curador de la muestra.

La exposición reúne 46 reproducci­ones de obras que ilustran libros de autores clásicos de la literatura argentina y mundial, y dibujos que acompañan la labor como escritor de Bernasconi, que además exhibe hasta el 27 de abril “Finales”, en la Biblioteca del Congreso de la Nación. Las imágenes de “Imago Mundi” ostentan las dos miradas –naïf y trágica– del ilustrador, en una dimensión lúdica, con retazos de telas de diversos colores colgados del espacio expositivo de la Casa Argentina, en un antiguo edificio del segundo piso de la legendaria Vía Veneto.

Recién llegado a Roma, después de haber visitado Florencia, Venecia y Bolonia, Bernasconi no oculta su fascinació­n. “La belleza, el arte, los monumentos, el peso de la historia, hace muy difícil que surjan cosas”, comenta, en una charla con la nacion mientras termina de ajustar detalles de la muestra; entre ellos, que la gente pueda ver sus libros abiertos. “Históricam­ente se los robaron todos, nunca falló”, bromea.

Invitado a Italia por la cancillerí­a y por la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina (Alija), dio charlas y talleres junto con otros colegas en la Feria del Libro de Bolonia, donde fue testigo directo de ese ingreso incipiente de autores, editores, ilustrador­es y escritores de América Latina a Europa. Un hecho “cada vez más fomentado por la calidad” y por una identidad que se aleja de los estereotip­os.

“Es importante no intentar hacerse ver solo por lo folclórico que tenemos los latinos, por esa caricatura que nos piden que seamos, sino por nuestra identidad, cultura, austeridad, superviven­cia y por nuestra historia breve –opina–. Si no, termina quedando todo en un papel de autopropag­anda e iconicidad costumbris­ta y empalagosa. Yo vivo en la Patagonia, pero no tengo nada que ver con el gaucho”.

Sin pirotecnia

Según Bernasconi, en la actualidad “hay una búsqueda de sobriedad y de dignidad intelectua­l que evita ser representa­tiva por lo icónico, algo que simplifica de una forma que mutila lo que somos”. Y opina que, en lo que se refiere a las letras y a la ilustració­n en América Latina, “tenemos que hacer lo nuestro sin lanzar lanzallama­s y pirotecnia. De hecho, es el camino tomado por muchos y que hace que todo el ensamble de generación de obras culturales de la Argentina y de América Latina goce de muy buena salud”.

Padre de dos hijos –Franco, de 11, y Nina, de 6–, Bernasconi cuenta que, en lo personal, lo que más lo motiva es la antesala de la creación. “Me dedico a lo visual y narrativo. Mi lugar en las artes es desde el lugar más narrativo. Uno tiene un proyecto, una idea, y las herramient­as son múltiples. Lo más cómodo es lo visual, es más difícil escribir, pero a veces las letras son un medio más apropiado... No puedo obligar a una imagen a contar cosas de las letras. Y me meto en problemas”, confiesa.

Autor integral de 23 libros e ilustrador de otros tantos, Bernasconi adelanta que en julio saldrá un nuevo volumen suyo, esta vez sobre el infinito. “¿Cuál es la mejor manera de narrar este libro, desde qué lugar me ubico? Siempre me recuesto sobre las metáforas, el lenguaje más universal, poderoso y expansivo”, cuenta. Pero tiene otros proyectos. Entre ellos un libro de poesía ilustrada, algo que está haciendo mucho en esta etapa, en la que explora “cuál es la interacció­n que puedo hacer con estos dos recursos sin que choquen y que ninguno de los dos sobre”.

La realidad argentina es “fantástica”, dice Bernasconi, que publica sus ilustracio­nes en la nacion, The New York Times, The Wall Street Journal, The Daily Telegraph, Bergens Tidende y The Times. “No me aburro nunca, yo elijo el tema y todas las semanas hay varios muy fuertes; la Argentina te da mucha tela para cortar. Pero al final no estoy tan seguro de qué opino. Me faltan herramient­as, datos o influencia­s”, admite.

¿Qué piensa de la tan trillada grieta? “Soy un ser muy gris, lo que me lleva a no ser de ninguna de las partes. Esta actitud partidista nos empuja, por miedo, a estar de uno u otro lado. Eso coarta cierta libertad de opinión por miedo a equivocars­e. A nadie le gusta ser desilusion­ado por algo. La grieta es un poco mucha gente tratando de sostener posturas alimentada­s por temor a estar equivocado­s”.

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Las imágenes de Bernasconi en la Casa Argentina de la capital italiana

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