LA NACION

Qué cambió el Ciclón para tener el arco menos vencido

Las piezas que tocó Biaggio para ser, junto con Talleres, los que menos goles recibieron

- Fernando Vergara

17 de julio de 2017: San Lorenzo regresa a los entrenamie­ntos tras el receso y la imagen, a primera hora de una mañana de invierno, llama la atención: Fabricio Coloccini, ajeno a su historia, se entrena en la cancha auxiliar del Nuevo Gasómetro bajo las órdenes de Claudio Biaggio (en aquellos días el entrenador de la reserva) junto con otros futbolista­s apartados del plantel por el director técnico uruguayo Diego Aguirre. A contraturn­o del primer equipo, dolido, su sentir salió de sus propias palabras: “Me clavaron un puñal”.

4 de abril de 2018: Quizás como un guiño del destino, los caminos de Coloccini y Biaggio volvieron a cruzarse. Ya en el primer equipo, ahora ambos disfrutan del presente azulgrana. Se abrazan en la cancha de Independie­nte, ese terreno que los vio exhibir la mejor producción del Ciclón en 2018 y que los dejó muy bien parados en busca de la clasificac­ión a la Copa Libertador­es 2019, hoy el gran anhelo. El defensor, lo saben los hinchas, se transformó en el mejor exponente de su equipo en el año y en baluarte para sostener una estadístic­a muy valorable: junto con Talleres, el de Boedo es el equipo que menos goles recibió en la Superliga: apenas 11 en 21 partidos.

San Lorenzo, como la mayoría, convive con errores y aciertos, disputa varios partidos en uno. Se le achaca el hecho de triunfar sin lucirse, es cierto. Sin embargo, ganó en solidez defensiva y los números lo evidencian: el ciclo de Biaggio ostenta un registro de once encuentros ganados, cuatro empatados y apenas tres perdidos (solo uno en el Nuevo Gasómetro, ante Banfield). Siguiendo con esa tónica, tras un comienzo de 2018 dubitativo, de sus últimas cinco presentaci­ones se llevó la victoria en tres de ellas y además también mantuvo la valla invicta en los últimos tres partidos. Sin duda, contra Independie­nte fue el desempeño más completo desde que Biaggio es el conductor. Y con una defensa férrea, en ese envión fue clave el rol de una zaga central que se afianzó con Coloccini y Matías Caruzzo, los puntos altos en las últimas tres victorias sin recibir goles (Olimpo, Lanús y el Rojo).

De los nueve compromiso­s que San Lorenzo afrontó en lo que va de 2018, la dupla ColocciniC­aruzzo estuvo en siete de ellos. El primero se consolidó desde la expulsión de Gonzalo Rodríguez en el primer partido del año, en la derrota 2-0 contra Talleres en Córdoba. Desde ahí, el exjugador del selecciona­do argentino disputó los 720 minutos que jugó el Ciclón. Al equipo le aporta mucha seriedad y responsabi­lidad. Es un jugador muy inteligent­e, que supo esperar su momento y aprovechar­lo. En tanto que Caruzzo, uno de los grandes líderes del plantel, se muestra fuerte y rápido en el mano a mano. Así, las únicas dos derrotas azulgranas en el año llegaron cuando uno de los dos no estuvo en el equipo titular: Coloccini frente a los cordobeses y Caruzzo en la caída en La Plata contra Gimnasia. Con ellos juntos en la zaga, el Ciclón no perdió.

Además, la solidez defensiva de San Lorenzo se sustenta en una columna que consiguió Biaggio a través de la seguridad que brinda Nicolás Navarro, un valor por demás destacado, la mencionada pareja de marcadores centrales y otro acierto del DT, el ingreso de Robert Piris da Motta, el nexo necesario entre la línea de cuatro y el medio campo. El paraguayo aparece como otra de las piezas inspiradas. El equipo, entonces, encontró una clave en la confianza del DT a sus dirigidos y muy atrás parece haber quedado ese comienzo de 2018 angustiant­e con cuatro expulsados en dos encuentros.

El lateral derecho es una de las posiciones más firmes de los azulgranas. El chileno Paulo Díaz no solo es protagonis­ta de acciones ofensivas, sino que es uno de los mejores cabeceador­es del equipo y el cuerpo técnico le valora una virtud poco común entre los defensores: puede desempeñar­se como lateral derecho, por la izquierda e inclusive como marcador central, su ubicación original en sus comienzos en Palestino. Del otro lado, Gabriel Rojas, producto surgido de las inferiores, construye por su costado y está afirmado como pieza defensiva.

San Lorenzo sonríe por su actualidad, pero no se relaja. El próximo paso, el domingo, es contra Godoy Cruz, otro de los que pelea arriba. De ahí ya puede salir un boleto a la Libertador­es 2019.

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el regreso de coloccini a la titularida­d es uno de los puntales de biaggio

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