TRIUNFO EN LA DAVIS
Argentina venció a Chile en San Juan en el grupo regional de la Copa
SAN JUAN.– Un botellón enorme de champagne funciona de faro, colocado sobre el mismísimo polvo de ladrillo traído en contenedores desde España hace unas semanas, que ahora se tiñe de blanco y celeste por los papelitos. Los jugadores, el capitán Daniel Orsanic y su gente de máxima confianza en el cuerpo técnico, los dirigentes, todos rodean el envase de vidrio que ya casi no tiene líquido. Bailan, saltan, se abrazan. A más de uno se le caen lágrimas. Diego Schwartzman, con el torso desnudo, es el primero que ensaya unos pasos mientras suena la música a todo volumen en el estadio Aldo Cantoni. Guido Pella, después de dar la cara y sufrir como pocos en 2017, finalmente tiene su desquite y se emociona. Sucede que la Argentina ganó mucho más que una serie de Copa Davis. El 3-2 frente a Chile, por la Zona Americana, que le permitirá tener en septiembre próximo la chance de regresar al Grupo Mundial en 2019, tuvo una enorme carga emotiva. Interna y periférica.
Chile y la Argentina volviendo a enfrentarse por primera vez después de dieciocho años, desde la tristísima serie de los “sillazos”. Por los penosos recuerdos que todavía sobrevolaban y hacían daño en muchos, el cruce acarreaba bastante morbo. El temor por nuevos incidentes se instaló desde el primer momento y se volvió a encender con las provocaciones por redes sociales de Marcelo Ríos. Pero los protagonistas dieron el ejemplo y el mensaje fue muy clarito desde que los equipos llegaron a San Juan. “Rivales, no enemigos”.
Claro, era todo un desafío saber cómo actuarían los hinchas y, más allá de algún desubicado que nunca falta y de algunos cantos con mucha malicia, el comportamiento del público fue digno de destacar. Se respetaron los himnos, algo que lamentablemente no suele suceder por esta porción del continente. La imagen del equipo argentino yendo hacia el rincón donde se ubicó la mayoría del público chileno y el intercambio de aplausos, parecía difícil de concretarse. Pella, que había participado de la temprana derrota en dobles (en el tercer punto, junto con Machi González, ante Nicolás Jarry y Hans Podlipnik por 6-7 [7-9], 7-5 y 6-3; luego Schwartzman igualaría la serie al vencer por 6-4 y 6-4 a Jarry), acababa de conseguir el quinto punto, al superar a Christian Garín por 6-3 y 7-6 (7-3), y se produjo ese momento cinematográfico, con los chilenos reconociendo al rival, con los argentinos sumándose a la fiesta. “Hay distintos triunfos. Están los deportivos y los que hacen a las personas. Creo que nunca nos hemos respetado tanto entre argentinos y chilenos”, celebró Orsanic.
Con las elecciones en el medio
A menos de un mes de las elecciones presidenciales en la Asociación Argentina de Tenis (el 3 de mayo), algunos auguraron que el resultado en la serie tendrá incidencia directa en el dictamen final. José Luis Clerc y Agustín Calleri, los candidatos a presidente de los espacios que pelean por el poder en la AAT, se mostraron en San Juan. Difícil saber si verdaderamente el marcador ante Chile podrá llegar a tener influencia en los votos de los clubes y las federaciones, pero quienes están involucrados actualmente en la dirigencia –y hasta el propio Orsanic, que dejó atado su futuro en el cargo dependiendo de
lo que pase con el oficialismo–, entendieron que había mucho en juego. Una derrota frente a Chile, con la incertidumbre deportiva (y, por qué no, económica) que hubiera generado, significaba un cimbronazo en los cimientos de la conducción que pretende seguir al frente de la Asociación. Con la victoria, el espacio que encabeza Clerc, de cierta manera, saca pecho. Porque, además, la actual dirigencia podrá ufanarse de haber producido, junto con el gobierno de San Juan, una serie de Copa Davis de alto nivel, con una creativa puesta en escena. Si la serie frente a Italia, en febrero de 2017, en Parque Sarmiento, fue muy pobre, ésta fue muy distinta. Dicen que a veces de los errores se aprende. Ello no significa que Calleri se resignará; al contrario.
Fue una serie muy especial, también, para Schwartzman y Pella, dos piezas que habían lidiado con la caída en Kazakhstán, el año pasado. El Peque, ganando dos puntos, y Pella, obteniendo el definitivo, se reencontraron con las buenas sensaciones en una competencia que les generaba ilusión, pero también mucha presión. “Yo nunca sufrí la Copa Davis, porque no estaría acá. Lo disfruto muchísimo aunque quizás no lo haga de la mejor forma, con mi mejor tenis, pero me siento bien. Sí, siento más nervios, sin dudas. Pero en la serie pasada (en Astana) y en esta me sentí mucho mejor. Que puedo jugar mejor, sin dudas. Pero estoy lejos de padecerlo. Fueron los primeros singles que jugué por los puntos de local y me siento feliz”, explicó Schwartzman, el número 15 del mundo. ¿Qué aportó Pella? “Para estar en la Davis hace falta un equipo que tenga disciplina, compromiso y ganas de estar. Con eso yo voy a la guerra... y con este equipo yo voy a la guerra”, destacó el bahiense.
El repechaje al que tendrá acceso la Argentina será del 14 al 16 de septiembre, contra un rival a definir. Habrá que esperar para ver cómo se reacomoda el ranking de acuerdo a los resultados de las distintas zonas durante este fin de semana. La Argentina, actualmente, está 2ª en el ranking y, si bien el lunes perderá algunos puestos, quedaría entre los mejores ocho favoritos y eso le permitiría esquivar a los países más fuertes que perdieron en febrero pasado en la 1ª rueda del Grupo Mundial.
El sorteo del repechaje será el miércoles próximo, en Londres. Luego, se abrirá una etapa en la que los protagonistas empezarán a estudiar qué jugadores podrían llegar a buscar el regreso a la elite. Pero claro que ya habrá tiempo para eso. En San Juan, el equipo argentino de Copa Davis, ese que capitanea Orsanic desde 2015, se desahogó como pocas veces.