Nadie está por encima de la ley
La Justicia brasileña le dio una lección a américa Latina: nadie está por encima de la ley, ni aun aquel que se presenta como líder y candidato para ejercer el cargo más alto de un país. La inmunidad judicial no existe ni para los que en otro momento dominaron el escenario político o beneficiaron enormemente con sus políticas a las clases populares. Desde un tiempo a esta parte, en nuestra región se presenta el fenómeno de que los líderes sociales –no solo en la política, sino en otras actividades, como las deportivas– se siente ajenos a las consecuencias judiciales y también sociales que derivan de la transgresión a la ley. creen –y seguramente es la motivación que los moviliza en ese sentido– que el ejercicio o la práctica de políticas o actitudes populistas (y obviamente demagógicas) los autoriza a robar impunemente. Que la popularidad los hace inmunes a los castigos que deben recibir cuando proceden con desprecio a las leyes. Esto debe cambiar, y Brasil dio un gigantesco paso adelante en el camino correcto. El argumento de la “persecución política” o la “cacería judicial”, como dice Lula, está cada vez más trillado y desgastado, y produce ya sonrisas de ironía e incredulidad en la gente.
Felicitaciones a Brasil, y sigamos su ejemplo. Víctor Manuel Monti victormanuelmonti@gmail.com