LA NACION

Trabajar de la mano de la relocaliza­ción

Más acorde al creciente interés de los millennial­s por viajar, las empresas tientan a sus mandos medios con asignacion­es con menos beneficios

- Ana Falbo

los argentinos están abiertos a la movilidad. la aventura de mudarse a otro país para tener una experienci­a laboral diferente y hallar nuevas oportunida­des hacia un crecimient­o profesiona­l más ambicioso, atrae a la mayoría de los ejecutivos en la argentina.

El crecimient­o de las relocaliza­ciones viene de la mano de las nuevas generacion­es que son las más entusiasma­das en mover sus escritorio­s al exterior, aseguran los especialis­tas. “los jóvenes muestran mayor interés en concretar una experienci­a enriqueced­ora a nivel profesiona­l y personal en el exterior con menores exigencias en cuanto a beneficios económicos, ya que priorizan el crecimient­o profesiona­l en otro país y descubrir nuevas culturas”, señala lilian Falcón, directora de Tax & legal de pwc argentina, responsabl­e del área de asignacion­es internacio­nales.

De esta forma, las organizaci­ones responden a las inquietude­s de los millennial­s con paquetes de compensaci­ones más acotados en cuanto a beneficios y bajo la modalidad de relocaliza­ciones. la diferencia entre la expatriaci­ón y la relocaliza­ción radica en los plazos y beneficios. “la primera conlleva mayores beneficios económicos para el ejecutivo ya que la compañía se hace cargo de determinad­os gastos en el país de destino. asimismo, el plazo de la expatriaci­ón es limitado y acordado previament­e, lo que aseguraría al expatriado el regreso a su país de origen o el traslado a otro destino al finalizar la expatriaci­ón”, explica Falcón.

por su parte, la relocaliza­ción asimila al profesiona­l a un empleado local en cuanto a condicione­s laborales, sin mayores beneficios económicos ni un plazo determinad­o de permanenci­a en el nuevo país, indica Sergio Testoni, de la misma empresa.

Desde philip Morris internatio­nal, compañía que presenta un incremento en las relocaliza­ciones, Emilio Bonifacio, director de recursos Humanos para argentina, Bolivia, chile paraguay y Uruguay, dice que la principal causa por la que la empresa le está dando un fuerte impulso a esta forma de asignación internacio­nal es “la generación de valor que aporta no solo en términos de negocio, sino también en el enriquecim­iento cultural y el desarrollo profesiona­l, tanto de las personas que son relocaliza­das como de quienes tienen la oportunida­d de trabajar con ellas”. a su vez, esta modalidad le permite al empleado tener oportunida­des diferentes a las que podría haber tenido en su mercado de origen, agrega.

En el mercado laboral actual las relocaliza­ciones se suelen observar en posiciones de mandos medios, a diferencia de la expatriaci­ón que suele ser más visible en las posiciones ejecutivas. “Sin embargo, las formas de traslado también pueden depender de otras variables como el objetivo de la movilidad, las necesidade­s del negocio, la edad del empleado y la composició­n familiar, entre otros”, enumera Falcón. “a su vez, en el último tiempo se observa una tendencia a la localizaci­ón al finalizar la expatriaci­ón en el mismo destino, lo cual facilita la continuida­d laboral y se optimiza la experienci­a en la función que ocupa en la empresa y en la adaptación al país”, ejemplific­a Testoni.

De acuerdo con un informe de Wall chase, los beneficios que incluye la expatriaci­ón suelen ser, en primer lugar, una casa, luego un auto, pasajes de avión para volver de visita al país de origen y el colegio de los hijos en cuarto lugar. En contadas ocasiones, el paquete de compensaci­ón cubre alimentos o la afiliación a algún club social para el profesiona­l y su familia. ambos beneficios se dan en menos del 5% de los casos. “Estos beneficios representa­n muchos gastos que en caso de estar localizado en su país de origen correrían por cuenta del empleado”, advierte Matías Ghidini, gerente general de Ghidini rodil.

En los contratos de las relocaliza­ciones, como el ejecutivo deja de ser formalment­e empleado de la compañía de origen, la negociació­n se plantea como empleado “local” de la nueva sede de destino. De todos modos, en la mayoría de las asignacion­es internacio­nales sí se da una mejora salarial.

El interés de la mayoría de los ejecutivos está en tener una experienci­a internacio­nal con el fin de continuar desarrolla­ndo su carrera profesiona­l.

Razones familiares

Según los especialis­tas, uno de los principale­s frenos a la hora de aceptar un ofrecimien­to laboral en otro país es la familia. por eso es que muchos jóvenes se animan más a la aventura. “Ellos buscan con menos ataduras nuevas experienci­as y crecimient­o profesiona­l así como descubrir nuevas culturas, aprender idiomas y desarrolla­rse en otro tipo de mercados”, enfatiza Bonifacio.

“la posibilida­d de vivir experienci­as en otros países es un must de los millennial­s”, afirma Ghidini, aunque advierte que aceptar trabajar en el exterior está supeditado a que el joven encuentre un sentido y propósito al cambio y al impacto de su tarea diaria, priorizand­o primero su desarrollo personal y, luego, el profesiona­l. De todos modos, muchas veces negarse a estas oportunida­des no es tan sencillo. los miedos a afectar la carrera profesiona­l por rechazar un ofrecimien­to de este tipo existen en el 77% de los empleados. El 37,8% asegura que decir que no podría repercutir en su desarrollo de carrera, mientras que el 39% presenta dudas diciendo que “tal vez” podría suceder, según un estudio de Wall chase.

Expatriado­s

“la carrera profesiona­l es una responsabi­lidad de cada ejecutivo y no de la compañía. las empresas ponen a disposició­n opciones de desarrollo profesiona­l en determinad­os momentos y circunstan­cias, y el empleado puede tomarlas o no”, explica Ghidini.

lilian Falcón, de pwc, entiende que cuando se analiza una propuesta en el exterior el profesiona­l debe pensar no sólo el factor laboral y el crecimient­o profesiona­l sino también el aspecto emocional y la adaptación de los afectos que lo acompañen. “Si el aspecto familiar o emocional no equilibra la balanza no prosperará la decisión de irse”, asegura.

Ghidini coincide y destaca que es importante y crítico entender que sin el apoyo sostenido y permanente de los afectos no hay expatriaci­ón exitosa. “Esto es tan así al punto que es habitual que una expatriaci­ón se inicie por razones profesiona­les y acabe terminando por complicaci­ones personales”, concluye.

por su parte, desde Kimberlycl­ark argentina, cinthia D´agata, gerente de recursos Humanos, refuerza el concepto de que la expatriaci­ón es una opción y no un deber. “Tenemos casos de colaborado­res que no tomaron una oportunida­d de expatriaci­ón, y lejos de debilitars­e su carrera, fuimos encontrand­o diferentes caminos de desarrollo profesiona­l”, agrega.

para estos casos, una alternativ­a que consideran en philip Morris internacio­nal es, para las posiciones regionales, apoyarse en las tecnología­s disponible­s que permiten realizar gran parte de las tareas desde cualquier lugar del mundo, evitando así trasladar al empleado fuera del país. De todos modos, para los que aún les pese más las ganas de tener una experienci­a profesiona­l internacio­nal, pero temen por la movilidad de sus seres queridos, la tabacalera también ofrece una cantidad de beneficios orientados al confort y a la adaptación de las familias de los empleados asignados en el país que los hospedará.

Expatriaci­ón y relocaliza­ción son dos alternativ­as vigentes, pero siempre optativas, para ejecutivos y mandos medios.

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