La sensación de salir a la cancha
El miedo a no poder rendir bien. Las ganas de dejar una huella de impacto positivo y de tener un trabajo que aporte una mejora al mundo. La gran duda de cómo manejar el balance entre la vida profesional y personal. Los millennials llegan a su primer trabajo con un sinfín de emociones, entrecruzan los deseos de la generación anterior con las características y la manera de pensar de los más jóvenes.
“La angustia se parece a la de un jugador que está por salir a la cancha y no sabe cómo le va a ir. Aunque entrenó, cuando el técnico le dice ‘entrá’ se pregunta si podrá rendir bien. Es la misma angustia que le da la energía para poder jugar bien, no hay que pelearse con ese sentimiento, sino usarlo como un viento a favor. Es verdad, antes de entrar duele el pecho, pero es necesario para poder jugar bien”, dijo el psicólogo Miguel Espeche.
Hay un pedido generalizado entre las nuevas generaciones: quieren flexibilidad para manejar sus horarios y sus proyectos. “En el yoga dicen que para poder flexibilizar una parte del cuerpo otra tiene que estar firme en la tierra, tiene que apoyarse sobre un punto fijo. El desafío de los millennials es encontrar el punto para mover el universo”, subrayó Espeche.
Concluyó su charla destacando la importancia del primer empleo en el desarrollo de las personas. “El trabajo es un ritual de pasaje. En todas las culturas hay situaciones simbólicas que marcan un antes y un después, como la circuncisión o salir a cazar un león en una tribu. Se dice que en nuestra cultura no hay tantos rituales y es difícil darse cuenta cuando uno es grande. El primer empleo es de los pocos ejemplos”, apuntó.