La llegada de los jóvenes presenta un desafío para las empresas
Las dos partes de una relación laboral enfrentan necesidades de adaptarse
Dicen que los bebés no llegan con un manual de instrucciones debajo del brazo para los padres. De la misma manera, los millennials ingresan a la fuerza laboral sin reglas escritas pero con necesidades y deseos distintos a los establecidos. La universidad es, en el mejor de los casos, un espacio donde pueden aprender contenidos necesarios para sus tareas, pero muchas veces es también un etapa formativa en habilidades blandas. El primer empleo es parte del aprendizaje de la mayoría de los millennials, pero es también un proceso en el cual las empresas tienen que volver a formarse para incorporarlos.
“Yo creo que a lo largo de una trayectoria laboral uno tiene muchas veces ‘primeros empleos”, dijo Mabel Rius, directora de Recursos Humanos para la Argentina y América latina del HSBC. El cambio de un empleo a otro no le es ajeno: “Yo trabajaba en la Argentina y cuando me fui a Estados Unidos fue como empezar todo de nuevo, a la vuelta fue encontrarme con un montón de cosas por primera vez. Para quienes cambiamos de puestos con nuevos jefes, compañeros y objetivos, se siente como el nuevo empleo cada vez”, explicó. También contó que el banco incorpora 50.000 personas al año entre China, India, Estados Unidos, México y Reino Unido. Y agregó: “Somos fuente del primer empleo para mucha gente. Quien no esté en una red social va a tener dificultad para conseguir un puesto; nosotros miramos y tratamos de conocer a los candidatos por las redes sociales antes de la entrevista. Hay un proceso importante para que encaje su personalidad y nuestra cultura de manera perfecta”.
Mercedes Pastor, directora de la licenciatura en Recursos Humanos de la UCA y de Human Reasons consideró que en la etapa universitaria hay que fortalecer las habilidades hard y soft. “En las aulas nos encontramos con chicos que no vienen preparados para el mundo laboral; tratamos de nivelar a los alumnos en materias técnicas y duras, pero también incorporamos talleres de narración y comunicación porque notamos grandes falencias a la hora de transmitir ideas. Si no saben expresarse y escribir un currículum sin faltas de ortografía, estamos complicados”, dijo Pastor. Y agregó un factor que no se enseña en ninguna universidad: “La actitud multiplica, la fórmula dicen que es capacidades más habilidades, multiplicadas por la actitud”.
Los millennials están asociados al concepto de infidelidad, no amorosa pero si empleadora. Muchas veces se los acusa de saltar de una organización a otra. Pero para Patricio Nóbili, director de Recursos Humanos para la División Sur de Latinoamérica de Arcos Dorados, la permanencia es un concepto obsoleto. “Hay que dejar de hablar de retención, que suena a encerrar a la gente en un cuarto y no dejar que se vaya, para pasar a hablar de permanencia, que implica que la gente se quiere quedar. Para lograrlo, es fundamental la flexibilidad, que permite, por ejemplo, combinar estudio con trabajo”, dijo el ejecutivo.