LA NACION

Elegir una tipografía es ver qué se les dice a los clientes

Color, diseño y tipo de fuente: la letra escrita es una expresión de la identidad de las compañías; casos de cambios beneficios­os y de fracasos

- Janet Morrissey Traducción de Gabriel Zadunaisky

YoRK.– Cuando apareciero­n los avisos para el show de Netflix Stranger Things en 2016, las letras del título, brillantes, de color rojo sangre, desigualme­nte sombreadas, les decían a los espectador­es exactament­e lo que podían esperar. El diseño retro de esa letra –y un video de presentaci­ón inquietant­e de un minuto– se convirtió en sinónimo de la serie, un thriller supernatur­al y, a medida que el show ganó en popularida­d, se han vuelto abundantes los memes centrados en su título instantáne­amente reconocibl­e.

“Se trata del texto y de cómo responde la gente a la fuente”, afirmó Peter Frankfurt, director creativo ejecutivo del proyecto Stranger

Things y socio fundador de imaginary Forces, una compañía de narración visual y estrategia de marcas. “Ninguno de nosotros pensó jamás que esto sería el fenómeno que es”, expresó.

Hollywood conoce desde hace mucho este truco de marketing, con estudios de cine que eligen estratégic­amente las fuentes, los colores y la iluminació­n del título de una película que refleja su tono y género.

Y en un mercado atestado, muchas marcas de consumo masivo –como Southwest Airlines, Remax y Domino’s Pizza– han puesto más énfasis en sus fuentes como una parte crucial de su marketing.

“Se está volviendo cada vez más importante”, sostuvo Steve Matteson, director creativo de tipografía de Monotype, una compañía que crea, licencia y diseña fuentes para marcas.

Cuando Southwest Airlines actualizó su marca en el año 2014 reformó su fuente y su logo como parte de la renovación. Quería crear la imagen de una aerolínea a la que le importa la lealtad de los clientes y que tiene corazón.

Por lo que Southwest cambió su fuente Helvética mayúscula por una fuente Sans más gruesa, que incluía letras minúsculas, cambios con los que se buscaba dar un tono más suave y amigable. También agrego un corazón tricolor al logo, junto con el lema: “Sin corazón, es solo una máquina”.

“Ahora tenemos una fuente singular que realmente corporiza nuestra personalid­ad como marca”, afirmó Helen limpitlaw, directora de comunicaci­ones de marca de Southwest Airlines. “Estamos en una categoría muy competitiv­a y tratamos de evitar las similitude­s”.

la nueva tipografía ahora aparece en los aviones, avisos, carteles en aeropuerto­s, uniformes, el sitio en la red y en los ítems a bordo de Southwest.

Antes los colores y las fuentes usados por la aerolínea variaban de una plataforma a otra. “Se sentía como algo muy fracturado, era una experienci­a desconecta­da”, recordó Rodney Abbot, socio de lippincott, una firma de estrateNUE­VA gia de marcas y diseño que trabajó con Southwest.

Una encuesta de clientes de la compañía concluyó que para el 95% la nueva identidad resulta atractiva, según la National Brand Monitor en 2014. “Decididame­nte hemos visto un incremento de los ingresos, de las reservas y de la dinámica de la marca”, explicó limpitlaw. El estilo, el tamaño, la forma, el grosor, el color y la profundida­d de la fuente, todo ese conjunto narra una historia. “la tipografía es una expresión del tono de voz”, analizó Abbot.

los expertos dicen que las fuentes adecuadas pueden ayudar a las marcas a destacarse en un mercado competitiv­o. Pero tienen que saber a quién apuntan y lo que quieren decir. “Hablar con una mamá es distinto que hablar con un adolescent­e o un jubilado de 65 años”, afirmó Frank liu, jefe creativo de Siegelvisi­on, una firma de marcas y comunicaci­ón.

Monster Beverage es un buen ejemplo de una compañía que sabía a quién quería dirigirse. En 2002 presentó su logo de la bebida Monster Energy, que mostraba tres marcas de garra verde neón formando una “M” sobre un fondo negro, con “Monster” en letras de estilo gótico debajo. El logo y los colores llamativos exudaban energía y juventud y establecie­ron la conexión con los fanáticos de deportes como el snowboardi­ng y las carreras de Fórmula Uno, que eran su blanco.

“la gráfica absolutame­nte acertó para ese segmento”, señaló Paul Friederich­sen, socio de Blake Project, una firma de marketing de marcas y consultora. Ahora, 16 años más tarde, el logo de Monster sigue siendo valioso y reconocibl­e.

Cambios y nervios

los cambios a veces ponen nerviosas a las compañías con larga trayectori­a, pero corren el riesgo de estancarse si no cambian.

“la gente teme modificar las marcas en estos tiempos por las personas llenas de odio en internet, que pueden destrozar las cosas”, dijo Matteson.

Cuando la cadena minorista Gap cambió su fuente icónica con forma de espiral por una helvética como parte de una actualizac­ión de la marca en 2010, los clientes resistiero­n con fuerza. “El nuevo logo perdió toda la personalid­ad que había adquirido el original a lo largo de los años y fue presentado sin explicació­n ni argumento”, señaló Matt See, director de arte de Siegelvisi­on. “Parecía que era algo irreflexiv­o. la compañía terminó por volver a su logo original”.

los expertos recomienda­n que las compañías tengan expertos en fuentes y hagan muchas encuestas antes de cambiar.

Cuando la inmobiliar­ia gigante Remax decidió modificar y actualizar su logo y su fuente por primera vez en 44 años, la compañía pasó dos años realizando encuestas a 20.000 personas en Estados Unidos y Canadá, antes de avanzar con los cambios.

“Al fin de cuentas, todas estas imágenes iban a estar en carteles en todo el mundo, por lo que queríamos estar seguros de que tuviera resonancia con los clientes”, dijo Abby lee, vicepresid­enta de marketing y estrategia­s de medios de Remax. “Tratar de cambiar una marca luego de 45 años con más de 115.000 agentes es una gran tarea”.

la compañía necesitaba la actualizac­ión de la fuente porque su tipografía no encajaba bien en el mundo digital. El reconocibl­e logo del globo aerostátic­o y las fuentes anticuadas aparecían borrosas en los dispositiv­os móviles. Esto representa­ba un problema significat­ivo porque el 34% de los actuales compradore­s de hogares son millennial­s, un grupo que usa mucho los dispositiv­os digitales.

Si se manejan bien, las fuentes permiten a las marcas mostrar su lado humano y su personalid­ad, lo que puede relacionar­se con los consumidor­es desde el costado emocional.

“Se trata de entender el poder de la tipografía”, sintetizó Frankfurt. “Hay muchas maneras diferentes en que las tipografía­s se comunican y actúan con su voz y su personalid­ad. Y esto es así ahora más que nunca”.

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