LA NACION

es temporada de hanami en japón, washington y también parís

- Por Pierre Dumas

1 Japón somei yoshino en Tokio Hanami u ohanami designa en japonés la costumbre de admirar los cerezos en flor, los famosos sakuras, en primavera. En el hemisferio norte, esta temporada ya empezó o está a punto de hacerlo según las regiones. El hanami en Japón es algo que se organiza con mucha rigurosida­d. A partir de marzo, los nipones siguen en los noticieros los reportes para saber cuándo brotarán las flores. Según las condicione­s climáticas y las latitudes entre el norte y el sur del archipiéla­go, es algo que se desde fines de marzo hasta mayo (hay más de un mes de diferencia entre las el sur y la isla de Hokkaido en el norte). En Tokio el pico es por lo general a mediados de abril. Los habitantes de la megalópoli­s tienen muchos lugares para congregars­e en familia o entre amigos y pasar un día bajo las ramas de los sakuras, para un picnic o sesiones de fotos. Si hubiera que quedarse con uno solo, para muchos sería el Parque Ueno. Se dice que tiene más de mil cerezos y es uno de los más concurrido­s durante el hanami. Hay muchas variedades de cerezos-flor en Japón. La más apreciada es la somei yoshino, que florece de color blanco con matices de rosado. 2 esTados Unidos i regalo Japonés en WashingTon Uno de los mayores hanami fuera de Japón se celebra en la capital norteameri­cana. Los primeros sakuras de sus parques fueron plantados hace más de un siglo: el 27 de marzo de 1912, el alcalde de Tokio regaló unos tres mil plantines al gobierno de Estados Unidos como muestra de amistad. En recuerdo de esta fecha, el National Cherry Blossom Festival empieza a fines de marzo y se extiende hasta principios de abril, mientras florecen los árboles. Este año se celebra hasta el 15 de abril. Con el paso de los años, el evento ganó en importanci­a y propone muchas actividade­s. Una de las más llamativas es un festival de cometas, el Kite Blossom Festival. El Tidal Bassin, los parques de la Biblioteca del Congreso y las orillas del río Potomac con algunos de los mejores lugares para ver los paisajes coloridos por los cerezos en flor. 3 esTados Unidos ii en CenTral park Los matsuri (festival, en japonés) en torno a sakuras se han convertido en algo habitual cada primavera en las ciudades donde hay comunidade­s japonesas en América del Norte, Nueva York incluida. Hay cerezos en la mayoría de sus espacios verdes. Pero es al Central Park donde va la mayoría de los turistas para verlos. Desde el monumento a John Lennon –el mosaico del Strawberry Fields– se pueden ya ver las masas blancas y rosadas de los sakuras. Muchos están a orillas del lago. Como en Japón, la gente se sienta bajo sus ramas para pasar la tarde. Es común también ver a novios con sus trajes de boda que vienen para sesiones de fotos. También se pueden observar cerezos en flor en el Jardín Botánico de Brooklyn (las flores motivan muchas actividade­s bien japonesas, como desfiles de cosplay, combates de samurai, degustacio­nes de té), el Riverside Park (con 700 árboles a lo largo del Hudson River), la pequeña Roosevelt Island y muchos, muchos otros lugares en los cinco distritos. 4 FranCia Un maTsUri CerCa de parís La capital de Francia es segurament­e la ciudad más niponófila de Europa. Además de tiendas, restaurant­es, librerías, mangacafés, institutos o eventos está la Casa de la Cultura de Japón, uno de los mayores centros de difusión del archipiéla­go en el mundo. No podía faltar entonces un lugar donde celebrar el hanami. La cita es en el Parque de Sceaux, en las afueras al sur de la ciudad. En el momento pico de la floración, se organiza un fin de semana especial con comidas, bailes y demostraci­ones de taiko (tambores). Es un festival muy concurrido y hay que llegar bien temprano por la mañana para asegurarse un lugar bajo las ramas de los cerezos y ver las distintas actividade­s propuestas. Este año el matsuri será los días 28 y 29 de abril. 5 alemania Túneles rosados en Bonn Desde que la capital alemana fue trasladada a Berlín, la pequeña ciudad natal de Beethoven ha caído en el olvido, aunque siga manteniend­o algunas oficinas del gobierno federal. Sin embargo Bonn merece ser visitada cada año en primavera. Es cuando las calles de su viejo centro están cubiertas por ramas florecidas de sakuras color rosa. Forman túneles por encima de las aceras y las veredas de la Altstadt, el viejo centro, y más particular­mente al borde de la Heerstrass­e. Se la ve en su máximo esplendor a fines de abril. Pero durante todo el mes, como está muy concurrida los fines de semana (se viene incluso desde regiones vecinas de Francia, Bélgica y Holanda), los habitués recomienda­n llegar temprano por la mañana o esperar hasta el anochecer. Es cuando hay menos gente y cuando se puede jugar con la luz y el alumbrado público para sacar fotos. En respuesta al entusiasmo de la gente, la ciudad organiza ciertos años un festival, el Kirschblüt­enfest. El último se remonta a 2016.

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