Laura Azcurra. “Estuve varada tres días en Hong Kong”
— ¿Qué es lo que más te seduce de salir de viaje? —La libertad de saber que voy a lo desconocido. —¿Viajaste como mochilera o acampaste alguna vez? —Sí. Fue breve pero intenso. Mi primer descubrimiento de Bariloche en verano. Con unos amigos pasamos la noche en el cerro Tronador y fue una experiencia maravillosa y milagrosa. Llegar a un objetivo, escalar un cerro, transitar todo lo que pasa por la mente... Todo un aprendizaje. —Si pudieras tomarte un año sabático para viajar, ¿cómo imaginás tu itinerario? —Europa para cruzar el Atlántico y dar toda la vueltita para terminar en India. —¿Algún prejuicio que hayas derribado viajando? —Muchísimos. Los viajes están para eso. Para conocer a otros humanos y entender que las emociones son universales. —¿Cuál es el parque nacional o la reserva natural más lindo que hayas visitado? —Caviahue, en Neuquén. Una maravilla sus bosques de araucarias. Y toda la reserva imponente de Iguazú en Misiones. Único en el mundo. —¿Tres museos que te haya gustado visitar especialmente? Del Prado, en Madrid; American Museum of Natural History en Nueva York y recientemente descubrí el AGO, Art Gallery of Ontario, en Toronto. Divino. —¿Cuál es el mayor pecado de un turista? —Comer delicias típicas del lugar, hablar con desconocidos y en mi caso, visitar la movida de teatro y flamenco donde quiera que vaya. —¿La playa más linda que hayas visitado alguna vez? —Moreré, en Boipeba. Una playa espectacular cerca de Salvador de Bahía, en Brasil. Mar perfecto, playas variadas, pocos turistas y mucha naturaleza. Otra gran isla es Maui, en Hawai. El mejor tesoro de los californianos, que rajan a vivir allí, y de los surfistas. —¿Tres road movies para recomendar? —Sideways (Entre copas se llamó aquí), Diarios de Motocicleta y Thelma & Louise —¿Cuál fue tu mayor hazaña en el turismo aventura? —Tirarme en parapente en Río de Janeiro. Me sentí un pájaro con el océano y un intenso azul profundo a mis pies... Estaba en un sueño. Viajé con Marley. De hecho lo hice un par de veces. Uno de los viajes fue a Filipinas. Rarísimo lugar, mezcla de Oriente con Occidente, muy batido... Al intentar volver a mi continente, era martes 11 de septiembre de 2001 a las 23. Las torres gemelas colapsaban y solo pude salir de Manila a Hong Kong, donde quedé varada por tres días. Con 19 añitos y sola... Verdaderamente inolvidable.