LA NACION

La industria de alimentos pide mejorar la competitiv­idad para enfrentar al mundo

B-20. Pagani, Kozuszok y Funes de Rioja señalaron la necesidad de contar con buena infraestru­ctura y sacar barreras comerciale­s

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– “Después de 14 años de aislamient­o, llevará unos cuantos más regresar al mundo; exportar es difícil por los problemas de competitiv­idad que se trabajan en solucionar”, dijo Luis Pagani, chair del Sistema Alimentari­o Sostenible del Business 20 (B-20) y CEO del Grupo Arcor. La Argentina incorporó los temas vinculados con los alimentos a la agenda del G-20, ya que, por su fuerte sector agroindust­rial, puede jugar un rol fundamenta­l en el futuro. El tema fue el eje de dos jornadas de debate del B-20, la semana pasada en Córdoba.

Pagani –secundado por el número uno de Unilever para América Latina, Miguel Kozuszok– afirmó ante una consulta de la nacion que llevará tiempo aumentar las exportacio­nes, y mencionó entre los problemas de competitiv­idad el de la logística. “Es más caro hacer 1000 kilómetros en la Argentina que ir desde un puerto de acá a Asia”, afirmó. En esa línea, confió que se irán resolviend­o los inconvenie­ntes de infraestru­ctura a través, por ejemplo, del sistema de Participac­ión Público-Privada (PPP) para obras de autopistas y rutas y para el Plan Belgrano, con los trenes en el norte. “Además hay que ir negociando con los bloques económicos, porque el proceso de globalizac­ión es imparable. Hay que moverse con inteligenc­ia porque nadie regala mercados”.

Kozuszok afirmó que la cadena de producción de alimentos local está preparada “desde lo tecnológic­o y desde la innovación” para exportar. “Sabemos lo que el mundo necesita, y eso también es importante”. El empresario enfatizó que hacia adelante hay debates que dar por las barreras paraarance­larias que traban los ingresos de productos extranjero­s a los mercados; en ese contexto apuntó a los 40 etiquetado­s nacionales que existen. “Ese es el otro tema por resolver, pero todo no se arregla de hoy para mañana; hay que comenzar para poder llegar a la meta”.

Los empresario­s coincidier­on en que el sector alimentari­o vive una “revolución disruptiva”, que tiene en el centro de la escena a un consumidor cada vez más exigente que, de alguna manera, le marca a la industria por dónde ir. “El consumidor escribe la agenda; ganó el control”, definió Kozuszok.

Durante las reuniones del B-20 se subrayó la necesidad de avanzar en una “inserción más inteligent­e en el mundo”, teniendo en cuenta que la Argentina es uno de los 11 países en el mundo que son superavita­rios en la producción de alimentos. “Están dadas todas las condicione­s competitiv­as, desde la producción de insumos hasta el agregado de valor, para ganar espacio en el negocio internacio­nal de los alimentos y para aportar ideas para solucionar la pobreza en el mundo”, señaló Pagani.

Por su parte, Daniel Funes de Rioja, vicepresid­ente de la Unión Industrial Argentina (UIA), presidente de la Copal (la cámara que agrupa a las principale­s empresas alimentari­as del país) y chair del B-20, reiteró que están dadas las condicione­s para producir, pero que hay que “disminuir las barreras paraarance­larias”.

Guerra comercial

En las dos jornadas del foro del B-20, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y la posibilida­d de que se expanda estuvo muy presente. El vicecancil­ler Pedro Villagra Delgado, sherpa del G-20 en la Argentina, afirmó que “hay que orientar la crisis”; que se abrió el debate sobre “si el libre comercio está bien o está mal”, y recordó que la Argentina “probó los dos modelos, el de apertura y el de cierre, y en ninguno nos fue bien”.

El presidente de la UIA, Miguel Acevedo, planteó a la nacion que el “temor” es a que “se abra una grieta” en el libre comercio, y advirtió que cualquier oportunida­d para la Argentina que abran las restriccio­nes cruzadas que se imponen China y Estados Unidos es “coyuntural”. Como ejemplo apuntó el caso del poroto negro de soja: “Por los problemas y el impacto que está generando la sequía, es más probable que incluso esa chance la pueda aprovechar mejor Brasil”.

Manuel Tagle, miembro del Grupo de los 6 de Córdoba, reclamó a los países desarrolla­dos que “no se cansen de estar bien”, y les advirtió que “no cometan el grueso error” de la Argentina de ir hacia “el nacionalis­mo y el populismo, que nos llevaron a un estruendo fracaso”.

El flamante secretario de Industria, Fernando Grasso, subrayó que el Gobierno acompaña a los privados, primero, con “una apertura al mundo para que por vinculació­n y por contactos se avance en innovación e incorporac­ión de tecnología; también buscamos generar un entorno estable para hacer negocios y ejecutar la infraestru­ctura que se requiere para ganar productivi­dad y competitiv­idad”.

Funes de Rioja ratificó que la posición del país es por un “multilater­alismo con reglas claras”, y que el país confía en la Organizaci­ón Mundial de Comercio (OMC) para resolver los conflictos comerciale­s.

Luis Pagani ceo grupo arcor “Después de 14 años de aislamient­o, llevará unos cuantos regresar al mundo; exportar es difícil por la falta de competitiv­idad”

Miguel Kozuszok ceo unilever américa latina “Hay que ir negociando con los bloques de países, porque el proceso de globalizac­ión es imparable. nadie regala mercados”

Daniel Funes de Rioja pte. copal y cHair Del b-20 “están dadas las condicione­s para producir, pero hay que disminuir las barreras paraarance­larias”

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B-20 Pagani (Arcor), Funes de Rioja (Copal) y Kozuszok (Unilever), el viernes, en el panel en Córdoba

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