LA NACION

lejos del ruido de palermo, ahora disfrutan de un nuevo hábitat

Habitan una laguna en un complejo de la Ceamse; otros tantos fueron relocaliza­dos en una fundación y en una estación de animales silvestres; muchos vecinos extrañan su presencia

- José María Costa

Les cambió el entorno por completo. Ya no miran de reojo y con desconfian­za a los runners, ciclistas y personas en rollers que circulaban a centímetro­s de ellos en los lagos de Palermo. Los más de 500 gansos desalojado­s hace un mes de ese barrio porteño ahora habitan espacios del conurbano bonaerense: una laguna en el Complejo Ambiental Norte III de la Ceamse, la Fundación Naturaleza Viva de Florencio Varela y la Estación de Cría de Animales Silvestres de La Plata.

la nacion recorrió el nuevo hábitat de un grupo de estos animales, a la vera del Camino del Buen Ayre, en José León Suárez. Allí fueron relocaliza­dos 254 gansos que antes vivían en los lagos Regatas y del Rosedal, en el Parque Tres de Febrero.

“Cuando fueron capturados se tuvo en cuenta su grupo social y fueron trasladado­s todos juntos para ser derivados en conjunto y respetar eso”, explicaron voceros de la Agencia de Protección Ambiental porteña (APRA). Por ese motivo, hoy se los ve separados en pequeños grupos dentro del espejo de agua de 2,5 hectáreas del Complejo Norte III.

En el lugar, el ruido de los vehículos y el contacto con las personas son muy esporádico­s. Sin embargo, los gansos no perdieron las costumbres y, ante la presencia de cualquier visitante, se acercan en busca de alguna migaja de pan.

Los especialis­tas que acompañaro­n el recorrido detallaron que dentro de cada grupo hay un líder, que es seguido por otros ejemplares. “Ellos siempre viven en parejas con sus crías, pero varias parejas se juntan y conforman un grupo. Son grupos que se arman y desarman porque los pichones, una vez que crecen, buscan armar sus propios grupos”, dijeron.

El silencio y la calma con la que se desplazaba­n los gansos por el agua se interrumpi­ó cuando algunos escucharon el ruido de una bolsa plástica. Los primeros trozos de pan arrojados a la laguna fueron suficiente para que se generara una especie de “estampida” de aves, cuyos graznidos rompieron la tranquilid­ad y el orden grupal.

Uno de los operarios que trabaja en la Ceamse explicó a la nacion que se encuentran en un proceso de lograr que nadie les arroje comida para que los animales vuelvan a tener su dieta natural. “Algunos camiones llegan y frenan en la zona para alimentarl­os, pero les estamos enseñando a los choferes a que no lo hagan más”, afirmó.

En su nuevo destino los gansos parecen mucho más tranquilos que en Palermo y conviven con otras especies como garzas, gallaretas, pollonas, caranchos, chimangos, cisnes de cuellos negro, patitos y coscorobas. Pero también deben aprender que ciertos depredador­es habitan o circulan por el complejo, como los caranchos, los gavilanes mixtos, las comadrejas overas, los zorros y los lagartos overos.

La llegada de los gansos se percibe en las inmediacio­nes de la laguna. En un sector, que tenía un espeso y verde césped, este se redujo notablemen­te y contrasta con otros lugares. Estos animales se alimentan principalm­ente de pasto; consumen alrededor de un kilo por día. Ese fue uno de los motivos por los cuales se decidió su desalojo de Palermo. También porque competían con otras especies.

“Son animales de consumo intensivo en un determinad­o lugar. Cuando se acaba ahí, se desplazan al lado y así hasta que vuelve a crecer en la primera zona”, describier­on los expertos de la Ceamse.

El traslado de los animales del Parque Tres de Febrero se hizo progresiva­mente. Hasta el momento, como se dijo, 150 gansos del lago Regatas y 104 del lago del Rosedal fueron trasladado­s al Complejo Ambiental Norte III. Un segundo grupo del lago del Rosedal de 104 ejemplares, junto a 74 del Planetario y 62 del lago Regatas están ahora en la Fundación Naturaleza Viva (FNV) de Florencio Varela. Y otros 15 del Rosedal se relocaliza­ron en la Estación de Cría de Animales Silvestres (ECAS).

Fuentes de la APRA agregaron que una población estimada de 291 individuos –el número no es exacto porque se mueven de un lago al otro, lo que dificulta el relevamien­to– aún permanece en Palermo. De ellos, se espera que 160 sean relocaliza­dos y 130 se queden allí; entre estos últimos habrá un control de su reproducci­ón para evitar que se repita el problema de la superpobla­ción.

Otro paisaje

La nueva postal de los tres lagos tiene menos plumas. Hay quienes están a favor del traslado y quienes, por el contrario, extrañan a los gansos. “Los observador­es de aves empezaron a ver el regreso de especies locales a la zona donde antes estaban los gansos”, dijo a la nacion Francisco González Táboas, de la ONG Aves Argentinas. Y agregó: “Se debe controlar la forma en que van a interactua­r los gansos con las otras especies de aves que ya estaban en la Ceamse y en los otros lugares a los que fueron derivados”.

Algunos vecinos recuerdan con nostalgia los paseos en los que aprovechab­an para alimentar a los ejemplares, que ahora son apenas un tercio. Tal es el caso de Daniela, que se comunicó con una de las granjas donde ahora viven las aves para saber cómo estaban y pedirles que los cuidaran.

Algunos defensores de animales critican que no se haya realizado un control de reproducci­ón durante la última década para evitar llegar a la situación que impulsó el traslado de los gansos, y se preguntan cómo la Ciudad evitará que se vuelva a generar una sobrepobla­ción de estas aves. Fuentes oficiales respondier­on que, cuando comience la próxima temporada reproducti­va, se reemplazar­án los huevos reales por otros de madera.

A Osvaldo Guerrica Echevarría, presidente de la Asociación Amigos del Lago de Palermo, le pareció correcta la decisión del traslado, aunque tenía dudas sobre el destino de los gansos. Contó además que tuvieron reuniones con las autoridade­s del Comité Olímpico Argentino (COA) que les detallaron que se utilizará el lago de Regatas como sede de las competenci­as de triatlón de los Juegos Olímpicos de la Juventud, lo que sería otro de los motivos por los que se hizo rápido la relocaliza­ción.

Sin embargo, desde la APRA señalaron que los Juegos Olímpicos –por disputarse en octubre– no están dentro de las funciones de la agencia y que “la relocaliza­ción de los gansos responde a la necesidad de balancear el ecosistema y preservarl­o, a la vez que se les ofrece mejores condicione­s de vida a las aves en nuevos hábitats”.

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Ricardo pristupluk En el Complejo Norte III de la Ceamse, las aves disfrutan de un espejo de agua

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