Barça va a Roma por un partido normal; el City lo necesita perfecto
El equipo catalán busca la semifinal tras el 4-1; el inglés debe revertir un 0-3 ante Liverpool
Dos resultados amplios en la ida podrían dar a entender que ambas series están finiquitadas. Sin embargo, la sensación es más fuerte en un partido que en el otro. Porque se podía especular con que Barcelona sacara en el Camp Nou una amplia diferencia sobre Roma, como finalmente ocurrió: 4-1. Fue más sorpresivo e inesperado que Liverpool superara 3-0 a Manchester City. Por eso, atendiendo a las equivalencias de los equipos, en el Etihad Stadium hay más margen para un vuelco que en el Olímpico de Roma, uno de los tantos estadios que a Lionel Messi le trae buenos recuerdos, desde aquel cabezazo sobre Van der Sar en la final de la Champions League de 2009 que el Barça le ganó 2-0 a Manchester United.
“Un exceso de confianza podría costar muy caro”, expresó con su proverbial prudencia el entrenador de Barcelona, Ernesto Valverde. El equipo catalán está cerca de alcanzar las semifinales luego de que en las últimas dos temporadas fuera eliminado en cuartos por Juventus (2017) y Atlético de Madrid (2016).
El director técnico de Roma, Eusebio Di Francesco, es consciente de lo que depende: “Hay que confiar en el milagro”. En el corto historial entre ambos clubes, Roma consiguió de local en 2002 el resultado que necesita hoy, un 3-0, en un partido que tuvo entre los titulares a Gabriel Batistuta (no marcó y fue reemplazado por Tommasi, que hizo el tercer gol) y Walter Samuel. Por lesión, en Roma está casi descartado el extremo argentino Diego Perotti, mientras que Federico Fazio ocupará la zaga.
Con mayoría de titulares, el conjunto italiano viene de perder 2-0 de local ante Fiorentina y bajó al cuarto puesto en el calcio. Más desahogada es la situación de Barcelona, líder en la Liga de España con 11 puntos de diferencia, cuando restan 21 por disputarse.
Si Roma logra dejar su arco imbatido, como ocurrió en cinco de los últimos seis cotejos de local por la Champions, necesitará marcar tres goles, la cantidad que Barcelona recibió en la suma de sus nueve encuentros de esta edición.
Pep y el partido perfecto
Tiene mucho trabajo en lo futbolístico y lo anímico Pep Guardiola. Si el 0-3 en Anfield Road fue un duro palo, no menos nocivo fue que el sábado desperdiciara la oportunidad de ser campeón de la Premier League a falta de seis fechas, lo que hubiera sido un récord de anticipación. Ganaba 2-0 al cabo del primer tiempo el clásico de la ciudad ante el United, que revirtió el desarrollo y venció 3-2.
“Para pasar tenemos que hacer el partido perfecto: crear situaciones, definir y conceder pocas ocasiones”, dijo Guardiola, que hoy contará desde el comienzo con Sergio Agüero, ausente en la ida por una lesión y presente en los últimos 15 minutos del clásico, cuando el City buscó con desesperación el empate.
Entre la urgencia de los locales y la propuesta intensa de Liverpool puede darse un choque cargado de emociones. El City ya sabe lo que es arrollar a su rival: en septiembre pasado lo goleó 5-0. Otro punto a favor de los locales es la casi segura exclusión del delantero de Liverpool Mo Salah, lesionado en la ida; el egipcio tiene 29 goles en la Premier e iguala con Messi el primer puesto por el Botín de Oro.
Jürgen Klopp, siempre jovial, y más en estas horas, calificó a Guardiola como “el mejor”, aunque los números del duelo personal le son más favorables al alemán desde que se enfrentaron por primera vez en el fútbol alemán: siete triunfos (uno por penales), cinco derrotas y un empate. Es el único historial en rojo de Guardiola contra un colega.