LA NACION

“Fue mi error, y lo siento”

En una tensa audiencia pública, el CEO de Facebook declaró durante más de cinco horas ante senadores por el uso de datos de millones de usuarios para campañas políticas

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON (De nuestro correspons­al).– En medio de la peor tormenta que atravesó Facebook desde su creación, su cofundador y CEO, Mark Zuckerberg, ensayó ayer un mea culpa en el Congreso por el escándalo del uso de datos privados para campañas políticas. “No adoptamos una visión suficiente­mente amplia de nuestra responsabi­lidad y fue un error enorme. Fue mi error, y lo siento”, dijo en la tensa audiencia pública.

WASHINGTON.– Nervioso, de traje y corbata, y con una expresión de piedra que rara vez abandonó, el cofundador y CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, ensayó un nuevo mea culpa en el Congreso por el escándalo de “cosecha” de datos privados que hundió a su empresa en la peor crisis de su historia y elevó el escrutinio sobre los riesgos de las redes sociales.

Zuckerberg se enfrentó al mayor interrogat­orio público de su vida, al responder preguntas de legislador­es durante más de cinco horas en una audiencia conjunta del Comité Judiciario y el Comité de Comercio del Senado, reunidos para discutir las repercusio­nes del escándalo de Cambridge Analytica, una firma que obtuvo y utilizó informació­n de usuarios de Facebook para favorecer campañas políticas, entre ellas, la del presidente, Donald Trump.

“No tomamos una visión suficiente­mente amplia de nuestra responsabi­lidad y eso fue un gran error. Fue mi error, y lo siento. Empecé Facebook, lo administro y soy responsabl­e de lo que sucede aquí”, dijo Zuckerberg al leer del testimonio que preparó, y ofreció su enésima disculpa por la crisis.

El ida y vuelta con los senadores fue, en general, cordial. Hubo picos de tensión, pero, de hecho, el intercambi­o de preguntas y respuestas por momentos se volvió técnico y algo tedioso. Hubo, también, espacio para bromas y elogios para el joven empresario, un ícono –controvert­ido– de Silicon Valley.

Bajo fuego, Zuckerberg negó, en más de una ocasión, que Facebook fuera un monopolio –aunque no pudo nombrar un competidor directo– o que venda informació­n para publicidad o desarrollo de aplicacion­es, y dejó la puerta abierta a que, en el futuro, haya un servicio pago, sin publicidad, y otro gratuito, como el actual.

“Siempre habrá una versión de Facebook que será gratis”, dijo Zuckerberg, cuando un senador le preguntó si estaba consideran­do que los usuarios pagaran para no ver anuncios, uno de los rasgos más controvert­idos de la red social.

Zuckerberg insistió en que “decenas de miles” de aplicacion­es que acceden a datos de usuarios serán investigad­as, y se mostró permeable a adoptar controles de privacidad como los de Europa. Afirmó que uno de sus mayores “arrepentim­ientos” es no haber identifica­do a tiempo la injerencia de Rusia en la última elección presidenci­al, y confirmó que Facebook “está trabajando” con el investigad­or especial del Rusiagate, Robert Mueller.

Nada quedó librado al azar. Zuckerberg y su equipo no ahorraron en preparativ­os, a sabiendas de que estarían bajo la mirada del mundo. Antes de la audiencia, Zuckerberg ensayó el ida y vuelta en una sala preparada a imagen y semejanza a la de la audiencia. Incluso se colocó un almohadón en su silla para que se viera más alto de lo que es.

Uno de los intercambi­os tensos fue con el senador demócrata Dick Durbin, quien le preguntó si se sentiría cómodo diciendo el nombre del hotel en el que se hospedó en Washington. Zuckerberg soltó una risa incómoda y, tras dudar unos segundos, respondió: “Um... no”. Durbin insistió: “Si se mensajeó con personas esta semana, ¿compartirí­a los nombres de las personas a las que envió mensajes?”. La misma respuesta: “Senador, no”. Durbin asestó: “Creo que esto podría ser de lo que se trata todo. Su derecho a la privacidad”, cerró.

Otro senador, John Kennedy, republican­o, fue uno de los más directos: “Esto es lo que todo el mundo ha tratado de decirle hoy, y se lo digo con cuidado: su acuerdo de usuario apesta”, se despachó. Zuckerberg había dicho antes que ofrecer un acuerdo de privacidad muy largo podía ser “confuso”.

Zuckerberg habló varias veces sobre su intención de fortalecer y proteger la “comunidad”, su referencia de bitácora a los más de dos mil millones de usuarios de la red social. Defendió su creación: “Facebook es una compañía idealista y optimista”, dijo. “Durante la mayor parte de nuestra existencia, nos enfocamos en todo lo bueno que pueden aportar las personas que se conectan”, insistió. Mencionó el movimiento #MeToo (que nació en Twitter), la organizaci­ón de la Marcha por la Vida, organizada por el movimiento estudianti­l contra las armas, o la organizaci­ón de ayuda ante desastres climáticos, como el huracán Harvey.

El interrogat­orio continuará hoy en la Cámara baja.

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Jim watson/afp
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Jim watson/aFP El CEO de Facebook, durante su declaració­n ante el Senado norteameri­cano

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