Choque de posiciones por el aborto
Expertos y figuras públicas animaron el debate legislativo.
Por el atril desfilaron médicos, científicos, juristas y representantes de organizaciones civiles. También, actrices y periodistas, que le imprimieron el dato de color a la jornada. Cada uno llevó un bagaje de argumentos, con los que esperaban convencer a una audiencia de medio centenar de diputados que escuchaba atenta. Afuera, en las inmediaciones del Congreso, simpatizantes de uno y otro sector manifestaban ruidosamente en las calles. Todo esto, en un ambiente de respetuosa cordialidad.
Así transcurrió la primera jornada de debate sobre la despenalización del aborto en la Cámara de Diputados. Bajo la presidencia de Daniel Lipovetzky (Cambiemos), los legisladores de las comisiones de Legislación General, Salud, Familia y Legislación Penal recibieron, primero, a 16 expositores en favor de la legalización del aborto. Por la tarde, escucharon a otros 16 oradores que rechazan la iniciativa. Esta dinámica se extenderá por al menos dos meses más, a razón de dos reuniones semanales; así, los diputados esperan emitir dictamen en junio.
Contra lo que se acostumbra en la Cámara baja, donde suelen desatarse discusiones calientes cuando se tratan temas sensibles –y este ciertamente lo es–, la jornada de ayer transcurrió en un clima de calma y respeto. El único momento de tensión se produjo cuando el periodista Luis Novaresio cruzó a la diputada Carmen Polledo (Cambiemos), presidenta de la Comisión de Salud, que se opone a la iniciativa.
“Carmen, no pueden dejar que las mujeres se sigan muriendo –acicateó el periodista–. No pueden permitir que las mujeres ricas accedan al misoprostol y que las pobres sigan con la rama de perejil”.
Un sector de la audiencia, con pañuelos verdes en el cuello, ovacionó a Novaresio. Inmediatamente, Polledo pidió la palabra. “¿Sabe que una nena de 13 años no está autorizada para comprar cerveza, pero va a poder abortar sin autorización de los padres?”, retrucó la diputada.
Puntos polémicos
En ese pasaje se desnudó uno de los puntos más polémicos del proyecto que promueve la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Con 71 firmas de diputados, esta iniciativa no solo propone legalizar la interrupción voluntaria del embarazo antes de las 14 semanas de gestación; además, establece que un aborto puede practicarse a una menor de entre 13 y 16 años con su solo consentimiento, ya que goza de la aptitud y madurez suficientes.
Y autoriza el aborto, sin plazo durante la gestación, cuando el embarazo fuera producto de una violación, si estuviera en riesgo la vida o salud de la mujer o si el feto tuviera deformaciones graves.
“Hagan historia y salden sus deudas con las mujeres”, exclamaron las actrices Griselda Siciliani y Carla Peterson, que leyeron una carta firmada por unas 400 colegas suyas.
“La criminalización del aborto viola los derechos humanos y no disuade a las mujeres de realizarlos. Solo los convierte en clandestinos y los vuelve poco seguros”, firmó Gastón Chillier, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
Desde la vereda contraria, Oscar Botta, de Profamilia, expresó la voz más extrema contra la despenalización. “Se lo quiere disfrazar como ‘interrupción voluntaria del embarazo’. El aborto criminal atenta contra nuestra seguridad demográfica. Esta ejecución quirúrgica constituye una verdadera desaparición forzada de personas”, advirtió.
Desde el punto de vista constitucional, Andrés Gil Domínguez sostuvo que no existen limitaciones constitucionales para legalizar el aborto. “Hay 14 sentencias en informes en los que los organismos que los aplican dijeron que las mujeres deben tener acceso al aborto seguro”, expresó. No piensan lo mismo los constitucionalistas María Angélica Gelli, Alberto Bianchi y el jurista Rodolfo Barra. “Todos los proyectos de aborto son inconstitucionales. Los tratados internacionales de rango constitucional dicen que hay un ser humano desde la concepción”, sostuvo Bianchi.
Los científicos contrarios al aborto enfatizaron que la vida humana empieza con la concepción y que su información genética es distinta a la de sus progenitores. “Un embrión no es, como aseguran, una persona en potencia; un embrión es un ser humano, una persona”, enfatizó Jorge Aquino, director del Laboratorio de Biología del Desarrollo y Medicina Regenerativa de la Universidad Austral.
Insistieron, además, en que es imposible desde el punto de vista e pide mio lógico que se produzcan 500.000 abortos clandestinos por año en la Argentina y que esta práctica sea la principal causa de mortalidad materna. Esto no es así: en 2016, las estadísticas oficiales muestran que las muertes maternas por aborto fueron 43”, enfatizó Ernesto Berutti, jefe del Servicio de Obstetricia del Hospital Universitario Austral.