El BCRA mantuvo la tasa, ahora preocupado por la inflación de abril
La dejó en 27,25%, confiado en los efectos del dólar anestesiado
El Banco Central (BCRA) mantuvo ayer sin cambios –por quinta vez consecutiva– la tasa de referencia para la economía local en el 27,25%, con lo que estiró por otros 15 días la pausa en el proceso de ajuste a la baja en los tipos de interés que le había impuesto la Casa Rosada, al flexibilizar la meta inflacionaria 2018 del 10 al 15% en una recordada conferencia de prensa a fines de 2017.
Lo hizo tras admitir que las mediciones preliminares de inflación de abril con que cuenta no traen aún buenas nuevas, a pesar de que rige desde hace un mes un ancla cambiaria precisamente buscando ayudar a aplacar los precios.
La decisión de tasa estaba descontada por los malos augurios sobre los datos de inflación de marzo a difundirse mañana. Es que no solo el IPC general volvería a entregar un registro superior al 2%, sino que la medición núcleo también seguiría alta aunque durante ese mes no haya habido aumentos de tarifas (ni en luz, ni en gas ni en transporte), que fueron los que habían impulsado en los meses anteriores su despegue, tras mantenerse relativamente baja durante 2017.
Pero la referencia a un abril también complicado sorprendió. “Las estimaciones y los indicadores de alta frecuencia de fuentes estatales y privadas monitoreados indican que la inflación núcleo de abril se mantendrá en registros elevados, aunque inferiores a los de marzo”.
La entidad insistió, sin embargo, en que considera la aceleración de la inflación de los últimos meses “transitoria” y la juzga como resultante de “los fuertes aumentos en precios regulados y la rápida depreciación del peso entre diciembre y febrero”. De allí que repitiera que, en su visión, una vez superados estos factores “la inflación consolidará su tendencia a la baja”.
Pero a la vez insistió, como había hecho hace 15 días, que si el escenario que proyecta no se llegara a verificar, “está listo para actuar, ajustando su tasa de política monetaria”, lo que supone que no dudaría en volverlas a subir, en ese caso.
Fe en el efecto del dólar quieto
El BCRA fundamentó la “visión” optimista que tiene sobre el futuro de la inflación en que “la política monetaria es más contractiva que la observada durante la mayor parte del año pasado; las negociaciones salariales están pactándose consistentemente con la meta del 15% y el proceso de ajuste de precios regulados se desacelerará fuertemente después de abril”.
A esto agregó que espera que le reditúe haber puesto en el freezer el dólar hace un mes tras el derrame que su aumento tuvo sobre el resto de los precios de una economía con alta dependencia de componentes importados.
Sostuvo otra vez que el nivel “relativamente elevado” que alcanzó “el tipo de cambio real” y “la propia acción del BCRA llevan a no prever en los próximos meses depreciaciones significativas del peso”.
Precisamente el valor del dólar se mantuvo estabilizado en torno de los $20,50 en las últimas 5 ruedas, contando la de ayer: en dos de ellas porque lo mantuvo a raya el BCRA con intervenciones, pero en tres (incluyendo las últimas dos) porque se equilibró solo.
“El mensaje es: la tasa no cambia y el dólar no sube. La núcleo de marzo debió ser elevada y esto sugiere que esperaría a ver cómo viene la inflación núcleo de mayo para decidir si modifica el nivel de las tasas”, explicó el economista Hernán del Villar, al “traducir” el comunicado.
Según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), el consenso del mercado cree que el actual nivel de tasas se mantendrá durante abril y solo a partir de mayo habría un recorte de 50 puntos, que la ubicaría en el 26,75% anual.