LA NACION

En un país movilizado, el gesto fue reconocido por las víctimas

La TV interrumpi­ó su programaci­ón para difundir el mensaje, que tuvo amplia repercusió­n

- Víctor García

SANTIAGO, Chile.–Tres canales interrumpi­eron su programaci­ón y a eso de las 15 los chilenos se agolparon frente a la TV. La lectura de la carta del Papa se anunció al mediodía y la expectativ­a generó una suerte de cadena nacional en un país que mira de reojo a la cúpula de la institució­n y a su máxima autoridad. Según la última encuesta de la Fundación Latinobaró­metro, Chile es el país de América Latina que menos confianza tiene en la Iglesia Católica, con apenas un 36% de adhesión.

Las reacciones a la carta del papa Francisco surgieron de amplios sectores. Juan Carlos Cruz, José Andrés Murillo y James Hamilton, víctimas del sacerdote pederasta Fernando Karadima, lo hicieron a través de un comunicado en el que informaron que fueron invitados al Vaticano para reunirse con Francisco. “Reconocemo­s el gesto del Papa y estamos evaluando las posibilida­des para asistir”, señaló la declaració­n. “El sentido de todas nuestras acciones siempre ha apuntado al reconocimi­ento, al perdón, y la reparación por lo que se ha sufrido”, añadió.

El sacerdote jesuita Felipe Berríos, uno de los más críticos hacia la gestión de la Iglesia en este caso, declaró a la nacion que la carta le pareció “muy potente”.

“Un Papa que pida perdón de esta manera, porque ha sido mal informado es un hecho histórico”, evaluó. “Hay reconocimi­ento a las víctimas, hay una congoja por lo que ha vivido. Nosotros esperábamo­s que le pidiera la renuncia a un obispo y quizás lo hará, pero esta carta va mucho más al fondo porque habla no solo de abusos sexuales sino de abuso de poder. Y reconoce que ha fallado la estructura de la iglesia porque él no fue informado”, agregó.

Berríos, asimismo, reconoció la deuda de la sociedad chilena “en materia legislativ­a”, y afirmó que había que trabajar en dos aspectos: “Uno es que los delitos de abusos sexuales a menores no prescriban a los diez años, sino a los treinta o cuarenta años. Y lo segundo es que los casos que prescriban, también se investigue­n. La Iglesia, nosotros mismos, no estamos hechos para investigar­nos a sí mismos”.

La organizaci­ón de Laicos y Laicas de Osorno que pidió incansable­mente la salida del obispo Juan Barros, acusado de encubrir los abusos de Karadima, también reaccionó luego de la lectura del texto desde la Conferenci­a Episcopal y destacó el trabajo de monseñor Charles Scicluna, designado por el Papa para investigar al obispo de Osorno, Juan Barros.

“Agradecemo­s de manera especial a Monseñor Charles Scicluna y al padre Jordi Bertomeau tanto por su entera disposició­n de haber venido a Chile como por la actitud de escucha sincera y el fructífero diálogo que sostuvo con todos. Apreciamos el cambio de mirada que el Papa está mostrando en su misiva. Valoramos su petición de perdón y la aceptamos. Confiamos que ese arrepentim­iento se expresará en acciones concretas”, señala el texto, que estimó la “voluntad de restablece­r confianzas” de Francisco.

El mundo político, y en especial los representa­ntes de la región de Los Lagos donde está la ciudad de Osorno, también se manifestar­on. “Valoro el gesto del Santo Padre, pero también es claro que acá quedan expuestas las responsabi­lidades de los obispos chilenos. Sin embargo, me alegro por la Iglesia chilena y los feligreses de Osorno. Después que se los maltrató diciendo que todo era mentira, esto comprueba que sus denuncias eran reales”, dijo el senador socialista Rabindrana­th Quinteros.

Su compañero de partido, el diputado por la zona Fidel Espinoza, reflexionó sobre “la validación del testimonio de las víctimas” y el “reconocimi­ento del propio Papa frente a su error, lo cual lo enaltece”.

“Ahora los altos jerarcas de la Iglesia chilena, encabezado­s por el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, y el cardenal Francisco Javier Errázuriz, son los grandes responsabl­es de que el Papa haya tenido una informació­n absolutame­nte parcial”, dijo Espinoza.

Desde el oficialism­o, hubo coincidenc­ia en enaltecer el gesto del Papa.

El diputado de la Unión Demócrata Independie­nte, Juan Antonio Coloma, destacó que Francisco finalmente “va a escuchar a representa­ntes de las víctimas en el Vaticano” y “no solamente se quiere quedar con la opinión por escrito, sino va a considerar a todos para hacerlos parte”.

El senador Iván Moreira, en tanto, único parlamenta­rio evangélico del Congreso, puntualizó que cuando un Papa pide perdón es porque “algo está pasando”. “Todo esto en Osorno ha generado un mal ambiente y una mala convivenci­a. Yo espero que la decisión que se tome en el Vaticano haga justicia con la verdad”, señaló.

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