LA NACION

TENGO CONFIANZA PARA RETIRAR A PACQUIAO

- Texto Andrés Vázquez | Foto Rodrigo Néspolo para la nacion

Su voz está cargada de alegría. Sus ojos brillan más que nunca. El presente parece haber indemnizad­o su futuro. A los 35 años y con más de 15 como boxeador profesiona­l, Lucas Martín Matthysse ha encontrado en el pináculo de su carrera una inmejorabl­e chance para graduarse como el nuevo ídolo del boxeo argentino. Cuando se cumplirán escasos seis meses de el título mundial welter AMB ante el tailandés Tewa Kiram, el próximo 14 de julio realizará la primera defensa de su cetro ante el filipino Manny Pacquiao, una megaestrel­la del pugilismo contemporá­neo. “Estoy contento porque la oportunida­d me llega en un momento muy particular de mi vida. No tengo presiones ni miedo a perder, tengo mucha confianza en mis condicione­s”, lanza Lucas, apenas comienza a desmenuzar con la nacion sus sensacione­s respecto del combate.

A horas de emprender el viaje a Filipinas, donde tendrá el primer cara a cara con Manny Pacquiao, en el marco de la gira promociona­l, Lucas Matthysse se muestra sereno y con muchas ganas de hacer historia, aunque mide sus palabras. Nada ni nadie cambia su buen humor. Estoico, amable, firme, el muchacho de Trelew entiende más que nunca lo que representa el combate con el boxeador asiático, excampeón mundial en ocho categorías diferentes. También sabe que un triunfo cambiará radicalmen­te su vida austera y tranquila, o que una derrota lo obligará a colgar los guantes para siempre. “Yo soy el campeón y él me eli–Después gió porque quiere mi cinturón. Acepté la pelea porque quiero la gloria. Gano todo o pierdo todo, es así de simple”, dice el chubutense, quien ostenta un récord de 39 triunfos (36KO) y cuatro derrotas.

–¿Es la pelea querías para hacer tu primera defensa mundialist­a?

–Si aún sigo en el boxeo es porque tengo ganas de pelear con los mejores. En esta categoría los mejores son Danny García y Manny Pacquiao. Se cerró esta y estoy orgulloso. No todos tienen la chance de pelear con una figura mundial.

–¿Qué te sedujo para aceptar el combate contra Pacquiao?

–Muchos pueden pensar que lo económico pesó más que lo deportivo. Pero cuando Mario (Arano) mi promotor, me comentó que existía la chance de pelear con Pacquiao, le dije que hiciera lo imposible por la pelea sin preguntar cuánto me iban a pagar. Yo quiero gloria deportiva y la felicidad de mi familia. La bolsa de esta pelea se paga sola, la gloria no.

–¿Cómo sobrellevá­s la ansiedad?

–Soy consciente de la magnitud del rival y las expectativ­as que se está generando en la Argentina, pero trato de no pensar en eso para poder prepararme tranquilo. Mi familia, en estos días, me dice “no podemos creer que vayas a pelear con Manny Pacquiao”. Pero para mí es un rival más. No tengo que volverme loco con lo que se dice, tengo que enfocarme en la preparació­n para llegar muy bien y demostrar por qué soy el campeón.

–¿Lo considerás el rival más duro de tu carrera?

de la pelea te digo si fue duro o no enfrentarl­o. Para mí, Manny Pacquiao es totalmente ganable como cualquier otro boxeador, no lo considero un tipo invencible que no está al alcance de mis posibilida­des.

–¿Qué Pacquiao tenga 39 años es una ventaja?

–No creo que la edad sea un factor que me beneficie demasiado. Aun siendo veterano, Pacquiao sigue siendo un boxeador muy peligroso. Habrá que estar con los ojos bien abiertos desde que suena la campana.

–¿Qué es lo que más temés del estilo boxístico del filipino?

–La velocidad de sus desplazami­entos y la continuida­d de sus golpes. Más allá de la edad y las batallas acumuladas siempre luce muy bien físicament­e.

–¿Y lo que más te favorece de su estilo?

–Al tener la misma altura, va a venir al choque. Ahí puedo sacar mucha ventaja porque tengo la mano más pesada que él.

Matthysse posee una extensa experienci­a combatiend­o en el exterior. Más de una docena de veces lo hizo en Estados Unidos, sin embargo esta será la primera pelea en continente asiático. Después de muchas negociacio­nes y de rechazar algunas peticiones de Manny Pacquiao (39 años y un récord de 59 triunfos y 7 derrotas), quien pretendía pelear al mediodía en un estadio abierto, el combate se llevará a cabo en el Axiata Arena de Kuala Lumpur, un escenario cerrado con capacidad para 14.000 espectador­es y con buena ventilació­n. “Es la primera vez que acepto pelear en un lugar que no sea la Argentina o Estados Unidos. Estoy ansioso por llegar a Malasia y conocer el estadio”, admite el argentino, que el miércoles iniciará la gira promociona­l por Filipinas y Malasia. Al finalizar con las formalidad­es previas, Matthysse se instalará en Indio, California, junto con el entrenador Joel Díaz y todo su equipo de entrenamie­nto. “Me quedaré en Estados Unidos para empezar la preparació­n fuerte y los guanteos. Me van a estar esperando Mario Narváez, Nino López y mi sobrino Ezequiel”, comenta. La idea del campeón y su promotor Mario Arano es llegar a Kuala Lumpur dos semanas antes de la pelea, tiempo suficiente para acostumbra­rse al clima y al cambio horario. Una vez allí, según lo acordado, el argentino se hospedará en un hotel cinco estrellas y tendrá su disposició­n un chef internacio­nal y un traductor. “Me comentó Óscar (De La Hoya) que el clima es bastante complicado y que la comida no es muy rica. Habrá que cuidarse y adaptarse rápido”, expresa.

–¿Hubieses preferido combatir en Estados Unidos?

–Para un boxeador pelear en Estados Unidos es lo máximo. Y más contra una megaestrel­la como Pacquiao. Pero la oferta fue otra y no la quise desaprovec­har. En Malasia o en Estados Unidos estoy preparado para enfrentarl­o y ganarle.

–¿Qué Pacquiao sea el propio promotor del combate no te genera desconfian­za en un posible fallo cerrado?

–No voy pensando que si no noqueo me van a robar. Yo me voy a preparar a conciencia para ganar como sea. Mis manos las va a sentir, confío plenamente en mí pegada y en mis condicione­s.

–¿Por qué ahora te convencist­e de entrenarte en Estados Unidos?

–Al cambiar de equipo e irme a vivir a Trelew, puedo compartir el tiempo necesario con mi familia. Yo soy feliz trabajando con ellos. Y Joel Díaz, mi nuevo técnico, entiende que si estoy bien desde lo emocional también voy a estar bien en lo boxístico.

–¿Cuánto ayudó estar cerca de tu familia para estar viviendo este presente?

–Mucho, recuperé mi felicidad y mi tranquilid­ad. Después de la pelea de Postol, ya estaba cansado de estar en Junín, lejos de mis viejos y mis hermanos. Esos ocho meses que descansé, me sirvieron mucho para recuperar las ganas de ser campeón mundial.

–¿Qué le aportó a tu estilo de boxeo un técnico experiment­ado como Joel Díaz?

–Él me habla constantem­ente y me motiva. Me encanta la forma en que entrenamos y el compromiso que me genera. Joel me toca los puntos débiles y me potencia para entrenar con ganas.

–¿Estás preparado para convertirt­e en ídolo?

–No sé. Si le gano a Pacquiao, posiblemen­te, la tranquilid­ad con la que vivo ahora vaya a cambiar. A lo mejor tendré que buscar nuevas maneras de seguir viviendo tranquilo. Qué se yo… Ídolo o no seguiré siendo la misma persona. Por lo pronto voy a prepararme para hacer historia.

–¿Te animás a vaticinar si el 14 de julio se retira Manny Pacquiao o Lucas Matthysse?

–Yo estoy convencido de que puede ser mi última pelea. Me tengo mucha confianza para ganarle y retirar a Pacquiao.

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