LA NACION

Antonio Gentile. El enigma del físico “desapareci­do” que quiere seguir en el anonimato

El Instituto Balseiro admitió ayer que lo había incluido en los homenajes por pedido de unos científico­s; él no quiere ser contactado

- Texto Fabiola czubaj

El misterio en torno al físico argentino que había sido homenajead­o en varias ocasiones como uno de los desapareci­dos de la última dictadura no hace más que profundiza­rse. Su último medio siglo de vida es un enigma. Y así pidió que continúela­personaque­secomunicó­por teléfono desde Estados Unidos y se identificó como Antonio Gentile.

La llamada llegó en febrero a la oficina del director del Instituto Balseiro, en Bariloche. La voz de un hombre anunció quién hablaba. Dijo que vivía en Estados Unidos, que tenía 85 años y, según la reconstruc­ción que pudo hacer la nacion, compartió recuerdos de hace 58 años en esa ciudad rionegrina. Integra la segunda promoción de egresados del instituto.

Pero también hubo algunos pedidos: que se retirara el nombre de Gentile de cualquier placa de homenaje y de las listas de desapareci­dos.

Además solicitó que no se difundiera­n sus datos de contacto para poder continuar con su vida privada.

En los homenajes que las organizaci­ones de derechos humanos le hicieron en los últimos años, Gentile era uno de los “cuatro” desapareci­dos del Balseiro y del Centro Atómico Bariloche, con los científico­s Eduardo Pasquini, Susana Grinberg y Manuel Tarchitzky. En esos actos participar­on Estela de Carlotto y Eugenio Zaffaroni, exjuez de la Corte Suprema.

“Nunca más hizo ciencia y dejó de ver y comunicars­e con sus colegas, sus conocidos. Lo que sucedió después de su última publicació­n científica, hace más de 40 años, es un misterio”, indicó una fuente del ámbito científico que pidió no ser identifica­da.

La historia que pudieron reconstrui­r investigad­ores indica, hasta ahora, que en 1960, el físico recién recibido viajó a Viena con una beca del Organismo Internacio­nal de Energía Atómica (OIEA). En 1961 se trasladó a Estados Unidos para continuar sus estudios en la Universida­d Yeshiva, en Nueva York.

Hay dos textos académicos conocidos con su nombre, ambos durante su formación en la Escuela de Ciencias Belfer de Yeshiva. Uno es un artículo publicado en 1970 en la revista Astrophysi­cal Letters sobre las “Conductivi­dades Eléctricas y Térmicas de las Estrellas de Neutrones”. El otro es su tesis de doctorado de 1971 sobre las “Propiedade­s de transporte de estrellas de neutrones” (publicado en 1972). Esa es su producción científica conocida.

Pero Gentile sí estuvo comunicado con colegas argentinos. La llamada de febrero pasado habría sido posible a través de la Comisión de Derechos Humanos del Personal de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). De hecho, el Instituto Balseiro explicó ayer en un comunicado que esa comisión “logró nuevas pistas y, finalmente, entrar en contacto con Gentile” para el acto por el Día Nacional de la Memoria del mes pasado.

“A partir de esta novedad, y a través de terceros, Gentile aceptó comunicars­e con el director del Instituto Balseiro –continúa el comunicado–. Carlos Balseiro, director del instituto, recibió a fines de febrero una llamada telefónica de Antonio Gentile y corroboró su identidad sobre la base de datos y recuerdos. Le comunicó que está en buen estado de salud y que tiene 85 años. Dijo que vive en Estados Unidos y que no estaba al tanto de que había sido incluido en homenajes a desapareci­dos”.

Quienes conocieron detalles de esa comunicaci­ón comentaron que Gentile estaba “muy preocupado” por esa inclusión.

Idas y vueltas

La informació­n oficial sobre el caso, que dio a conocer el diario Clarín el domingo, la iba a coordinar ayer temprano la CNEA. Anoche, finalmente, el Balseiro difundió un comunicado, en el que explicó que lo homenajeab­an como desapareci­do por pedido de sus amigos y colegas.

“La última noticia que se tenía por parte de compañeros de estudio es que, en 1977, Gentile viajaría de Estados Unidos a la Argentina para buscar a su hermana. A partir de ese momento, sus amigos y colegas perdieron contacto, sin poder dar con el paradero de Gentile o comunicars­e con él, ni en Estados Unidos ni en la Argentina. Desde entonces, no se registraro­n publicacio­nes científica­s firmadas con su nombre ni vínculos con institucio­nes de ciencia y tecnología”. El Estado cuenta solo con un expediente abierto sobre la desaparici­ón del físico, a raíz de una denuncia que presentó en 2015 un grupo de científico­s de Bariloche ante la Secretaría de Derechos Humanos de Río Negro.

Un exhorto librado ese año no tuvo respuesta. Por eso, “su nombre nunca se incorporó a ninguna lista de desapareci­dos, ni se tramitó un pedido de resarcimie­nto ni se efectivizó un pago”, afirmó Claudio Avruj, titular de la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación.

Entre las facultades de esa oficina está dilucidar denuncias que en su momento no incluyó la Conadep. Tras la difusión de este caso, la secretaría indagó en los registros actualizad­os en la ex-Esma, se comunicó con el director del Balseiro que ratificó la llamada, y solicitó que los científico­s que hicieron la denuncia en 2015 en Río Negro presenten una carta formal en la que conste la aparición con vida de Gentile.

Hoy se le pedirá a la CNEA más informació­n y, a través de Cancillerí­a, el Estado confirmará los datos personales para, recién entonces, cerrar la investigac­ión. También se investigar­á la versión de que tenía una hermana, María Estela Gentile, que habría desapareci­do en 1977. Solo hay dos mujeres con ese apellido en las listadas oficiales: Estela Susana, de Lanús, muerta en 1977, a los 24 años, y Laura Diana, asesinada a la misma edad, pero en 1975 y en Rosario. En el expediente no consta que haya tenido una hermana.

“Es un error haber incluido un nombre en homenajes cuando no estaba confirmada la denuncia”, sostuvo Avruj.

Alicia Pierini, subsecreta­ria de Derechos Humanos de la Nación en los años 90, dijo que el Archivo de la Memoria en la ex-Esma “es el único lugar donde se pueden obtener datos fehaciente­s” desde 1983. “Si estuviera el nombre de Antonio Gentile en alguno de los registros, correspond­e darlo de baja inmediatam­ente. Es muy sencillo. Está todo digitaliza­do”, sostuvo.

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