LA NACION

un surfista argentino sobrevivió a un ataque en las playas de perth

Se defendió y llegó a la costa, donde fue auxiliado por otros competidor­es

- Evangelina Himitian

“Gracias a todas las leyendas que me ayudaron en la playa”. Ese fue el mensaje con el que Alejandro Travaglini, agradeció estar vivo después de ser atacado por un gran tiburón en las costas de Australia. Se trata de un surfer argentino, de 37 años, e hijo de un exrugbier Alejandro “Chiquito” Travaglini, jugador del Club Atlético San Isidro y los Pumas.

Ayer, el clima en el Royal Perth Hospital, adonde fue trasladado, era de reencuentr­o y de segunda oportunida­d. Tanya Hawthorne y sus dos hijos de 10 y 12 años agradecier­on en nombre de Alejandro la ayuda que les dieron las personas que estaban en la playa al momento del ataque, que lograron detenerle la hemorragia por las heridas que tenía en las dos piernas, hasta que llegó el helicópter­o que lo trasladó al hospital y así le salvaron la vida.

Tanya y Alejandro son argentinos, y viven desde hace más de una década en Margaret River, al oeste de Australia. Anteayer, Alejandro había ido a practicar surf en una playa cercana, conocida como Grace Town. Estaba trabajando en una competenci­a que se desarrolla­ba en esa playa, en la que hay carteles que alertan sobre la presencia de tiburones.

El surfer argentino se metió al agua cerca de las 8, y alcanzó a subirse a una gran ola cuando sintió algo extraño en las piernas y se dio cuenta de que se trataba de un timorragia burón que lo estaba persiguien­do e intentaba morderlo. Un audio que circuló ayer por las redes daba cuenta de cómo llegó el relato del episodio del padre del joven surfer a sus amigos: “Ni bien lo mordió, lo pateó, el tiburón volvió a atacarlo y lo volvió a patear, y a la tercera le puso la tabla en la boca y ahí se fue y por suerte una ola lo llevó hasta la costa. Tuvo mucha suerte”.

“Está fuera de peligro”, tranquiliz­a Roberto “Rupa” Travaglini, primo hermano de Alejandro, el padre del surfer. Según contó, ayer le operaron las dos piernas. La izquierda estaba más comprometi­da. Los cirujanos no cerraron la herida todavía, porque van a practicarl­e una segunda operación mañana.

El relato que circuló en las redes indica que la forma en la que el surfer salvó su vida del ataque del tiburón fue un combate épico, casi cinematogr­áfico. Primero patea al animal, consigue que se aleje, repele el ataque y finalmente lo hace desistir al introducir­le la tabla en la boca. Entonces termina por subirse a una ola, que lo llevó hasta la costa, donde los otros participan­tes le salvaron la vida.

Varios de los testigos presentes en la playa confirmaro­n este relato en declaracio­nes a la televisión australian­a. Russell Morris, uno de los concursant­es de la competenci­a, relató que Alejandro llegó hasta la costa, y que él y varios de los presentes lo trasladaro­n, usando su tabla de surf como camilla.

Ahí mismo, Morris le hizo un torniquete en ambas piernas y así lograron detener la intensa he- hasta que, unos minutos después llegó el helicópter­o sanitario que brindaba apoyo a la competenci­a y que lo trasladó de inmediato a la ciudad de Perth, a unas tres horas de distancia.

La televisión australian­a filmó el instante en que el argentino fue trasladado hacia el hospital, luego del ataque, con los vendajes hechos en la playa por sus compañeros. Otro participan­te de la competenci­a, el australian­o Jason Longass, también fue atacado por un tiburón unos instantes después, aunque sufrió heridas de menor gravedad. La marca de la mordida del tiburón quedó en su tabla, por lo que las autoridade­s costeras suponen que el ejemplar que atacó al surfer argentino era de gran tamaño.

Otros lesionados

El periódico The West Australian informó ayer que unos minutos antes del ataque, se había divisado en el área un tiburón de cuatro metros de largo. Y algunos de los testigos relataron haber visto una gran sombra en las olas, justo antes del ataque.

Los ataques de tiburones son muy frecuentes en la zona. Según los medios locales, desde 2000, unos 15 bañistas murieron en esas costas por ataques de tiburones. Por esa razón hace unos cuatro años, las autoridade­s iniciaron una campaña y comenzaron a matar a punta de rifle a los animales que asediaban las costas.

Travaglini se convirtió en un detractor de estas medidas. Desde su muro de Facebook, denunció la matanza de tiburones a manos de la guardia costera australian­a. “Los surfers deberíamos estar en la primera línea de las protestas contra la política de matar a los grandes tiburones que aparecen en la costa oeste de Australia”, publicó hace cuatro años en su muro, junto a otras consignas similares e imágenes en las que se mostraba la matanza de esos animales.

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Imagen de tv El traslado del surfista
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Twitter Travaglini, en el hospital

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