LA NACION

Trump se arrepiente y no sanciona a Rusia

El Tesoro iba a anunciar medidas ayer en represalia por el ataque químico en Siria

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– La Casa Blanca puso paños fríos a la implementa­ción de una nueva ronda de sanciones a Rusia, otro ida y vuelta, que reforzó un principio tácito sobre el gobierno de Donald Trump: impredecib­le, nada puede darse por hecho hasta que el presidente hace un anuncio o estampa su firma en una decisión.

Las sanciones, que apuntaban a castigar a Moscú por su respaldo al régimen sirio de Bashar al-Assad, habían sido anunciadas el domingo por la mañana en la televisión nacional por la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley. Un día después, la Casa Blanca se encargó de poner el freno de mano y postergarl­as sin fecha a la vista.

“Estamos consideran­do sanciones adicionale­s a Rusia y una decisión se tomará en el futuro cercano”, dijo ayer la vocera presidenci­al, Sarah Sanders.

Haley había dicho el domingo que el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, anunciaría las nuevas sanciones ayer. Pero Trump decidió frenar el nuevo paquete contra Moscú, un giro que dejó a algunos de sus colaborado­res confundido­s y a otro mal parados.

La primera: la propia Haley, una de las voces más duras contra Moscú del gobierno de Trump, quien tiene línea directa con el mandatario. La embajadora había dicho que las sanciones apuntarían “directamen­te a cualquier tipo de compañía que tenga relación con equipamien­tos vinculados con Al-Assad y las armas químicas utilizadas” en el presunto ataque químico de Duma, que provocó el bombardeo del viernes último de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.

La versión oficial que la Casa Blanca pasó a los medios fue que Haley había anunciado las sanciones por error. Más que negar el paquete, se lo postergó sin fecha. Sanders insistió en unas de sus frases de cabecera cuando los periodista­s, ayer, cuestionar­on otra vez la determinac­ión de Trump para enfrentar el gobierno de Vladimir Putin.

“El presidente ha sido claro en que va a ser duro con Rusia”, afirmó la vocera.

Al freno de Trump a las sanciones se sumó la confusión por dos versiones cruzadas sobre la continuida­d de las tropas de Estados Unidos en Siria que participan de la misión contra Estado Islámico.

Al anunciar el último bombardeo, Trump dijo que quería ordenar su regreso. Pero el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo después que lo había convencido de mantener a largo plazo esa misión. La Casa Blanca luego lo desmintió, al indicar que Trump seguía decidido a traerlas de regreso al país. Al final, Sanders hizo una última corrección que acercó la política oficial a la versión que había ofrecido Macron: dijo que no había un “período de tiempo” establecid­o para ese regreso. Estados Unidos tiene unos 2000 soldados en Siria. Macron visitará la Casa Blanca la semana próxima.

La marcha atrás desató críticas desde las filas demócratas.

“Este retroceso es asombroso”, afirmó en Twitter el senador demócrata Bob Menendez. “O el presidente Trump no cree que necesitemo­s más acción o no pueden manejar un simple anuncio. Sr. Presidente, ponga orden. ¿Cuál es la estrategia?”, cerró.

A la par que Trump cajoneaba el nuevo paquete, el Parlamento ruso anunciaba que planeaba demorar una votación de un proyecto para restringir importacio­nes norteameri­canas en represalia por las sanciones que ya aplicó Washington por la injerencia del Kremlin en la última elección presidenci­al.

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