LA NACION

Gran Bretaña apuesta a su viejo imperio para compensar las pérdidas del Brexit

La reunión del Commonweal­th, que empezó ayer en Londres, aspira a renovar viejos lazos; arrecian las críticas de los expertos

- Robin Millard y Alfons Luna AGENCIA Afp

LONDRES.– La salida de la Unión Europea (UE) le está dando un nuevo sentido a la cumbre del Commonweal­th que comenzó ayer en Londres, durante la cual Gran Bretaña espera renovar viejos lazos comerciale­s y romper con su imagen de insularida­d.

“Estarán algunas de las economías de más rápido crecimient­o del mundo. Será una oportunida­d de reconstrui­r viejas amistades”, dijo a la BBC el ministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson.

Una lengua en común y similares sistemas legales hacen pensar a Londres en las ventajas de comerciar con la Mancomunid­ad Británica, pero los intercambi­os con estos países no son de un calado tan importante como para sustituir a los que Gran Bretaña mantiene con los vecinos europeos.

Durante la campaña del referéndum sobre la UE en junio de 2016, los partidario­s del Brexit jugaron la carta del Commonweal­th, y denunciaro­n como un agravio que los inmigrante­s de sus excolonias tuvieran que soportar un engorroso proceso para conseguir un permiso de residencia del que los europeos están exentos, apostando por un regreso sentimenta­l al viejo imperio.

Resta saber si el entusiasmo por recuperar viejos lazos imperiales es mutuo. Varios países caribeños, por ejemplo, han solicitado reunirse con la primera ministra Theresa May para quejarse por el trato que reciben migrantes de sus naciones llegados hace décadas legalmente a Gran Bretaña, que no se preocuparo­n por regulariza­r su situación, y ahora son víctimas de la política de “entorno hostil” hacia los indocument­ados diseñada por la propia May cuando era titular de Interior.

A este agravio contra los windrush –como se conoce a esos inmigrante­s por el nombre del barco que trajo al primer grupo de jamaiquino­s en 1948– se suma que Gran Bretaña, cuando se unió a la Comunidad Económica Europea en 1973, perdió interés en comerciar con las antiguas colonias, lo que en algunos casos causó grandes perjuicios.

La reunión bienal de los 53 Esta- dos miembros se celebrará en Londres hasta el viernes. El momento clave será el jueves y el viernes, cuando, entre otros, acudan el primer ministro indio Narendra Modi y el canadiense Justin Trudeau.

La última vez que Gran Bretaña recibió una cumbre de la Mancomunid­ad de Naciones fue en 1997. La reina Isabel II, que encabeza la organizaci­ón, presidirá pasado mañana una cena para los jefes de gobierno en el palacio de Buckingham y el viernes volverá a recibirlos en el Castillo de Windsor.

precisamen­te, los líderes de la Commonweal­th decidirán esta semana quién debería reemplazar a la reina, de 91 años, al frente de la organizaci­ón. Isabel II ha presidido simbólicam­ente el grupo de naciones desde la muerte en 1952 de su padre, el rey Jorge VI, aunque el puesto no es hereditari­o.

La organizaci­ón, de carácter voluntario, surgió para mantener los lazos históricos entre la metrópolis y sus antiguas colonias, y hasta ahora se había concentrad­o sobre todo en promover el desarrollo y la democracia.

El comercio interior en el Commonweal­th aumentará un 17% –hasta los 700.000 millones de dólares– hacia 2020, según un informe reciente de la propia organizaci­ón.

En tanto que miembro de la UE, Gran Bretaña no podía hasta ahora negociar individual­mente acuerdos de libre comercio.

El veredicto de la prestigios­a revista The Economist sobre este acercamien­to no es halagüeño: la Commonweal­th “no salvará a Gran Bretaña del Brexit”, anunció el último sábado, tildando esta idea de “ilusión”.

Hay en la actualidad 15 países –nueve de ellos miembros de la UE– con los que el país mantiene mayores lazos comerciale­s que con sus mejores socios del Commonweal­th, que son Canadá y la India. En conjunto, la UE representa la mitad del comercio británico, y el Commonweal­th apenas una décima parte.

philip Murphy, director del Instituto de Estudios del Commonweal­th, fue lapidario en un artículo en The Guardian: “Lo siento, defensores del Brexit, pero apostar por el Commonweal­th es un chiste. La idea de que puede tomar el relevo cuando se abandone la UE –sentenció– es una tontería”.

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Simon dawson/dPa Theresa May junto al príncipe Harry, embajador de la juventud del Commonweal­th

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