Ojea pidió evitar la violencia en el debate sobre el aborto
Llamó a acompañar a los niños y a las madres en riesgo
La Iglesia ratificó sus objeciones a los proyectos de despenalización del aborto. En clara sintonía con el pensamiento del papa Francisco, a quien citó en varios pasajes de su homilía, el obispo de San Isidro y presidente del Episcopado, Oscar Ojea, llamó a “no segar las fuentes de la vida” y “llevar al extremo nuestro compromiso social para construir un mundo sin excluidos”.
Frente al debate sobre el aborto, pidió especialmente evitar la confrontación y la violencia verbal.
Ojea presidió ayer la misa de apertura de la asamblea episcopal, que reúne a un centenar de obispos y se extenderá durante toda la semana.
Las deliberaciones de los obispos coincidirán con la reapertura de las audiencias convocadas en la Cámara de Diputados, que hoy retomará el debate en comisión, con aportes de distintos sectores de la sociedad, sobre los proyectos que existen para legalizar el aborto.
En la asamblea episcopal, en tanto, hoy expondrán los obispos que integran la comisión creada para el seguimiento del proceso legislativo sobre el aborto. Son ellos los titulares de las comisiones de Familia, Pedro Laxague (obispo de Zárate-Campana); Salud, Alberto Bochatey (auxiliar de La Plata), y Medios de Comunicación, Gabriel Barba (Laferrère). Se analizarán las acciones llevadas adelante en el ámbito pastoral y en la campaña de comunicación centrada en el hashtag #ValeTodaVida, que ha tenido una fuerte repercusión.
Evitar enfrentamientos
En su mensaje de ayer, Ojea hizo hincapié en la defensa clara de la cultura de la vida, en contraposición a la “cultura de la muerte”, en palabras de Juan Pablo II.
Frente a las disidencias y enfrentamientos que genera el debate, Ojea llamó a evitar la confrontación y advirtió que “ha comenzado a instalarse entre los argentinos una fuerte violencia verbal que se canaliza principalmente en las redes sociales y en algunos medios de comunicación”. Señaló, al respecto, que “reina un espíritu de sospecha de unos hacia otros y se recurre continuamente a la descalificación”.
Tras señalar que Francisco rescata la situación de los “descartables” en la sociedad, Ojea habló en la apertura de la asamblea sobre las contradicciones que se manifiestan en el modo de vivir actual y advirtió: “Caminamos con la carencia de muchos bienes, pero también con la abundancia nociva de muchos otros”. Y alertó sobre la “atmósfera cultural propia de esta sociedad de consumo hiperindividualista”.
Tras rescatar el pensamiento que Francisco expuso en la encíclica Laudato si’, sobre el cuidado del medio ambiente, el presidente del Episcopado precisó que “no es compatible la defensa de la naturaleza con la justificación del aborto”. Y describió especialmente el problema de las madres casi adolescentes que se enfrentan a un embarazo, en situaciones sociales adversas.
En ese sentido, expresó que “los seres débiles que nos rodean son el niño y la madre en riesgo de abortar, porque es menor, porque es pobre o porque está sola. A menudo en nuestros barrios se trata de dos niños: la madre casi niña y el niño o niña por nacer”.
En sintonía con Francisco, el presidente del Episcopado advirtió que “la defensa del inocente que no ha nacido debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona, más allá de su desarrollo”.