La protección alcanzará también a 40 piezas instaladas en provincias
Entre ellas figuran los monumentos al Ejército de los Andes, en Mendoza, y a la Bandera, en Rosario
Las provincias argentinas también poseen un rico patrimonio cultural reflejado en un conjunto de 40 esculturas emplazadas en diferentes puntos, que serán declaradas monumento histórico nacional en los próximos días, a la par de las 60 obras seleccionadas en Buenos Aires.
Entre aquellas se destaca el monumento al Ejército de los Andes, en Cerro de la Gloria, Mendoza. Según el director del Centro de Estudios del Patrimonio Arquitectónico Nacional, Alberto Petrina, es sin duda el mejor homenaje al Libertador del país.
“Tanto por la magnífica y escenográfica ubicación geográfica como por la mano maestra del escultor, el uruguayo Juan Manuel Ferrari”, señaló el experto. Inaugurada en 1914, la escultura se completó en la década de 1940 con una imponente escalinata de piedra proyectada por el arquitecto Daniel Ramos Correas.
En la costa del río Paraná, más exactamente en Rosario, el Monumento Nacional a la Bandera (1940-1957) es otra pieza que se destaca dentro del listado de obras que serán catalogadas por el decreto del Poder Ejecutivo. Por su escala monumental, articula la relación de Rosario con su río, creando un frente urbano espectacular para la ciudad.
Para Petrina, es una “pieza maestra” en la que la arquitectura dialoga de igual a igual con la escultura, mérito de sus cuatro célebres autores: los arquitectos Alejandro Bustillo y Ángel Guido y los escultores Alfredo Bigatti y José Fioravanti.
Finalmente, los expertos coinciden en que el monumento a Juan Antonio Álvarez de Arenales (1919), situado en la Plaza 9 de Julio, en la ciudad de Salta, es otra de las obras más bellas del interior del país.
Pieza del escultor Arturo Dresco, este monumento instalado en la plaza fundacional de la capital salteña une el aliento heroico que surge de la estatua ecuestre del prócer con el equilibrado y bellísimo conjunto de figuras femeninas que rodean su base, otorgándole un sentido de movimiento y ligereza inusual en nuestra escultura conmemorativa.