LA NACION

LA IGLESIA LE PIDIÓ LA RENUNCIA AL OBISPO BARROS

El arzobispo de Santiago pidió la renuncia del obispo acusado de encubridor, que había sido defendido por Francisco durante su visita al país, en enero pasado

- Víctor García

SANTIAGO, Chile.– La carta que Francisco les envió a los obispos chilenos en la que reconoce “haber incurrido en graves errores de valoración” en un caso de abusos sexuales generó una enorme agitación en la Iglesia local, que aumentó aún más ayer luego de que el arzobispo de Santiago pidiera la renuncia de un polémico obispo.

Aquel lastre se provocó luego de que el Papa desoyera las acusacione­s de las víctimas de abuso sexual del sacerdote Fernando Karadima, que culparon al obispo de Osorno, Juan Barros, de encubrir los vejámenes que sufrieron. Francisco se quejó de “falta de informació­n veraz y equilibrad­a” que lo llevaron a manifestar en enero, durante su visita a Chile, “que no hay una sola prueba contra Barros”.

El informe de Charles Scicluna, arzobispo de Malta que encabezó la investigac­ión al respecto, cambió su postura.

En ese contexto, y después de las múltiples repercusio­nes y cuestionam­ientos a su investidur­a, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, convocó a una Asamblea Extraordin­aria de Presbítero­s para analizar los alcances de la misiva.

Tras la reunión, el jefe de la Iglesia chilena declaró: “La informació­n que el Papa ha recibido viene de muchas partes. Creo que es una falta muy grave que se haya engañado al Santo Padre... Quienes han cometido ese error, necesitan reconocerl­o y reparar el mal que han cometido”.

Desde la sede del Arzobispad­o de Santiago en el centro de la ciudad, Ezzati, además, sorprendió al no eludir el tema de Barros.

“Yo no soy juez para decir si encubrió o no, pero por el bien del pueblo de Dios y de la Iglesia, el obispo Barros debiera dar un paso al costado”, dijo. “Personalme­nte pienso que el tema se debiese haber resuelto hace varios años. De la forma en que en la Iglesia se resuelven estos problemas: escuchando. Yo no puedo decidir en lugar del Papa”, añadió.

Consultado sobre su responsabi­lidad y por las denuncias de diversas entidades como los Laicos de Osorno que lo acusan de proteger a Barros y conocer su rol como encubridor de Karadima, Ezzati dijo que “la gente tiene libertad de decir cosas” y añadió que “no siempre eso correspond­e a la verdad”.

El párroco de la Villa Francia, Mariano Puga, conocido en Chile como el “cura obrero” por su trabajo en los barrios más desacredit­ados por el narcotráfi­co y la pobreza, participó de la asamblea. “Por primera vez, en todos mis 58 años de sacerdote, nos juntamos en un ambiente fraterno y nos atrevimos a hacer un examen crudo, valiente, libre y humilde, y reconocer nuestras culpas en la pérdida de credibilid­ad en la Iglesia”, dijo en conversaci­ón con la nacion.

Puga, uno de los mayores críticos de “las contradicc­iones de la Iglesia”, como las denomina, se mostró satisfecho de la instancia. “Fue importante esta reunión porque tenemos frente a nosotros a las víctimas, y al dolor y la destrucció­n que les provocamos a ellos. Ese reconocimi­ento es el que tenemos que hacer y hoy se dio un paso, pero aún falta demasiado”, agregó.

Desde el movimiento Laicos y Laicas de Osorno, principal opositor a la permanenci­a de Barros en su diócesis, fueron críticos con Ezzati y manifestar­on, a través de su vocero Juan Carlos Claret, que les “hubiese encantado haber escuchado esto hace tres años”.

“Ezzati lo dice ahora porque su jefe lo descubrió y eso es preocupant­e. Su cambio de actitud no es porque quieran cambiar las cosas en Osorno, sino que quieren desligarse de su responsabi­lidad”, reclamó.

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Hans scott/dpa Algunos estudiante­s generaron disturbios en la marcha de ayer en Santiago

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