El PJ, con refuerzos
Al asumir su cargo dijo que el partido está abierto a todos los sectores, pero fue muy crítico del kirchnerismo
Bárbaro y Campolongo, en el equipo de Barrionuevo.
Iba a esperar hasta que el fallo que lo designó interventor del PJ estuviera firme para empezar actuar en público como tal. Pero cambió de idea. Con una ceremonia más parecida a un acto gremial que a una conferencia de prensa, tal como había sido convocada, Luis Barrionuevo hizo su primera aparición como nuevo mandamás del peronismo nacional.
Dijo que las puertas del partido “están abiertas para todos, sin exclusiones”, pero fue muy duro con el kirchnerismo y se comprometió a trabajar “para que el PJ vuelva a ser alternativa de poder” y “gane las elecciones” el año que viene.
No estaba solo. La conferencia sirvió, además, a su flamante vocero, Carlos Campolongo, y a Julio Bárbaro, como coordinador político de la intervención (ver aparte).
“Es tiempo de abrir las puertas del peronismo y poner el movimiento en marcha”, arrancó Barrionuevo, flanqueado por sus colaboradores y por su apoderado, Horacio Ferro. Enseguida relató cómo el martes de la semana pasada, cuando la jueza María Servini de Cubría dispuso la intervención, intentó quedarse en la sede de Matheu 130, pero tuvo que irse “porque José Luis Gioja se había atrincherado, pero evitó decir una sola palabra sobre el fallo judicial, muy criticado por el propio peronismo (gobernadores, legisladores e intendentes) por fuerte contenido político y por la “intromisión” en la vida interna del PJ.
Sin nombrar a la jueza, sentenció: “Soy un soldado de la Justicia. Me debo a la Justicia”.
Además, reiteró que su elección como interventor lo tomó por sorpresa. “No lo pedí ni lo esperaba, pero tardé cinco segundos en contestar”, reconstruyó. Volvió a levantar aplausos. Aprovechó la pausa para tomar distancia de la Casa Rosada. “No soy funcional a Macri, no lo fui y no lo voy a ser”, bramó.
Lo escuchaban unas 200 personas, que colmaron el auditorio Juan Carlos “Chueco” Mazzón. En público había hombres y mujeres de su gremio, además de trabajadores del sindicato del vidrio, cuyo secretario general, Horacio Valdez, fue uno de los que pidieron la intervención del PJ a la Justicia.
Quedó claro que la elección de Campolongo como vocero busca evitar los derrapes verbales de Barrionuevo. Lo admitió él mismo. “Carlitos va a ser mi imagen. Va a ser mi cara visible. Tiene experiencia, sabe expresarse y sabe conte- nerme”, lo presentó entre risas. El auditorio rio, cómplice. “Estamos tomando posición y vamos a empezar a organizarnos. Acá [por el edificio] tenemos 63 oficinas. Esto es un mostro (sic)”, celebró.
En este punto, repitió que el partido “recibirá a todos”, incluso a los que se fueron, pero deslizó: “Yo nunca cambié de vereda. Jamás me afilié a otro partido político”. Frase sin duda dedicada a Cristina Kirchner, que el año pasado se negó a competir en una interna con Florencio Randazzo y se postuló por fuera del PJ, con el sello de Unidad Ciudadana.
“Hacemos un llamamiento a todos los que se fueron a que vengan. A partir de hoy esta es la casa de todos los peronistas”, reforzó. Cuando le preguntaron si la invitación incluía a exfuncionarios o dirigentes procesados, se escabulló. “Nosotros no somos jueces. Eso es algo que tiene que definir la Justicia”, dijo.
Cada cual con su estilo, Campolongo y Bárbaro demostraron que en los últimos años alimentaron sus habilidades mediáticas. Los dos fueron voces de consulta habituales a la hora de analizar la crisis que el peronismo atraviesa, sobre todo desde que perdió el poder en 2015.
“El compañero Barrionuevo me pidió que lo contenga porque es un peronista que piensa y que tiene vísceras”, se presentó Campolongo. Dijo sentirse “emocionado” por la tarea que le encomendó Barrionuevo, apuntó a la inflación y a la inseguridad y planteó que el país está atravesando “una situación gravísima”.
Bárbaro empezó su intervención con una cita de Perón y, humorada mediante, disparó sin matices al kirchnerismo: “El general era tan de mirar al futuro que sabía que no teníamos que ser kirchneristas”. Una vez más, hubo risas y aplausos.