Máxima cautela del Vaticano por los cambios en la isla
“Habrá que esperar y ver”, dicen los allegados del papa Francisco
ROMA.– La cautela es máxima. “Habrá que esperar y ver”, dice un monseñor de la Secretaría de Estado del Vaticano, que prefiere no hacer comentarios sobre el momento histórico que está viviendo Cuba, que ya no tiene un Castro al mando.
La prudencia es entendible: después de China –con quien el Papa intenta un acercamiento a través de un acuerdo que nadie sabe si logrará sellarse sobre la intrincada designación de obispos–, Cuba es el segundo tema de “altísima sensibilidad” para los diplomáticos de la Santa Sede. “Mejor no decir nada, nadie quiere entorpecer desde acá lo que hace la Iglesia local, cualquier cosa que se diga puede herir susceptibilidades”, indicó una fuente a la nacion.
El Vaticano nunca rompió relaciones diplomáticas con la isla comunista, establecidas en 1935, sino que, más allá de la fuerte persecución padecida por la Iglesia Católica, logró, poco a poco, una suerte de modus vivendi. A través de una fina labor diplomática y paciencia después de durísimas restricciones, expropiaciones y arrestos, logró que Fidel primero y luego Raúl fueran soltando las riendas. Aunque la Iglesia local sigue enfrentando varios desafíos que van desde la situación de los derechos humanos y la persecución de los disidentes hasta problemas relativos a los inmuebles eclesiásticos.
En los últimos 20 años hubo avances y tres papas viajaron a Cuba. Juan Pablo II hizo un primer e histórico viaje en 1998. Benedicto XVI visitó el país en 2012. En 2015 lo hizo Francisco, compatriota del idolatrado Che Guevara, en otra gira marcada por el inesperado deshielo con Estados Unidos –impulsado por el papa argentino–, hoy frenado por Donald Trump.
Se estima que el 60% de los 11,4 millones de habitantes de Cuba es católico, aunque solo va a la misa dominical un 5%.
Cuba es un país que Jorge Bergoglio lleva en el corazón. En 1998, recién designado arzobispo de Buenos Aires, impactado por los 13 discursos de Juan Pablo II y dos de Fidel de esa primera visita de un pontífice a la isla, escribió un pequeño ensayo titulado “Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro”.