Un show en Avellaneda
Racing goleó a Vasco da Gama por 4-0 y se acerca a los octavos de final de la Copa; Lisandro López falló dos penales y convirtió uno
4 RACING 0 VASCO DA GAMA
“Vengan con el traje y la corbata que los vamos a recibir muy bien: vengan con ganas que nosotros estamos con ganas”, le dijo Eduardo Coudet a los hinchas de Racing el miércoles al mediodía, en la conferencia de prensa previa al partido. Cuando iban 15 minutos del segundo tiempo, la Academia ya le ganaba 4 a 0 a Vasco da Gama. Y eso que Lisandro López había desperdiciado dos penales durante el primer tiempo. Pese al horario vespertino, el Cilindro estuvo a tono. Los hinchas respondieron al pedido del Chacho, que cumplió con su promesa. La relación entre Coudet, su equipo y los hinchas se realimenta semana a semana. Pero nació desde la primera vez que le entrenador piso la mitad celeste y blanca de Avellaneda: desde los micrófonos le pidió a la gente que contagie al equipo desde afuera. Veinte días después, antes de que la Academia debutara en el campeonato, el técnico fue ovacionado durante la presentación de los refuerzos que llegaron para este 2018.
El feedback funciona: dentro de la cancha se da un mensaje que llega a las tribunas. En los últimos partidos, lejos de las instancias definitivas, el estadio mostró mejor clima que durante los días más exitosos del ciclo de Diego Cocca.
La de anoche era una prueba difícil para un equipo que llegaba con cuatro partidos sin victorias. Vasco salió decidido a esperar, con sus once jugadores detrás de la mitad de la cancha. Sin Neri Cardozo, con una molestia muscular, Racing parecía un equipo demasiado vertical. Hasta que los caminos hacia el gol aparecieron con la misma conexión: Matías Zaracho juntó gente y Lisando López limpió la pelota para que aparezcan los dos jugadores de elite que tiene Racing. Ricardo Centurión, con un bombazo, en el primero. Y Lautaro Martínez, con un anticipo desde el piso, el 2-0.
“Olé, olé, Centu, Centu”, se había escuchado en el Cilindro antes de que comenzara el partido. Un grito que tiene que ver con el presente del número 22: lleva 8 gritos y 7 asistencias en doce partidos. “Él cree que es un extremo, que va al 1-1 constante. Para mí entiende el juego y puede jugar tanto por afuera como por adentro. Le queda el arco de frente y con la velocidad que tiene, ya sea con pelota o aprovechando espacios, es tremendo. Sus números lo muestran. Igual yo creo que nos puede dar más”, había dicho el Chacho en la previa. También fue un anticipo: con un derechazo tremendo abrió un partido que parecía complicado.
A excepción de River, cuando se cruzó con la muralla de Franco Armani pero hizo méritos para llevarse el triunfo, este Racing versión 2018 es una topadora cuando juega de local: siempre marcó al menos tres goles en casa. Incluso, cuando el rival fue un equipo brasileño por la Libertadores. Como anoche. Y como en febrero, ante Cruzeiro, cuando se impuso por 4 a 2.
Pudo abrirse a los seis minutos, cuando Licha López tuvo su primera posibilidad desde el punto del penal. Pero el uruguayo Martín Silva le ganó esa pulseada. Y tuvo que esperar hasta los 32 minutos para que Centurión descargara los nervios con su definición. A partir de ahí, todo se hizo más sencillo para el local, que incluso se permitió un par de lujos. Algunos estéticos, como los caños consecutivos que tiraron Augusto Solari y Martínez al comienzo del segundo tiempo. Y otros estratégicos, como los cambios para cuidar las piernas de Sigali, en el entretiempo, y Centurión, cuando faltaba media hora.
También, claro, para que su capitán se saque la bronca. Sobre el final del primer tiempo otra vez Silva le atajó un penal. No pasaba con un jugadordeRacingdesdehaceseisaños, cuando Guillermo Sara lo hizo para Rafaela ante Pepe Sand. Licha López igual se fue ovacionado al vestuario, pero masticando bronca. Quince minutos después de que arranque la segunda mitad ya se había tomado revancha para cerrar una noche redonda para Racing.