LA NACION

Los intendente­s del conurbano ganan $144.000 promedio

Granados, de Ezeiza, lidera con $241.000 y cierra Magario, de La Matanza

- Marcelo Veneranda

En promedio, los intendente­s del conurbano bonaerense ganan $144.000 de bolsillo. Así surge de un relevamien­to activado por la nacion entre 28 municipios que rodean la Capital Federal.

Para llegar a esos números, se cruzó informació­n de registros públicos, los datos abiertos que difunden muy pocas municipali­dades y los recibos de sueldo que aceptaron proporcion­ar los intendente­s. Avellaneda, gobernada por Jorge Ferraresi, fue el único distrito que no aportó informació­n.

El ranking de los intendente­s que mejor ganan está liderado por Alejandro Granados, de Ezeiza, con $241.903,33 netos este mes; está seguido de cerca por Martín Insaurrald­e, de Lomas de Zamora, con $226.464, y Gustavo Posse, de San Isidro, con $223.000. Completan el podio Luis Andreotti, de San Fernando, con $221.332, y Mario Ishii, de José C. Paz, con $208.595.

En el extremo opuesto, la intendenta que figura con menor salario del conurbano es Verónica Magario, de La Matanza, con 72.556,93 pesos, de acuerdo con el último recibo de sueldo que acercó a la nacion. También exhibió su comprobant­e de cobro quien le sigue en la lista: Ramiro Tagliaferr­o, de Morón, que declaró 75.437,71 pesos. El fondo de la tabla se completa con el intendente de Merlo y presidente del PJ bonaerense, Gustavo Menéndez, con 82.785.06 pesos, y su vice en el partido, Fernando Gray, de Esteban Echeverría, con 93.334,65 pesos.

Contrastad­os los extremos, queda en claro que no existe una relación lineal entre el sueldo de los intendente­s y la población o el tamaño de los distritos que gobiernan, su nivel de desarrollo o cualquier otra variable cuantitati­va. Y eso pese a que la ley orgánica de las municipali­dades (LOM) establece criterios para fijar el salario de los jefes comunales.

La LOM señala que los intendente­s no pueden cobrar menos que diez sueldos mínimos (de los empleados municipale­s de su distrito). Ese mínimo se eleva hasta 16 sueldos cuando se trata de distritos con 24 concejales (los que tienen más de 200.000 habitantes), que son casi todos los del conurbano. La ley no fija sueldos máximos.

Así, el salario de los intendente­s del conurbano varía primero en función del sueldo mínimo de sus empleados municipale­s de menor categoría (que pueden oscilar entre los 5000 y los 14.000 pesos). Pero también de la antigüedad del jefe comunal en cualquier otro cargo municipal, provincial o nacional: al sueldo básico se debe sumar entre un 1% y un 3% más por cada año.

Eso explica algunos de los líderes del ranking. El peronista Granados, por ejemplo, tiene –literalmen­te– el legajo N° 001 de Ezeiza: es intendente desde 1995, cuando se creó el municipio. El radical Posse gobierna San Isidro desde 1999, pero ingresó al municipio a los 25 años, durante la gestión de su padre, Melchor Posse. El massista Andreotti gobierna San Fernando desde 2011, pero tiene 66 años e ingresó a la función pública en el municipio cuando tenía 22 años.

El otro componente determinan­te de los sueldos de los intendente­s se encuentra en los presupuest­os municipale­s: establecen gastos de representa­ción que pueden llegar al 100% del salario básico del jefe comunal. Por eso –entre otros motivos– son pocos los presupuest­os municipale­s que se dan a conocer abiertamen­te, incluso para los concejales que deben votarlos.

Más que Macri y Vidal

La tentación inevitable pasa por comparar los salarios de los intendente­s del conurbano con los del Presidente o la gobernador­a: según sus declaracio­nes juradas, en 2017 Macri percibió un sueldo de bolsillo cercano a los 130 mil pesos (y dona parte del mismo), mientras María Eugenia Vidal consignó unos 80 mil pesos mensuales.

Pero también es cierto que se trata de salarios congelados –artificial­mente, si se mide la responsabi­lidad institucio­nal de ambos cargos– por una decisión política. De hecho, Macri y Vidal ganan también menos que varios de sus ministros y que los legislador­es nacionales y bonaerense­s. Y eso sin empezar a hablar de los jueces federales, nacionales y provincial­es o de los directivos de organismos públicos descentral­izados.

Los intendente­s consultado­s para esta nota, casi sin distinción, se defendiero­n señalando que su trabajo les reclama una dedicación de 24 horas, con jornadas que se prolongan cada vez que ocurre un hecho de insegurida­d, un accidente fatal o una emergencia climática. Porque son “la primera puerta que golpean los vecinos”, repiten.

Una afirmación tan cierta como que no faltan intendente­s que deben su continuida­d en el cargo menos al éxito de su gestión que al hecho de que las elecciones municipale­s bonaerense­s están atadas a las provincial­es y nacionales. Algunos caciques exhiben un olfato electoral infalible.

Como Macri, algunos intendente­s también donan parte de su sueldo. El kirchneris­ta Walter Festa, que gobierna Moreno desde 2015, congeló su sueldo y comenzó a donar $41 mil al propio municipio.

Fue una salida para, por un lado, calmar el escándalo que se generó cuando se supo que su salario bruto era de $339 mil. Por otro lado, Festa intenta demostrar que Moreno está reduciendo sus gastos para volver a recibir asistencia financiera de Cambiemos. Hoy, el intendente cobra $142.962 netos.

Leonardo Nardini, de Malvinas Argentinas, también destina el 30% de su sueldo a un fondo de contingenc­ias. Su salario se disparó por un aumento extraordin­ario decidido a último momento por su antecesor, Jesús Cariglino. Nardini cobra ahora 108 mil pesos.

“Yo le dono 10 mil pesos cada mes al hospital provincial Dr. Erill, que depende de Vidal”, señaló el kirchneris­ta Ariel Sujarchuk, intendente de Escobar desde 2015. Fue el único jefe comunal que rechazó la cifra salarial que identificó en la nacion registros públicos: $118.511 mensuales. Sujarchuk afirmó que cobra menos de $100 mil al mes.

Desconfian­zas y secretos

“¿Y dónde quedé yo? ¿Quedo mal parado? ¿Cuánto cobra fulano?”. Esas y otras preguntas surgieron a medida que los intendente­s o sus voceros eran consultado­s. Fue inevitable, además, que asomara la desconfian­za entre colegas.

La mayoría de los intendente­s puso en duda el salario de Magario, que gobierna casi dos millones de almas en La Matanza. También el de Tagliaferr­o, de Morón. “Ganan como un secretario de mi municipio”, desconfió un vocero.

Otro apuntado fue Jorge Macri, de Vicente López, uno de los municipios más “ricos” del conurbano, pero declara $102.879 de bolsillo.

Dentro del conurbano, la nacion también identificó los salarios de los intendente­s de San Vicente ($169 mil) y Presidente Perón ($166 mil). Fuera de esa región, los de otros 20 municipios. Algunos distritos “grandes”, como Bahía Blanca, superaron la media: $179 mil mensuales. Lo llamativo es que la mayoría de los municipios “chicos”, de 10 mil a 50 mil habitantes, reconocier­on sueldos similares a los de sus pares del conurbano.

No llegan a 20 (sobre 135) los intendente­s que publican sus salarios en Internet

Crecen los sitios de datos abiertos, pero con poca o nula informació­n sensible

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