Un progresivo adiós a lo tangible que promueve el Estado
La cualidad de tangible (que algo “se pueda tocar o percibir de manera precisa”, según el diccionario) va perdiendo espacio en la valoración de las personas con el paso del tiempo y los avances tecnológicos. Eso se da de diferentes maneras según qué parte de la población se mire: quienes crecieron y hasta pasaron toda o casi toda su vida laboral en un mundo exclusivo de dinero y documentaciones tangibles suelen estar, en general, más lejos de encontrarse cómodos con los mecanismos que implican apretar teclas para “enviar” dinero o volantes de pago de un “lugar” virtual a otro.
En sus diferentes niveles, el Estado lleva a los ciudadanos, cada vez más, a tener que cumplir sus obligaciones usando modalidades electrónicas.
Hubo, en algunos casos, una consideración implícita a las dificultades que puede traer el cambio para algunos grupos de la sociedad. En la ciudad, la AGIP dispuso hace un par de años que Ingresos Brutos no puede pagarse en efectivo, sino usando un Volante de Pago Electrónico (VEP). Esa disposición de “billetes cero” no rige para los “impuestos empadronados”, no vinculados a la realización de una actividad, sino a la tenencia de inmuebles y autos. Un camino similar, con la anulación del pago en efectivo para Ingresos Brutos y Sellos seguirá este año la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA).
En el caso de los impuestos nacionales, en enero se cumplió un cronograma dispuesto por la AFIP, y la exigencia del no uso de efectivo ya está generalizada. Los monotributistas, por caso, habían pasado ya por esa puerta: solo pueden pagar con VEP, débito en cuenta desde un cajero automático o débito automático con tarjeta de crédito o desde una cuenta bancaria.
Pero no solo en el pago de impuestos se alientan las formas no tangibles para resolver alguna cuestión. Aunque eso no lo exime de sufrir demoras, el plan de reparación histórica de la Anses para jubilados se convirtió en el primer trámite judicial 100% digital.
Al margen de ese plan, en el organismo señalan que un tercio de los trámites que los ciudadanos hacen en sus oficinas se resuelve por autogestión, con terminales conectadas a Internet o equipos de videollamadas, más allá de las gestiones que hoy pueden o incluso deben hacerse en la Web.