Descanso, vida familiar y medir las sensaciones
Manu está conforme con la decisión de seguir tomada hace un año: se sintió útil y bien físicamente; ahora, otro capítulo
OAKLAND.– Cuando apareció en el vestuario, renqueaba. Tenía un gesto evidente de agotamiento, pero aceptó sin dudar la charla durante unos minutos acerca de sus sensaciones de un final que creía posible, pero que quería evitar por todos los medios. La eliminación con Golden State Warriors le duele, pero no lo obsesiona como antes. Emanuel Ginóbili estaba parado en el centro de la escena, de sweater rosado y unos pantalones de jean. Se colocó las manos en los bolsillos, esperó la primera pregunta con la cabeza gacha y cuando alzó la mirada sus palabras fluyeron con claridad. “Fue una lástima, estuvimos tan cerca, peleamos tan duro. Estuvimos a un par de posesiones de llevarnos el partido. Pero cuando uno viene de atrás es todo con gran esfuerzo. No tenemos el talento anotador que tienen ellos, todo nos cuesta mucho y un par de errores se pagan caro. Cuando ellos le dan la pelota a Durant siempre sucede algo. Fue la diferencia en los dos últimos minutos. Hicimos un buen partido, peleamos y dejamos todo lo que teníamos”.
Acceder al corazón de la intimidad de un plantel de la NBA permite medir el pulso de cómo siente ese grupo. No había lágrimas, pero tampoco risas. La sensación en el aire es la del deber cumplido. Y si bien el 20 de los Spurs no suele conformarse, en esta oportunidad la ecuación parece diferente: “Me deja tranquilo la respuesta del equipo porque hicimos una buena serie. Terminar así siempre es menos doloroso porque podríamos haber terminado 4-0. Siempre es mejor competir y da una cierta satisfacción por el trabajo realizado. Siento que teníamos una mayor esperanza por el hecho de que Curry no jugaba. Podría- mos haber estado mejor en los primeros dos juegos, en el juego 3 fue difícil por otras circunstancias (NdR: el fallecimiento de la esposa del coach Gregg Popovich) y en el 4 y 5 lo hicimos muy bien”.
Quizá por las emociones que vivió tras la eliminación y el pedido de Steve Kerr de que siga en acción, Manu Ginóbili sintió qué había un interés puntual de forzar a que comunique algo que todavía no tiene resuelto. “En este momento no tengo ningún interés en pensar en la próxima temporada, ahora tenemos una especie de mini-luto, porque perdiste una serie de playoffs y por el lugar. Si hay una próxima temporada se pensará con tiempo. Cuando hago el balance general advierto una buena temporada pero con muchos problemas, en especial por las lesiones”.
Y continuó, con un enfoque más específico sobre los problemas para convertir que tuvo San Antonio: “Esta temporada tuvo varias aristas. Primero muy bien, estábamos terceros y pensando que jugábamos bien. Además ganábamos. Después tuvimos un enero y febrero complicados, perdiendo muchos partidos, algunos que no deberíamos haber perdido, por distintas razones. Después nos recuperamos y peleamos con lo que teníamos, con una mayor escasez de talento ofensivo que los demás equipos y, cuando los equipos están con necesidad de ganar para entrar en los playoffs, las defensas se hacen más estrictas, más duras, más físicas, y entonces esa escasez de gol se pone más en evidencia. Todos los demás equipos tenían ese jugador al que darle la pelota cuando necesitás definir un juego. Eso no lo teníamos nosotros, o lo teníamos con LaMarcus (Aldridge), que apoya su juego de espaldas al aro, pero es mucho más complicado en la NBA de hoy. Por eso nos costó anotar”.
Si bien sus gestos marcaban un profundo cansancio, Ginóbili fue muy amable con todos en medio de la tormenta y hasta se animó a hacer una broma respecto a su condición física: “Físicamente, está aceptable. Estoy 6 puntos siendo optimista. Pero había tenido una gran temporada, me sentí muy bien todo el año. Ahora fue un poco más complicado pero nada realmente grave”.
–¿En qué momento de la temporadadijiste “québueno que seguí”?
–Estaba bastante convencido, al ver que seguía siéndole útil al equipo y que no pasaba por dolores ni sufrimientos. Si cada día que te levantás tenés dolor... Quedé contento con la decisión casi desde el principio, supe que había hecho bien.
–¿Qué es lo primero que querés hacer mañana, pasado o esta semana?
–Un poco de vida familiar, dormir en mi cama, estar más tiempo con los chicos, que es algo que durante el año lo podés hacer pero ya en el final de la temporada, en playoffs, cuando hay mucho que ajustar, no estuve tan presente como en los primeros meses de competencia. Ahora quiero hacer cosas de familia porque el último mes no pude.
–¿Cuán difícil fue la serie sin Popovich?
–Fue duro, indudablemente. Él es muy importante, más allá de decisiones de cómo defender a Durant o cómo atacar. Pop es nuestro líder y guía, una leyenda que inspira respeto con cada palabra, tanto para nosotros como para los rivales. Ettore (por Messina) y su cuerpo técnico hicieron un trabajo espectacular y pudimos competir contra un equipo que tenía más que nosotros.