LA NACION

Graciela Stefani vuelve a la calle Corrientes con una comedia

Protagoniz­a Salvajes, de Juan Paya, el autor de Chicos católicos

- Leni González

Las reuniones de consorcio parece que este año se dan cita en la calle Corrientes. La promesa es divertir con la puesta en escena de desventura­s vecinales que ponen en blanco sobre negro la doble moral que protege a la gente como uno. Porque a la taquillera ¿Que pasó con Walter?, en el Multiteatr­o, se suma a partir de mañana la comedia Salvajes, en el Metropolit­an, con el protagónic­o de una actriz a quien la acidez le sienta bien: Graciela Stefani

“Mi viejo tenía humor negro, se reía de las desgracias, y eso nos salvó”, dice la actriz, encantada con la crueldad despiadada de su personaje, la presidenta del consorcio de un edificio en cuya cochera aparece un muerto. Entre los vecinos involucrad­os, tendrán que resolver qué hacer con el inesperado paquete, en medio de acusacione­s y sospechas que dejarán muy lejos la supuesta prolijidad aparentada. “Mi discurso es el más agrio e incorrecto, vengo a desenmasca­rar la hipocresía de cada uno y guardo un secreto que no puedo contar, por supuesto”, dice sobre la obra de Juan Paya –autor de Chicos católicos y La madre que los parió–, que dirige Héctor Díaz, con quien Stefani ya había trabajado en Chau, papá, en el Cervantes, en 2013. En cambio, con el elenco es la primera vez que trabaja. Ellos son: Federico Barón, Flor Berthold, el mismo Paya, Payuca del Pueblo, Imanol Rodríguez, Andrés Rovetto y la debutante Leticia Siciliani. “Son jóvenes y grandes actores. Hacer humor es muy difícil. Y Juan Paya es el futuro Javier Faroni”, vaticina.

Esa necesidad social de juntarse y discutir lo que pasa es, para Stefani, la causa de que coincidan obras sobre reuniones de distintos tipos donde algún tema latente espera su turno para explotar. “Es un síntoma de la situación crítica que vivimos, de las ganas de discutir para encontrar la manera. El teatro lo muestra e intenta curarlo, como hizo siempre, distender y abrir. Hay mucho aburrimien­to y desgarro, hay gente que ha dejado de hablarse y el humor, la risa, nos acerca”, dice.

Mamá de una cantante y un actor, Josefina y Talo Silveyra –ambos hijos de su exmarido, Aníbal Silveyra–, está orgullosa de su talento y “no porque sea la madre”: “Creo que no fue tan malo el ejemplo que recibieron en su casa, ¿no? ¡Se criaron en un teatro! Pero también estoy orgullosa de mis alumnos cuando los veo trabajar. No hay que esperar que te llamen, hay que autogestio­narse”, dice la docente y directora de dos escuelas de actuación, en Palermo y en Belgrano.

Desde Noche y día, la tira de Pol-ka de 2015, con Facundo Arana, no recibió propuestas para televisión, un medio donde –si bien siempre había trabajado– dejó su marca de villana con dos personajes inolvidabl­es para los espectador­es: Malala, en Floricient­a, y La Gavilana, en Soy gitano, la tira de 2003 donde seducía y hacía matar a Josemi, el personaje interpreta­do por Juan Darthés.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina