Agotó entradas en diez minutos
Largas colas en el Gran Rex, donde Charly actuará pasado mañana
La nueva época dorada de Charly: a los 66 años. En poco más de diez minutos se agotaron las entradas para el nuevo show de Charly García en el Teatro Gran Rex. Pasó lo mismo en su anterior recital en febrero de este año, en el Teatro Coliseo, donde había debutado con La Máquina de Hacer Pájaros, su emblemática agrupación de la década del setenta. Unas tres mil personas serán los privilegiados testigos del legendario músico en una nueva performance que marcará otro hito en su historia pasado mañana.
Sus seguidores hicieron más de cuatro cuadras de cola para comprar las entradas del recital. Si bien la venta de tickets en el teatro se puso a la venta a las 10 de la mañana, los fans estuvieron desde la madrugada esperando la apertura de las ventanillas.
Desde las seis, la vereda de la avenida Corrientes al 800 comenzó a poblarse de jóvenes y adultos que prolijamente fueron haciendo una fila para poder conseguir una entrada para ver a su ídolo. Además de estar armados de paciencia, los fans fueron con sillitas, heladeritas con comida y bebidas, mate y termo.
Con el leitmotiv, La Torre de Tesla, Charly brindó un show en el Coliseo en el que repasó sus clásicos y también sus más recientes canciones de Random, el disco que sacó el año pasado. El nombre del recital fue en honor a la pionera torre-antena de telecomunicaciones inalámbricas diseñada por Nikola Tesla. Ese concepto guía el material de su próximo trabajo, que está en pleno proceso de creación y preproducción. “Random era un disco aleatorio. El que estoy haciendo ahora es completamente diferente, está todo pensado, no hay una coma de más”, le dijo Charly a Rolling Stone. Como en el Coliseo, los músicos que lo acompañarán serán Fabián “Zorrito” Von Quintiero en teclados; Kiuge Hayashida en guitarras; Toño Silva en batería, Carlos González en bajo y Rosario Ortega en voz.
En un tiempo cuando la juventud en la música rock y pop es casi un valor en sí mismo, Charly rompe el molde. La trayectoria y el peso específico del músico, al parecer, confrontan con cualquier algoritmo y buena parte del público que agotó las entradas no llega a los 30 años. En este sentido, su último gran disco (cuando muchos creían que ya no podía dar más) volvió a colocarlo en las playlists de una audiencia que no lo había visto en sus mejores momentos.