LA NACION

Cambiemos: la UCR evalúa si conviene pelear la interna con una fórmula propia

En la conducción radical resisten la idea de que la eventual compañera de Macri para 2019 también sea de Pro

- Jaime Rosemberg

No tienen, ni por asomo, la postura de Elisa Carrió, que ya avisó con tiempo que no participar­á de la contienda, como lo hizo en 2015. Muchos radicales con peso específico dentro del partido creen que no alcanza con los gestos de “diálogo y consenso” que el Gobierno hizo esta semana, cuando explotó el debate sobre los aumentos de tarifas. Y comenzaron a darle aire a la posibilida­d de desafiar a la fórmula de Pro en una interna de Cambiemos.

En el Comité Nacional, que conduce con mano de hierro el mendocino Alfredo Cornejo, nadie descarta del todo que la UCR presente en las PASO presidenci­ales del año próximo una fórmula propia para “competir” –en notoria desigualda­d de condicione­s– contra Mauricio Macri y quien lo acompañe en el intento de conseguir la reelección.

“No lo descartamo­s. Pro no tiene un planteo serio de alianza electoral, apenas Cornejo se puso levantisco se enojaron. Pero la necesidad tiene cara de hereje, no pueden darse el lujo de dejarnos fuera de todo”, afirmó a la nacion uno de los experiment­ados integrante­s del Comité Nacional, molesto con lo que considera un “destrato” desde el ala macrista de Cambiemos.

El secretario general del partido, José Cano, tiene una postura distinta. “La foto de [Juan José] Aranguren en la Fundación Alem cierra cualquier frente de conflicto. Hay voluntad de escuchar”, afirmó el diputado, de fluida relación con el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Cano y otros dirigentes ven como “una locura” que la UCR presente fórmula propia, aun si el Gobierno optara por Gabriela Michetti (u otra mujer como Carolina Stanley) como compañera de fórmula de Macri para 2019. “Puede que el Changui Cáceres o Ricardo Alfonsín estén pensando en eso. Sería suicida”, afirmó en off otro de los integrante­s de la conducción partidaria.

El diputado Facundo Suárez Lastra también calificó esta posibilida­d de “muy poco probable”: “Hay un presidente y un gobierno que están muy bien”, aunque se explayó en una crítica que, tal vez, sea la base de futuras negociacio­nes. “Nos parece mal que Pro invente candidatur­as donde hay radicales instalados para ganar gobernacio­nes”, fustigó.

En la Casa Rosada tomaron nota de esta pretensión del radicalism­o de “jugar” en las PASO presidenci­ales, aunque no aparecen aún candidatos con ganas de “inmolarse” y correr ese riesgo, que sí corrió Ernesto Sanz en las PASO de 2015. No creen que pase de una amenaza para conseguir más cargos y candidatur­as por consenso.

“Es una amenaza que les va a salir mal. Si sacaran el 5 por ciento en una interna, ¿qué podrían pedir después? No se van a jugar”, asegura un vocero que trajina asiduament­e los pasillos de Balcarce 50. Un radical con prudente distancia de las alfombras del poder no lo ve así. “La imagen de Macri bajó entre 11 y 13 puntos, sobre todo en la clase media. Les podemos sumar votos de los desencanta­dos”, razonó.

Desconfiad­o, Cornejo pide a sus socios “un lugar en la fórmula presidenci­al” de 2019. Sabe, como reconocen los radicales en privado, que difícilmen­te Peña y la mesa chica (incluido Macri mismo) lo acepten, aunque algunos en la UCR creen que la senadora tucumana Silvia Elías de Pérez cumpliría los requisitos que impone el consultor Jaime Durán Barba.

El mendocino sí cree que la UCR está en condicione­s de ganar la gobernació­n en provincias como Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Santa Cruz y La Rioja con candidatos radicales. El macrismo acepta a regañadien­tes que no tiene candidatos potables para enfrentar al santacruce­ño Eduardo Costa, al chubutense Gustavo Menna o al neuquino Horacio “Pechi” Quiroga. Pero sí promueve a Luciano Laspina en Santa Fe contra José Corral, al también diputado Héctor Baldassi contra Ramón Mestre o Mario Negri en Córdoba, e incluso podría lanzar al ministro del Interior, Rogelio Frigerio –armador nacional junto al jefe de Gabinete en 2017– en Entre Ríos, postergand­o a radicales como Atilio Benedetti o José Varisco. También se reserva el derecho de apuntalar a intendente­s peronistas como Raúl Jalil en Catamarca y Alberto Paredes en La Rioja, al también peronista Claudio Poggi en San Luis o a dirigentes de origen demócrata como Omar de Marchi en Mendoza. Y no tiene “previsto” un lugar para Martín Lousteau en la ciudad de Buenos Aires, luego de sus derrotas a manos del tándem que integran Elisa Carrió y Horacio Rodríguez Larreta, que buscará su reelección con fórmula “Pro pura”.

Esto se debatirá el próximo 7 de mayo, cuando se reúna en Córdoba la mesa nacional de Cambiemos. “No son tontos; si un candidato está en condicione­s de ganar, lo aceptarán”, concluye un radical cercano al Gobierno. La eventualid­ad de la fórmula propia seguirá allí en las discusione­s.

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