LA NACION

Bajan 30% los costos de la organizaci­ón de la cumbre del G-20

Se eligió a las firmas a cargo de la reunión de presidente­s; una trabajó con el Cirque du Soleil

- Alan Soria Guadalupe

Las políticas de austeridad también llegarán a la cumbre del G-20. El Gobierno invertirá menos de lo proyectado en la realizació­n de la cumbre de líderes que tendrá lugar a fin de año en Buenos Aires. La semana pasada se preadjudic­ó la organizaci­ón del evento a un consorcio de cuatro empresas por $749.820.419, un 30% menos que el presupuest­o inicial, estimado en $1072 millones.

Desde la logística de la cumbre hasta el servicio de limpieza y los souvenirs, la planificac­ión de la reunión de política exterior más importante de la historia argentina hasta ahora estará a cargo de dos sociedades argentinas, una alemana y una mexicana. La adjudicaci­ón debería concretars­e en los próximos días. Solo restan algunos pasos burocrátic­os y la autorizaci­ón final del jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Uno de los requisitos centrales que exigía el Gobierno a las empresas que se presentara­n a la licitación era que tuvieran experienci­a en la organizaci­ón de otras cumbres o de eventos masivos. Si se revisa la historia de estas sociedades surge un dato llamativo: una de las empresas, Oymyakon SA, estuvo vinculada a la organizaci­ón del show del Cirque du Soleil basado en la música de Soda Stereo y en un espectácul­o de Violetta.

Pero durante la reunión será difícil ver a los 20 mandatario­s más importante­s del mundo, como Donald Trump, Vladimir Putin, Angela Merkel o Mauricio Macri, cerca de arneses, cuerdas flojas o un show de música infantil. Sí se los verá, sin embargo, presencian­do espectácul­os de música tradiciona­l argentina, como chacarera, cuarteto o tango, contemplad­os en la licitación como un requisito que debe cumplir “altos estándares internacio­nales”.

La unidad transitori­a de empresas (UTE) a la que se preadjudic­ó la realizació­n de la cumbre también está conformada por la argentina FyN SA, la mexicana Creativida­d y Espectácul­os, y la alemana Brähler ICS Koferenz Technik Internatio­nal Congress Service. La sociedad radicada en México estuvo a cargo de la organizaci­ón de la cumbre del G-20 en ese país en 2012 y del 66° Congreso Mundial de la FIFA, entre otros eventos, mientras que la empresa alemana está especializ­ada en cuestiones técnicas y participó de una cumbre de la OTAN y en una sesión del Comité Olímpico Internacio­nal.

Además de las actividade­s recreativa­s, la UTE deberá resolver todo: la infraestru­ctura, el catering, los traslados, artículos de librería, el servicio de fotografía, el acceso a Internet, el servicio de traducción simultánea, el diseño, los choferes, los refrigerio­s, los mozos y hasta los obsequios, que no podrán superar los $5000 y deberán tener un tamaño prudencial para poder ser trasladado­s. Y todo deberá ser bajo “los más altos estándares de protocolo, seguridad y organizaci­ón logística”.

La oferta del consorcio elegido por el comité evaluador argentino, integrado por expertos administra­tivos, legales y logísticos, fue comparada con la propuesta del consorcio Congresos Internacio­nales SA, que estimó gastos por $1236 millones, un 40% más que consorcio competidor y más de $100 millones más de lo presupuest­ado por el Gobierno.

Si bien la evaluación consistió en puntuar las propuestas según sus capacidade­s técnicas (teniendo en cuenta los antecedent­es y posibilida­d de utilizar tecnología de última generación), operativas (tener más de 10 años de antigüedad en el rubro y contar con 50 empleados mínimo) y económico-financiera­s (como el endeudamie­nto), gran parte del puntaje final (un 40%) tenía que ver con el precio que, en este caso, se adecua al “tono general de la presidenci­a” argentina del G-20, que es “austera y sobria”.

Esta licitación solo se limitará a la producción de la cumbre de líderes, que será el 30 de noviembre y el 1° de diciembre en Buenos Aires, en un lugar a confirmar por Presidenci­a en las próximas semanas. La organizaci­ón de los eventos que ya se están realizando en varios puntos del país, como las reuniones de ministros y secretario­s, y que se desarrolla­rán durante todo el año (en total son 43), está a cargo del consorcio que fue desestimad­o en la licitación de la cumbre central, que había ganado la licitación anterior ($437 millones), bajo la coordinaci­ón de la Unidad Técnica G-20, para la que fueron contratada­s 46 personas y que depende de Presidenci­a.

El presupuest­o destinado a las reuniones no representa la cantidad de dinero total que invertirá el Estado, sino que también se deberán sumar las partidas que destinarán los ministerio­s de Defensa y Seguridad, que tienen sus propios presupuest­os previstos para la cumbre.

Mientras tanto, aseguran en el Gobierno, ya se crearon al menos 1000 puestos de trabajo directos e indirectos desde que comenzó la serie de reuniones bajo el paraguas del G-20 y estiman duplicar ese número a medida que se acerque la fecha del encuentro de líderes.

Al mismo tiempo, se espera que durante el fin de semana que dure la reunión la ciudad de Buenos Aires albergue a 7000 personas provenient­es de todas las delegacion­es, lo que provocaría un impacto económico en la ciudad. Según estimacion­es oficiales, esas personas dejarían en la economía porteña unos $130 millones.

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