Maratón de lectura por Liliana Bodoc, la autora a la que todos extrañan

La creadora de La saga de los confines, que murió en febrero, es el centro de una serie de tributos; mañana, su obra revivirá en la Sala Borges

“Nací en la ciudad de Santa Fe, a mediados del siglo pasado. Lo escribo así y me siento parte de un cuento interminable. Es que la literatura conversa con el tiempo. Y de tanto darle a la lengua, bajo la sombra de un árbol, finalmente ambos llegan a un acuerdo. El tiempo resopla, apremia, escandaliza. La literatura aquieta, abraza, contiene”. Así se presentó alguna vez Liliana Bodoc cuando le pidieron que dijera algo de ella misma. La autora, mendocina por adopción, se adueñó de la Feria del Libro. Fue la misma Claudia Piñeiro –la voz que dio inició a la 44ª edición– quien cerró su discurso inaugural con un contundente y sentido: “Antes de despedirme, mi especial recuerdo para Liliana Bodoc, una ferviente trabajadora de la palabra. Liliana fue una mujer que vivió dando gestos, hermosos gestos. Y en disidencia como estado de alerta. A ella también tendrían que leerla si aún no lo hicieron”. La autora de La saga de los confines, entre tantos otros títulos, fallecida el 6 de febrero último, será protagonista de diversos homenajes, como el que se realizará mañana, a las 18, en la Sala Jorge Luis Borges. “La maratón de lectura fue una de las primeras actividades que surgieron; fue Oche Califa, director de la Fundación El Libro, quien dijo que teníamos que hacer algo con Liliana –reconoce Natalia Páez, miembro de la Comisión Juvenil de la Fundación–. Quisimos armar algo diferente”.

La lista de quienes estarán presentes incluye a Claudia Piñeiro, Sergio Aguirre, Paula Bombara, Oche Califa, Victoria Bayona, el Grupo La Lija, Diana Tarnofsky y Marcelo Guerrero, y las editoras Laura Leibiker y Julieta Obedman, además de Galileo Bodoc, el hijo de Liliana, que se sumará con una propuesta diferente. “Sensorial, teatral –describe Galo, tal como llaman a Galileo–, así nos educó, ella nos enseñó que el arte de escribir no es solo adornar, que hacer teatro no es un decoro, sino una acción. No hay libro suyo, incluso los que hizo para los primeros lectores, donde no intente mejorar el mundo. Me emociona decirlo”.

Conmovido por su temprana muerte, Galo y su familia no dejan de sorprenderse por las demostraciones constantes de afecto hacia su madre. “Ella me tuvo a los 20 años –reflexiona–; además de tener una gran relación madre-hijo, de trabajar juntos, éramos grandes amigos. Ella tenía 59 años; yo, 38. Salíamos a tomar una cerveza y a charlar mil horas de la vida, de su incondicional entrega hacia los demás. A partir de su tragedia infantil [perdió a su mamá a los 6 años], encontró un propósito en su vida: tratar de evitar que alguien padeciera el dolor de la orfandad”.

Bodoc había nacido en Santa Fe en 1958. Su última novela, Elisa, la rosa inesperada, elegida el Gran Destacado de Alija 2017 (será distinguida en un acto que se realizará el 10 de mayo, a las 18.30), es el disparador de la muestra que se puede recorrer en el stand de Kapelusz (Pabellón Verde). “Es un recorrido por la bitácora de viaje de la autora que sirvió para la creación de Elisa”, comenta Lorena Iglesias, que junto al también gestor cultural Iván Moiseeff estuvo a cargo de la realización de la muestra. “La autora creó el blog www.elviajedelilianabodoc.com.ar y allí incluyó fragmentos de su cuaderno de viaje y mensajes de voz –cuenta Moiseeff–; se puede acceder a tres versiones de un poema que escribió en una estación de servicio”. Galo vuelve a emocionarse. “Caminás por la Feria y está por todos lados. Ella quería estar en todos lados y lo consiguió. Tuvo una muerte tranquila, sin dolor, al lado del amor de su vida. Qué más pudo pedir”.