Por ahora ganó la ortodoxia
Las medidas que anunció el Gobierno dejan un claro ganador entre los dos bandos que se disputaban el manejo de la economía. Las respuestas que dieron ayer los ministros Nicolás Dujovne y Luis Caputo, públicamente, y el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, en un comunicado, muestran que, al menos por ahora, el “jefe del equipo”, Mauricio Macri, optó por la vía ortodoxa del ajuste. Y que tuvo en cuenta las advertencias de casi todo el espectro de analistas y operadores. A la manera del gran Alfredo Canitrot, exviceministro de Economía en tiempos de Alfonsín, todos decidieron “ponerse el casco” para parar el terremoto.
Confirmó además que el combate ya no es solo contra la inflación, sino también para tapar el agujero de las cuentas externas (la falta de dólares, en idioma sencillo) que se cierne como un serio problema ante el cambio del clima económico global.
El último Día de los inocentes el mismo equipo que actuó ayer, pero con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, presidiendo la mesa, anunciaba medidas exactamente en contrario a las actuales: con la mira puesta en preservar el crecimiento económico, redujo la meta de inflación para este año y, en consonancia, en los días siguientes el Banco Central bajó la tasa de referencia al 27,25% anual, nivel que se mantuvo hasta el viernes de la semana pasada. Si algo faltaba para confirmar las desavenencias dentro del gabinete, en el anuncio de ayer las ausencias no fueron casuales, por sentidos inversos: Sturzenegger mostró en cierta medida su independencia al no estar en esa mesa y anunciar, incluso antes del inicio de la conferencia, el fuerte aumento de tasas hasta el 40% y el recorte de las posiciones en dólares de los bancos. El jefe de Gabinete directamente no estuvo.
¿Cuáles son los efectos esperables? Los ministros y el presidente del BCRA apuntaron a dos frentes bien definidos. En el de mayor urgencia, el cambiario, Sturzenegger busca inundar de dólares el mercado la semana próxima, cuando los bancos deban hacer efectiva la orden de reducir del 30% al 10% sus posiciones en divisas. Esto va a implicar volcar unos US$1000 millones, según algunos cálculos que se barajaban ayer en la City. La consecuencia ya se vio ayer, con el cierre del mercado en $22,28 al público y en $21,86 el mayorista. Desde el lunes habrá un nuevo test. Además, les dio a quienes estos días se posicionaron en dólares la posibilidad de hacer una buena ganancia ($1,60 por dólar, al menos, si compraron el miércoles de la semana pasada, cuando se inició la escalada) y volver a apostar en pesos, con el nuevo nivel de tasas.
En este punto, ya se hizo ver una consecuencia indeseada pero inevitable: los bancos aumentaron tres puntos porcentuales las tasas que cobran por préstamos de corto plazo (adelantos en cuenta corriente, descuentos de cheques y préstamos personales).
En el frente fiscal, el recorte de obras públicas ($30.000 millones) apunta a garantizar el cumplimiento de la nueva meta, aunque podría afectar el crecimiento del PBI esperado. En el mismo sentido, el ministro aprovechó para insistir en mantener el esquema de aumentos de tarifas tal cual lo diseñó el Gobierno para no alterar el resultado fiscal en unos
$200.000 millones. La pregunta es si no sobreactuó el ataque a la oposición (acusó de “demagogos” y “populistas” a los diputados que promueven el proyecto que se debate en el Congreso), sin tener en cuenta que en definitiva el Ejecutivo deberá seguir negociando con ellos. La respuesta política no se hizo esperar: aquellos legisladores ya prometieron que lo tratarán en el recinto la semana próxima.
otras consecuencias no deseadas admitidas por Dujovne serán, sin dudas, una mayor inflación este mes (por el traslado a precios de la devaluación ya operada) y, más preocupante a mediano plazo, un menor crecimiento del nivel de actividad económica. Aún es temprano para medir ese impacto con precisión, pero ya varios consultores de los que responden la encuesta de expectativas del Central estaban previendo arañar un crecimiento del PBI de entre 2 y 2,5% este año, frente al
3/3,5% previsto hasta ahora por el Gobierno.