Un llamado a la reconciliación con ETA, sin apoyo en España
Tras la desaparición de la banda terrorista, los mediadores internacionales buscaron en vano un gesto de acercamiento; “no habrá impunidad”, dijo el presidente Rajoy
MADRID.– Los mediadores internacionales intentaron instalar la idea de una “reconciliación” en el País Vasco, con beneficios para terroristas de la banda separatista ETA que estén “presos” o “fugados” de la Justicia.
Fue una propuesta contra la que se plantó el gobierno de Mariano Rajoy, con el apoyo de la mayoría de los partidos políticos.
Su opción fue diferente. Rendir homenaje a las miles de víctimas, entre muertos y heridos, de la organización. “No habrá impunidad”, dijo el jefe del gobierno.
No hubo representación de los gobiernos de España ni de Francia en el acto para reinterpretar el terrorismo independentista que asoló el país durante medio siglo. Desde hace siete años, acorralado y vencido, anunció el cese de la violencia.
Más de 300 periodistas superaron en número a los participantes en la mediática “ceremonia por la reconciliación”, en la localidad francesa de Cambó les Bains, cerca de la frontera. Pero su prédica no pareció permear en la política.
“Los delitos cometidos por ETA se seguirán investigando y juzgando y las condenas se seguirán cumpliendo. ETA no ha conseguido nada por matar ni por dejar de hacerlo y no obtendrá ningún rédito por su disolución”, dijo Rajoy.
El presidente hizo una declaración institucional desde La Moncloa mientras que, en el sur francés, figuras como el irlandés Jerry Adams, el mexicano Cuauhtemoc Cárdenas, el sudafricano Brian Currin o el francés Jean René Echegaray daban consejos a la sociedad española.
“Es necesaria una reconciliación”, dijeron, al procurar alguna contraparte a la rendición de la banda, años atrás, y ahora frente al reciente comunicado con el que, con fría neutralidad, anunció su disolución y el “desmantelamiento de sus estructuras”.
Es una expresión rimbombante para lo que fuentes de la lucha antiterrorista atribuyen a lo que queda de la otrora temible organización. Solo una veintena de miembros y más de 300 presos que, en cambio, esperan recoger algún beneficio con todo esto.
La jornada “histórica” pasó sin sobresaltos para la sociedad española. La mayoría de las emisoras no transmitieron en directo lo que ocurría. Sí, en cambio, lo hicieron los portales de Internet.
“Esto tiene valor cero”, dijo el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Rajoy, de todas formas, anunció una convocatoria al llamado “pacto antiterrorista” que, con la presencia de las fuerzas políticas, elabora una estrategia de Estado frente a un flagelo ya superado.
“El pacto antiterrorista nos mantuvo unidos durante la lucha contra ETA y será convocado para constatar” la nueva etapa, dijo.
El texto que dio a conocer ETA para dar por terminada su historia directamente no hace mención a sus más de 850 víctimas mortales.
Sí habla de “honestidad”, según leyó el etarra prófugo Josu Ternera, un peso pesado que lleva 15 años en fuga. En la grabación insistió en “luchar por una patria vasca libre del patriarcado”, sin especificar de qué se trata eso.
Nacida en 1958, la banda terrorista ETA decía luchar por la independencia de las provincias vascas francesas y españolas. Impuso el asesinato y el secuestro como método. Derrotada por la policía y por la sociedad española, hace siete años que dejó de atentar.
Para muchos, ese fue su final. No el acto de ayer.