LA NACION

El Gobierno sintió un alivio, aunque sigue en alerta después de otra jornada intensa

- Santiago Dapelo

Desde Olivos, Macri monitoreó cada detalle y se reunió con gran parte del Gabinete; percibe “un punto de equilibrio” con el dólar a $22 y ratificó a su equipo; Carrió se reunió con Peña y se fue “tranquila”

El Gobierno, finalmente, respiró aliviado. Después de una semana difícil, la tranquilid­ad se apoderó de la cúpula del Poder Ejecutivo. Pero pese a la reacción positiva de los mercados tras los anuncios que realizaron ayer los ministros Nicolás Dujovne (Hacienda) y Luis Caputo (Finanzas), cerca del presidente Mauricio Macri fueron cautos.

“Hay que estar atentos, la cosa está frágil”, reconocier­on cerca del jefe del Estado, que desde la quinta presidenci­al de Olivos monitoreó cada paso que dio su equipo y mantuvo encuentros con varios ministros.

El Presidente buscó dar una clara señal, para adentro, en particular a la oposición, pero también para los mercados internacio­nales. Por eso, anteayer por la noche, después de un día cargado de nerviosism­o y rumores, Macri tomó la decisión de que el Banco Central aumente la tasa de política monetaria en 675 puntos –quedó en 40%– y que Dujovne y Caputo anuncien la nueva meta para el déficit fiscal del 3,2% al 2,7%.

Desde el Gobierno celebraron el triunfo de ayer, pero Macri pidió redoblar esfuerzos para evitar nuevas complicaci­ones. “Esto no terminó. Vamos a seguir atentos”, advirtiero­n fuentes cercanas al Presidente.

Después de ver parte de la presentaci­ón que realizaron Dujovne –que manifestó cierta incomodida­d por tener que llevar adelante la conferenci­a de prensa– y Caputo, el Presidente se reunió con sus principale­s asesores para hacer un balance. Ahí estuvo el tridente a cargo de la botonera del Poder Ejecutivo, que componen el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y los vicejefes Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

En paralelo, la diputada Elisa Carrió, pieza clave de Cambiemos, también visitó la residencia de Olivos, donde se reunió con gran parte del Gabinete, entre ellos con Peña, Quintana, Lopetegui y Frigerio; al igual que anteayer, cuando estuvo en la Casa Rosada, no se vio con Macri.

Según informaron fuentes cercanas a Carrió, se fue de Olivos “tran- quila” con las explicacio­nes que le dieron. “Se llevó serenidad y tranquilid­ad después de lo que fueron las medidas del Gobierno”, sostuviero­n desde el entorno de la legislador­a por la Coalición Cívica.

Así, después de una semana cargada de nerviosism­o y por segundo día consecutiv­o, Carrió se presentó en la sede del Poder Ejecutivo como un gesto de respaldo. Sin embargo, cerca de la diputada intentaron moderar la expectativ­a que despertó su presencia en la quinta de Olivos.

“Ya estaba pautada, no fue urgente”, dijeron cerca de la líder de la Coalición Cívica.

En la Casa Rosada se mostraron conformes con el descenso del dólar. Cerca de Macri hablan de “un punto de equilibrio” en torno a los 22 pesos, como en el resto de la región.

Los anuncios de Dujovne y Caputo, sumado al aumento de la tasa que efectuó el Banco Central, que lidera Federico Sturzenegg­er, fue también una señal de respaldo para los integrante­s más vapuleados del equipo económico de Macri.

“¿Cambios? No hay nada de eso, todos están trabajando muy bien y tienen la confianza de Macri”, aseguraron cerca del Presidente.

Eso sí, la “tranquilid­ad” no calmó la bronca con la oposición. En el Gobierno acusaron al PJ por gran parte de sus males. “Nos van a joder cada vez que puedan. Estamos en estado de alerta”, graficó un hombre con acceso al despacho presidenci­al.

Las críticas, igualmente, se concentran en dos sectores: el kirchneris­mo y el Frente Renovador. Incluso, en varios despachos de la Casa Rosada, volvieron a referirse a Sergio Massa con un viejo sobrenombr­e: “Ventajita”, apodo que se ganó en el Gobierno después la discusión por el impuesto a las Ganancias.

A la mesa chica del macrismo le resulta inverosími­l como los referentes del kirchneris­mo y del Frente Renovador “se paseen” por los estudios de televisión como “sino tuvieran ninguna responsabi­lidad sobre lo que ocurre” en el país.

Con las decisiones que aplicó ayer, el Gobierno cerró con una “alegría” lo que se presentaba como la peor semana del año.

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