Hermoso acercamiento a un gran artista
muy buena. libro y dirección: Gabriela Marges. intérpretes: Marcela De Grande (actriz) y Gabriela Marges (titiritera). música: Ludwig van Beethoven. diseño de retablo, iluminación, realización de títeres y vestuario: Pasha Kyslychko. video mapping y sonido: Esteban Fernández. sala: Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543. funciones: sábados, a las 17. duración: 40 minutos.
En su casa de Viena compone Beethoven. Ensaya, descarta y reescribe. El pequeño Ludwig crece desde la infancia difícil, con un padre que lo quiere ver niño prodigio, hacia el personaje temperamental, irascible, apasionado que termina siendo un genio de la música, aun aislado en la sordera de sus últimos años.
La historia de Beethoven, escrita y dirigida por la titiritera Gabriela Marges, se desarrolla en la casa-retablo construida sobre la base de la singular técnica rusa Vertep. Los títeres se deslizan por rieles y son manipulados detrás de la escenografía que funciona de retablo, sin que se pueda adivinar la presencia de los titiriteros. Se genera así un efecto de vida autónoma, de potencia acentuada por el tamaño diminuto del personaje.
Fuera del retablo, sobre el escenario, Madame Fifí, interpretada por la actriz Marcela De Grande con un preciso sentido del humor, entabla una graciosa interlocución con el diminuto títere que encarna el músico, sin opacar nunca la figura del pequeño gran protagonista de la historia.
Fragmentos de la obra del músico parecen compuestos especialmente para ilustrar con fuerza dramática los momentos de la biografía de Beethoven. En una obra en la que lo sonoro es coprotagonista, aparecen como aporte valioso las caracterizaciones de las voces de Madame Fifí, por De Grande, y de Beethoven, por Marges. En ese diálogo impar crean una dinámica que mantiene en vilo a espectadores de todas las edades.
Marges había puesto previamente en escena en un retablo una bella versión de La flauta
mágica, de Mozart. Con Beethoven logra retratar al personaje con un humor que no diluye la intensidad de una vida conflictiva y, a la vez, cargada de la esperanza puesta en la música.