¿Aprobarías la entrevista matrimonial para la Green Card?
El matrimonio de inmigrantes con ciudadanos norteamericanos debe superar un escrutinio cada vez más duro; aquí, un ejemplo de las preguntas
NUEVA YORK.– Todo matrimonio es puesto a prueba en algún momento, algunos más literalmente que otros.
El matrimonio de inmigrantes con ciudadanos norteamericanos debe superar el escrutinio del gobierno de Estados Unidos, que siempre está al acecho de la gente que quiere engañar al sistema para conseguir una tarjeta de residencia en ese país, conocida como Green Card.
¿Dónde se conocieron? ¿Su cónyuge tiene algún tatuaje? ¿Qué películas vieron cuando estaban de novios? Las parejas deben probar que su relación es real, aportando evidencia de que viven juntos y fotos de esa vida en común.
Sin embargo, los funcionarios de Migraciones y los abogados especializados advierten que responder correctamente a todas las preguntas no necesariamente redunda en la obtención de la codiciada tarjeta. Y últimamente la vara es mucho más alta para los inmigrantes que están ilegalmente en Estados Unidos.
A continuación, un muestreo de esas preguntas, recolectado por abogados especializados en temas inmigratorios, para que cada cual haga la prueba con su pareja. (Dato: en el mundo real, los entrevistadores pueden separar a los solicitantes para asegurarse de que no hagan trampa.) Y a medida que se avanza, las preguntas son cada vez más difíciles. –¿Cómo se conocieron? –¿Cuánto tiempo después de conocerse empezaron a salir? –¿Cuándo conocieron mutuamente a sus familias? –¿Cuándo decidieron casarse? –¿Dónde compraron los anillos? –¿Cómo fue la boda y quiénes asistieron?
–¿Qué hicieron después, ese día? –¿Dónde fueron a comer?
El objetivo de las preguntas es que los solicitantes terminen contando su historia de amor a los entrevistadores.
Los funcionarios de Migraciones abordan la entrevista asumiendo que la relación es un fraude. El proceso para obtener la Green Card es largo y extenuante, y la responsabilidad de aportar pruebas de la relación recae sobre la pareja. Quien sea pescado mintiendo puede enfrentar una pena en prisión y una multa de hasta 250.000 dólares. El inmigrante en cuestión también puede quedar excluido a perpetuidad de la posibilidad de acceder a una Green Card por matrimonio.
“Últimamente notamos muchas más indagaciones y preguntas sobre la pareja”, dice Kate Lincoln-goldfinch, abogada de inmigrantes de Austin, Texas.
Según la entrevista, el funcionario de Migraciones también puede hacer preguntas más complejas sobre la pareja:
–Hágame un dibujo de su dormitorio. –¿Por dónde entra a su casa? –¿Qué línea de subte toma su cónyuge?
–¿Qué hicieron anoche? –¿Dónde pasaron Navidad? –¿Qué le regaló a su cónyuge? –¿Cuándo fue la última vez que su cónyuge visitó a su suegra? –¿Cuándo conoció a sus cuñados y cuñadas?
–¿Su cónyuge estuvo internado alguna vez?
El funcionario también puede hacer varias cosas más, como por ejemplo:
Apostarse frente a la casa para ver si viven realmente juntos. Hablar con los vecinos. Hurgar en los registros públicos.
Si una vez completado ese proceso, el funcionario sigue sin estar convencido, el postulante recibe una notificación de “intención de rechazo” de su solicitud. El postulante entonces tiene la oportunidad de responder esa “intención de rechazo”, y si su respuesta no es aceptada, entonces puede presentar una nueva solicitud o una apelación, lo que suele ser muy costoso.
En algunos casos, el nombre de los solicitantes es informado a los tribunales migratorios. Las luces rojas que alertan a los funcionarios migratorios suelen ser la disparidad de edad entre los cónyuges, las diferencias religiosas o lingüísticas, y si esas personas ya han pasado por ese proceso inmigratorio alguna vez en el pasado.
Un consejo de un abogado de inmigrantes: que haya un abogado presente durante la entrevista, y siempre hacer contacto visual con el entrevistador, ya que en algunas culturas no es la norma. Porque como dice Michael r. Jarecki, abogado especialista en inmigraciones de la ciudad de Chicago, “el entrevistador suele juzgar a una persona a través del lente de la cultura norteamericana, por más que esa persona haya llegado recientemente a los Estados Unidos”.