LA NACION

San Lorenzo cumplió: ganó y se clasificó a la Copa Libertador­es

- Fernando Vergara

“Y Dale Sanloré, queremos la Copa…”.

En semanas decisivas para los equipos argentinos en la presente Libertador­es, los hinchas de San Lorenzo recibieron a sus jugadores con la mira calibrada en la edición 2019. Para el Ciclón, el único de los equipos grandes que este año no la disputa, un boleto para la máxima cita continenta­l era una obligación. Anoche, el equipo de Claudio Biaggio venció a Belgrano 2-0, cumplió su parte y sacó el pasaje que por ahora lo une a Boca y Godoy Cruz.

Ya desde la previa en las inmediacio­nes del Nuevo Gasómetro se hablaba de dos temas centrales: la excelente oportunida­d para clasificar­se a la Libertador­es y la posible despedida de Romagnoli en su casa. Lo primero tuvo resolución porque el equipo tomó impulso en el universo local. Y no dejó de lado las urgencias coperas, la obsesión. Lo segundo quedó en veremos. El volante dijo anoche que pudo haber sido su último partido en el Nuevo Gasómetro y cuando finalice la Superliga se reunirá con los dirigentes para definir el futuro. De hecho, la situación de Romagnoli no es la única que está en veremos: en junio también terminan los vínculos de Torrico, Navarro, Angeleri, Coloccini y Mercier.

El encuentro resultó chato y con escasos matices. Así, el cruce nunca fue materia fácilmente digerible para el Ciclón. Porque San Lorenzo se apuraba mucho, y en su afán de llegar rápido al área rival descuidaba la precisión y la elección de la jugada más convenient­e. A los 25 minutos, Nicolás Lamolina le otorgó a los locales un penal dudoso después de un centro de Rojas que rebotó en la mano de Godoy. Un detalle: el gol de Blandi apareció como el primer disparo al arco del Ciclón. Y en la jugada siguiente el propio Nº 9 tuvo en sus pies la tranquilid­ad definitiva para los suyos, pero el mano a mano fue contenido por Acosta. Hasta ahí, las situacione­s más claras habían sido de Belgrano, primero con un cabezazo que Sequeira le entregó a las manos a Navarro y luego con un derechazo de Suárez que rozó el travesaño. A los cordobeses les faltó ajustar el remate y anotar.

En la segunda parte, San Lorenzo cuidó lo suyo con más celo que imaginació­n, despreocup­ado por agregar algún adorno futbolísti­co. La ventaja no soltó al Ciclón, que siguió tenso, con tendencia a replegarse y falto de iniciativa. Pero también estaba claro que Belgrano no tenía la pimienta ofensiva de jornadas recientes. Y la figura de Navarro, como en buena parte del año, volvió a ser clave. Un contraataq­ue que cerró Gudiño, a falta de 10 minutos, le dio la ansiada clasificac­ión, tras un blooper de Lértora. Hubo tiempo para ver a Romagnoli y estalló el clásico “¡Olé, olé, olé, olé, Pipi, Pipi!” dedicado a uno de los íconos en la última etapa de vida azulgrana.

Para el Ciclón todavía resta la vuelta de la Copa Sudamerica­na ante Atlético Mineiro (en la ida ganó 1-0), en Brasil, y la última fecha de la Superliga frente a River, en el Monumental. Mirar el Mundial de Rusia con otro avance en el plano internacio­nal se vislumbra ideal.

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