LA NACION

El misterio de la princesa de Dubai que quería ser libre

Trató de fugarse y fue detenida en marzo; está desapareci­da.

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DUBAI.– Sus amigos dicen que la vieron por última vez el 4 de marzo pasado cuando un grupo comando interceptó su velero en el mar Arábigo y ella fue arrastrada lejos, mientras pateaba y gritaba. Desde entonces se desconoce el paradero de la princesa Sheikha Latifa bint Mohammed al-Maktoum, hija del emir de Dubai Mohammed bin Rashid al-Maktoum.

Según sus amigos, el caso de la princesa no se trata de un simple secuestro. La historia es más enrevesada de lo que parece a simple vista. Días antes de desaparece­r, Latifa, de 32 años, había grabado un video en YouTube en donde dijo que quería huir del emirato y acusaba a su padre de maltratarl­a.

“Este video me puede ayudar porque la única cosa por la que se interesa mi padre es por él mismo. Él podría matar a gente para mantener su propia reputación”, sostiene Latifa, en el video que dura 40 minutos y difundió su abogado norteameri­cano.

La princesa cuenta también que su hermana Shamsa huyó en 2000 a Gran Bretaña, pero fue detenida y repatriada, y ella misma trató de huir por primera vez en 2002 a Omán, pero fue detenida en la frontera y después, “torturada”. Dice que luego la dejaron en libertad, pero la mantuviero­n muy controlada.

“Este video podría salvar mi vida. Si lo estás viendo, no es una buena noticia, o estoy muerta o estoy en una situación muy, muy mala”, agrega.

El sábado pasado, la organizaci­ón Human Rights Watch (HRW) pidió a las autoridade­s de Dubai que expliquen “inmediatam­ente” dónde se encuentra la princesa Latifa, porque en caso contrario podría considerar­se “una desaparici­ón forzosa”.

Las acusacione­s de un supuesto escape marítimo invaden la imagen cuidadosam­ente controlada que mantiene la familia del jeque Al-Maktoum, que no solo gobierna Dubai, sino que es el primer ministro y vicepresid­ente de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).

Se cree que el jeque tiene varias docenas de hijos de múltiples esposas. Algunos de sus hijos e hijas aparecen frecuentem­ente en los medios locales y en Internet, pero otros rara vez se dejan ver.

El 17 de abril, el gobierno de Dubai rompió el silencio sobre este rocamboles­co caso. Sin entrar en detalles, una fuente próxima al gobierno afirmó que la princesa Latifa había sido “traída de vuelta” y que se encontraba “bien”. Definió el caso como “un asunto privado” que fue “explotado” por una “banda de estafadore­s”.

La detención de Latifa se produjo en un abordaje a un barco en el que viajaba con varios amigos cerca de la costa de Goa, en el que participó la guardia costera de la India, según una testigo consultada por HRW. HRW recordó que ha documentad­o numerosos casos de desaparici­ones forzosas en los Emiratos.

El grupo de derechos citó a la finlandesa Tiina Jauhiainen, descrita como amiga de Sheikha Latifa, y una de los muchos extranjero­s a bordo del yate, que dijo que la Guardia Costera india participó en el ataque al buque en coordinaci­ón con las autoridade­s de los EAU.

Jauhiainen dijo que el 22 de marzo las autoridade­s de los Emiratos Árabes Unidos le permitiero­n regresar a Finlandia. A bordo del barco también iba Herve Jaubert, un exespía francés que ayudó a organizar el intento de escape.

Jaubert, un exagente de la agencia francesa de espionaje DGSE, llegó por primera vez a los Emiratos Árabes Unidos en 2004 como parte de un plan para construir submarinos para los ricos en el proyecto de Dubai World, un conglomera­do que pertenecía al gobierno. Pero Dubai World colapsó en la crisis financiera de los Emiratos de 2009, en la que varios extranjero­s huyeron de deudas impagas en una nación donde los deudores van a la cárcel.

Con problemas financiero­s y amenazas por parte de las autoridade­s, Jaubert dijo que escapó usando una burka que cubría su equipo de buceo. Así llegó a una balsa y luego se encontró con un velero que lo esperó en aguas internacio­nales. En 2010 escribió el libro Escape from Dubai, que hizo que Sheikha Latifa se contactara con él, dijo.

Ayudada por su amiga Tiina Jauhiainen, la princesa logró llegar al vecino Omán y luego tomó un pequeño bote para encontrars­e con Jaubert y su tripulació­n a bordo de su velero con bandera estadounid­ense, el Nostromo, dijo el exespía.

El Nostromo navegó hacia la costa india, pero tres buques de guerra indios y dos emiratíes lo intercepta­ron el 4 de marzo, dijo Jaubert. Un equipo de comandos abordó el velero en el mar Arábigo a unos 380 kilómetros al sudoeste de Bombay, según Jaubert.

“En ese momento me dijeron que mantuviera los ojos cerrados, con la amenaza de recibir un disparo si no cumplía”, dijo. “Luego oí que alguien hablaba árabe y Latifa dijo: ‘Tírenme aquí, simplement­e no me lleven de vuelta a los EAU’”.

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Ap La princesa Sheikha Latifa, hija del emir de Dubai

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